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¿Cómo salir bien de esta crisis y estar mejor preparado para la siguiente?

¿Cómo salir bien de esta crisis y estar mejor preparado para la siguiente?

Sabes que me considero una persona profundamente positiva y, a pesar de las que puedan ser mis circunstancias personales en cualquier momento particular, me gusta aprender de todas las situaciones que vivo y, en lo posible, sacar de ellas la moraleja.

Dicen que sufrir deja de tener sentido cuando lo único que nos queda son las huellas del sufrimiento y no el aprendizaje.

Sin querer restarle importancia a toda esta historia de la pandemia que ha marcado nuestras vidas, porque obviamente ha sido una situación particularmente seria, nuestro deber, mi deber, como profesional y como persona, es quitarme el polvo de los hombros, ponerme en pie de nuevo y seguir adelante.

Tomemos todo lo aprendido durante estos días de confinamiento y agreguémoslo a nuestros currículos como etapa de reinvención profesional.

Pero no siendo la misma persona que antes. Eso sí que no. Todos estos días de encierro tienen que haber servido para algo, por supuesto que sí.

En mi caso como consultor comercial, toda esta situación me ha servido para confirmar que necesito enseñar a mis clientes a trabajar de una forma organizada y planificada las ventas de sus negocios, aunque me arruguen la cara cuando se los digo.

Porque lo primero que toda esta situación ha demostrado es la poquita o mínima planificación comercial con la que se manejan muchos negocios, o por lo menos los negocios con los cuales he tenido cierta proximidad.

Como siempre, me explico. 

Los imprevistos existen y no puedes ignorarlos nunca más. Debes aprender a llevarles la delantera.

En varios de los artículos que he publicado en este blog hago mención al hecho que, durante mi formación como gerente de ventas en Venezuela, la instructora me hizo muchísimo hincapié en una frase que quedaría grabada para siempre en mi: “los verdaderos gerentes son los que se preparan para superar los peores escenarios. Cualquier gerente puede manejar las situaciones del día a día, pero solamente los mejores son los que pueden manejar los imprevistos.”

Y es que, justamente son las situaciones imprevistas las que suelen dejar al descubierto nuestros puntos más flacos.

¿Qué ha ocurrido con esta crisis en particular?

Que ha venido tan de improviso y con un impacto tan potente, que pocos negocios contaban con un colchón económico lo suficientemente fuerte como para permitirles aguantar estos días de confinamiento sin tener que verse forzados a depender de las ayudas gubernamentales o echar el cerrojo.

Y es lamentable.

Durante los entrenamientos de ventas, hacemos una actividad que llamamos “Teatrillo de Ventas”, cuyo propósito es permitir a los vendedores desarrollar su discurso de ventas completo y aprender a manejar todas las posibles preguntas, dudas o inquietudes que los clientes les puedan plantear durante la entrevista de ventas como tal.

Se trata de simular una entrevista sin tener que estar enfrente de un cliente real, de forma que no se pueda poner en riesgo una relación comercial potencial, simplemente porque el vendedor no esté completamente preparado para atenderla.

¿Serviría hacer esta actividad, pretendiendo que los clientes siempre fueran dóciles y agradables con el vendedor?

Por supuesto que sí, pero no sería suficiente. Solamente serviría en las etapas iniciales cuando trabajamos con un vendedor novato. A medida que avanzamos en la práctica, las sesiones tienen que ser más intensas, de mayor dificultad, porque la idea es que, al final, el vendedor esté preparado para lidiar con los clientes más difíciles.

¿Por qué hacer énfasis en los difíciles? Porque con los clientes sencillos y dóciles hace negocios cualquiera.

De allí que en el título de esta sección te recomiende que, a los imprevistos, debes sacarles la delantera. Debes estar un paso por delante de ellos, siempre que puedas.

No prestarle atención a los imprevistos ni prepararse para ellos, es un modelo de gestión de negocios infantil.

Aún cuando no los puedes medir con certeza ni saber cuando ocurrirán, tienes que darles espacio y saber que están allí, a la vuelta de la esquina.

¿Por qué?

Porque justamente de ese saber que están a la vuelta de la esquina y que pueden ocurrir en cualquier momento, es que se desprende el siguiente punto: la preparación del colchón económico.

Planifica correctamente las ventas de tu negocio y vende lo suficiente como para que nunca te falte el dinero.

La planificación de ventas - Joel Pinto Romero

Esta ha sido otra de esas cosas que han quedado en evidencia en toda esta situación: la poca planificación que hacen los negocios en general de sus ventas.

Si se hubiesen tomado la planificación de las ventas con la misma seriedad que se planifica cualquier otro evento social de importancia, con toda seguridad habrían habido bolsas de hielo, botellas de vino y cajas de cerveza en la reserva, por si acaso.

¡Por supuesto que sí!

Porque nadie planifica un gran evento social sin hacer especial hincapié en los pequeños detalles, en especial aquellas cositas que, si llegan ocurrir, le destrozarían la fiesta a cualquiera.

¿Por qué dejamos entonces de fijarnos en “esos pequeños detalles” como, por ejemplo, poner a un lado el dinero suficiente como para hacerle frente a un gasto imprevisto de importancia?

La correcta planificación de ventas es vital para la sostenibilidad y crecimiento de un negocio, a cualquier nivel.

Porque, si al caso vamos, lo del coronavirus es algo así (guardando las distancias y los debidos respetos) como cuando llegas a tu casa y te encuentras que, sin aviso y sin protesto, el refrigerador se ha echado a perder por completo y te toca tirar de esos ahorros que tenías por allí guardados para comprarte uno nuevo, o mandar este a reparar.

Menos mal que tenías ese dinerito allí, ¿no?

En tu negocio debe ocurrir exactamente lo mismo, y es una de las recomendaciones que le hago a todos mis clientes: planifica tus ventas de forma tal que vendas lo suficiente para cubrir la totalidad de tus costos operativos, tener dinero para cubrir gastos imprevistos importantes y, finalmente, tener un margen de ganancia interesante.

De esta manera ya no te sirve solamente vender lo que el mercado te permita, sino que tienes que vender números específicos que te faciliten llegar a los objetivos anteriormente descritos.

Y si no llegas a tu meta de ventas un mes, pues tendrás que llegar al siguiente, porque si no lo haces, ya sabes que las cosas no están marchando bien.

Para todos los negocios, grandes y pequeños, ventas es el evento más importante que existe:

  • Si se vende mucho, el negocio prospera.
  • Si se vende lo suficiente, el negocio sobrevive.
  • Si no se vende lo suficiente, el negocio quiebra.

Por lo tanto, debes planificar las ventas de tu negocio de la misma forma que planificas todos los eventos importantes de tu vida.

Poco más. Poco menos.

Construye canales que te permitan comunicarte con tus clientes de forma permanente, incluso si tu negocio está cerrado.

 también lo pudimos comprobar estos días: cientos de negocios cerrados, igual número de empresas que dejaron de comunicarse con sus clientes de una forma u otra, sobretodo de aquellas empresas que estaban tan acostumbradas a vivir y depender del transeúnte, del cliente que entra a la tienda por la puerta.

¿Qué pasa cuando las puertas de la tienda están cerradas, como fue en este caso?

Que si no te has tomado el tiempo para abrir canales de comunicación adicionales, pierdes el contacto con tus clientes.

Y te hablo de cualquier tipo de canal, comenzando por el más sencillo: tener una base de datos de tus clientes conectado a un programa de email marketing, tipo mailchimp o cualquiera del mismo estilo, que te permita mantener esa conversación abierta.

 O incluso las tan nombradas redes sociales. Un blog. Una página web. Cualquier canal.

 Quizás el problema sea que estás acostumbrado a hablarle a tu cliente solamente para venderle y no has aprendido a mantener una conversación diferente, ni te ha hecho falta comunicarte con él a través de otras plataformas.

 Quizá el problema sea que has estado siempre tan ocupado atendiendo tu negocio, que no te has detenido a valorar las múltiples herramientas digitales que existen hoy en día y a las cuales les puedes sacar un tremendo provecho, sobretodo cuando ocurren situaciones como estas. 

Tu negocio, sea del tamaño que sea, necesita construir una pierna digital que le sirva de apoyo ante un parón tan imprevisto como este.

Muchos hemos sido los que nos hemos mantenido en contacto con nuestros clientes y potenciales compradores a través de las redes sociales estos días. Muchos hemos mantenido reuniones a través de vídeo conferencias. Muchos hemos seguido compartiendo archivos a través de aplicaciones como Dropbox y WeTransfer.

Si te vas a modelos de negocios tradicionales: muchos han sido los restaurantes que comenzaron a hacer envíos a domicilio, por ejemplo, o vender a través de aplicaciones móviles. Los informáticos con los que suelo trabajar aumentaron su propuesta de servicio, ofreciendo a todos sus clientes la recogida y entrega de los equipos a domicilio.

Todos estos días de confinamiento deben haber tenido una utilidad para ti. Deben haberte servido para aprender algo.

Para darte cuenta de cosas que no estabas haciendo y que habría sido mejor que hubieses hecho. Para darte cuenta de que las cosas pueden hacerse de una manera diferente.

Debe haberte servido también para que no vuelvas a dormirte en los laureles del éxito, para que no vuelvas a confiarte de que mañana será mejor que hoy y así sucesivamente, porque ha quedado comprobado que los imprevistos existen y que pueden llegar en cualquier momento.

Yo, particularmente, insisto mucho con mis clientes para que trabajemos en éstas áreas: primeramente para que nunca se confíen y siempre estén atentos a las cosas que pueden estar por venir y de las cuales el mercado está continuamente enviando señales.

También los ayudo a planificar sus ventas de la forma más adecuada, haciendo espacio para imprevistos y poniéndole números a la ganancia que quieren obtener. Todo esto lo convertimos en metas de ventas anuales, mensuales y semanales, que les sirven también de orientación para medir el resultado de sus esfuerzos comerciales de forma regular.

Finalmente les insisto, no siempre con éxito y lo tengo que reconocer, en que el mundo que tenemos por delante es perfectamente digital. Que nuestros clientes dentro de 15 o 20 años, serán los adolescentes que hoy en día están totalmente enfocados en plataformas digitales y no saben vivir sin ellas.

El no querer entender el tema digital, o el hecho de no sentarte siquiera a valorar las opciones que existen en el mercado (que son muchas) es hacerle a tu negocio un favor muy flaco.

Es colocarlo en situación de inferioridad ante futuras amenazas. Es negarle la oportunidad de poder tirar de un salvavidas si acaso llegara a hacerle falta de nuevo.

Es necesario que te reinventes un poco, que abras tu mente a nuevos escenarios.

El mundo ha cambiado, no sabemos si para mejor o para peor.

Está en tus manos que, para tu negocio, ese cambio sea para mejor y que nunca más una situación como esta te coja desprevenido.

 

Te dejo este vídeo con la fábula de “La hormiga y el saltamontes”. ¿Lo recuerdas?

 

¿Quién eres? ¿La hormiga o el saltamontes?

 

Aquí te dejo el vínculo para el curso que te comenté más arriba, se llama También puedes acceder a él, haciendo click en la foto que aparece más abajo.

Créditos fotografías: Lorri Lang en Pixabay

Estrategia Comercial: Aumento de Precios vs. Diversificación o Desarrollo de Cartera

Estrategia Comercial: Aumento de Precios vs. Diversificación o Desarrollo de Cartera

Esta semana quiero dedicar este post a un amigo de acá del pueblo cuyo nombre, por razones obvias, no voy a mencionar pero que sepa que le dedico esta entrega con mucho cariño, profesionalmente hablando.

Nuestra conversación giraba alrededor del hecho de que él veía que iba a ser necesario aumentar el precio de sus productos y servicios para compensar un poco el fuerte bajón de ventas que se va a producir luego de que toda esta situación del coronavirus pase, además de servir también para compensar un poco el aumento (justificado o no) de los precios que han hecho los proveedores a quienes él le compra.

Tienes que aprender a interpretar los mensajes que el mercado te lanza. Ir en contra de ellas, implica asumir riesgos innecesarios.

Yo le comentaba que, en una situación como esta, en la que está perfectamente claro que todos vamos a ver nuestra capacidad de comprar cosas disminuida, bien sea porque nuestros negocios han estado cerrados durante todo este tiempo y no hemos factura, o bien porque nos echaron del trabajo y estamos en paro, bien sea porque simplemente hemos quedado emocionalmente muy golpeados por todo lo que hemos vivido y queremos tomarnos las cosas con un poco de calma, bien sea por la razón que sea, los consumidores estamos afectados.

Nos guste, o no nos guste.

Ahora, por mucho que queramos ser positivos (recuerda que yo me considero una persona de naturaleza positiva), el simple hecho de sentarnos en la terraza de un bar, teniendo que tomar todas las medidas de seguridad recomendadas, quizá representa algo que no estaremos tan dispuestos a hacer, o que no haremos con la frecuencia que lo hacíamos antes.

Por lo que, en una situación como esta, en la que el poder adquisitivo de las personas sabemos que va a estar afectado de forma negativo, por lo menos temporalmente, no es lo más recomendable hacer un aumento de precios.

Simplemente no es el momento correcto , ¿Por qué? 

No olvides que el precio de un producto está determinado por la capacidad que tiene el mercado para pagarlo.

Y esto es algo que aprendemos en las etapas más tempranas de nuestras carreras los que nos dedicamos a estos temas.

Tu producto puede ser espectacularmente maravilloso, por supuesto que sí, pero si tu cliente o el mercado hacia el cual te diriges deja de tener la capacidad de pagarlo porque el precio es muy alto, o deja de pensar que el producto es lo suficientemente valioso como para justificar ese precio, hasta allí llegarás.

Tu cliente lo considerará un producto caro.

Si por el otro lado, tu mercado siente que el precio es demasiado bajo y no le inspira la confianza suficiente como para comprarlo, entonces hasta allí habrás llegado: tu producto se quedará en tus manos a pesar de tener un precio muy, muy bajo.

En el otro lado de la balanza existen los productos que tienen una etiqueta de precio bastante alta, que quizás a ti te parecería demasiado y, sin embargo, los clientes no dejan de comprarlo.

¿Por qué?

Quizás no se trate del mejor producto, quizás no tenga la mejor calidad, quizás puede ser por muchas otras razones pero el hecho final es que el cliente está dispuesto a pagar el precio que la empresa pide por su producto o servicio a pesar de que tú consideras que es un precio alto.

Las decisiones relacionadas con el precio de un producto o servicio no se toman a la ligera, porque pueden marcar el rendimiento de ventas para siempre.

¿A dónde te quiero llevar con todo esto? A que la decisión de aumentar los precios de un producto o servicio, no se puede tomar a la ligera, porque sus consecuencias pueden ser difíciles de revertir.

Hace ya algún tiempo, publiqué un artículo en este blog titulado “De 1,80€ a 8,40€: ¿Dónde está el incremento de valor?” en el que compartía contigo una situación que me tocó vivir en primera persona: Por temas de trabajo, tuve que comprar de urgencia una pistola de silicona.

Resulta que ese día andaba por un pequeño pueblo en el que solamente habían dos ferreterías. Ocurrió entonces que entré en una a preguntar por el precio de la pistola de silicona y la propietaria me dijo, rápidamente, 8,40 €.

Me pareció un poquito alto el precio y decidí acercarme a la otra ferretería y, para mi sorpresa, encontré que la misma pistola de silicona, con la misma bolsita, en las mismas condiciones, me costaba 1,80 €

De 1,80 € a 8,40 €. De allí nació el post. ¿Dónde estaba la diferencia si estábamos hablando del mismo producto? Ciertamente pensé que alguien se había equivocado o que ese era mi día de suerte.

Para que lo puedas memorizar con facilidad:el precio va hasta donde el consumidor está dispuesto a pagar por el producto o servicio que recibe. Tanto hacia arriba como hacia abajo.

¿Qué va a hacer tu competencia? ¿Qué estrategia de precios van a tomar ellos?

Como van a reaccionar tus competidores - Joel Pinto Romero

Esa es la otra parte de la ecuación: tus competidores.

Porque quizás tú puedas considerar que aumentar los precios está justificado por una cantidad de razones diversas, sí. Pero, ¿qué ocurre si, ante las mismas condiciones, tu competencia decide mantener sus precios iguales o, incluso, bajarlos para compensar la disminución del poder adquisitivo en general del mercado?

¿Qué vas a hacer entonces?

¿Quedarte tú sólo en la cima, con un producto más caro, solamente porque tú fuiste el único que decidió subir los precios y te quedaste por fuera?

¿Vale la pena correr el riesgo de que el cliente te cuelgue la etiqueta de que “este producto (o servicio) es muy caro” y no haga negocios contigo, o te cueste un montón de esfuerzo y dinero recuperarle?

La diferencia de precio entre un producto y sus competidores está justificada en la diferencia de valor percibido por parte del cliente.

En el mismo artículo que te comentaba más arriba, decía que “ten en cuenta que para justificar la diferencia de precios entre tus productos y los de tus competidores, debes agregar valor. Recuerda que el precio es fundamental para tu producto, porque puede darle larga y próspera vida, o condenarlo desde el principio.”

Por ello, antes de tomar la decisión de aumentar los precios simplemente para no disminuir tu margen de ganancia, tómate un respiro y analízalo todo mejor:

  • Qué tanto pueden tus clientes resentirse por el aumento de precios.
  • Cómo va a reaccionar tu competencia.
  • Si tu aumento de precios va a ser algo temporal o permanente.
  • Qué tanto dinero y esfuerzo te costará recuperar a esos clientes que se vayan.
  • Qué valor puedes añadirle a tu producto como para que tus clientes puedan entender el aumento de precios desde su lado.

En lo que quiero hacer énfasis es en la necesidad de valorar una decisión de este tipo de forma concienzuda, sin dejar nada de lado y sin dejarte llevar por el calentón del momento.

¿Qué cosas puedes hacer para seguir ganando dinero sin aumentar tus precios?

más abajoLa respuesta es única: Vender más. ¿Pero cómo vender más cuando todos sabemos que vamos a pasar por una situación económica bastante difícil?

La respuesta sigue siendo vender más. La buena noticia es que puedes implementar, de forma general, dos estrategias diferentes:

  • Desarrolla tu cartera de clientes: Profundizar en tu estrategia de captación de nuevos negocios. Pon en marcha estrategias que no hayas utilizado antes, abre otros canales de comunicación con tus clientes, busca nuevos mercados, amplía tu base de clientes. En una sóla palabra: no dejes que la incertidumbre por el no saber lo que nos viene, te paralice.
  • Diversifica tu cartera de clientes: Esta tiene dos variantes:
    • La primera de ellas es ampliar la cartera de productos y/o servicios que ofreces para darle un aire renovado a tu negocio y mejorar la oferta general que propones a tus clientes.
    • Concentra tu propuesta de negocios en el valor y no en el precio. Si logras posicionarte como una empresa que ofrece realmente valor a sus clientes, estos dejarán de percibir el precio como un elemento fundamental en la toma de la decisión de compra y se relacionarán contigo de mejor manera.

Si aún así, no ves con claridad qué cosas puedes hacer para vender más en tu negocio, aún pasando por los tiempos que estamos pasando y por los que aún nos quedan por delante, te dejo más abajo el vínculo para un curso gratuito mío que, justamente, lleva ese nombre, que puedes hacer directamente acá, en esta página web, y te tomará menos de 90 minutos.

Para vender de forma sistemática debes realizar acciones en múltiples áreas diferentes. ¿Las conoces? Entonces es un buen momento para que lo hagas.

Son muchas las tareas que puedes poner en marcha para aumentar el volumen de ventas de tu negocio.

Lo importante es que comiences por tener una actitud proactiva hacia las ventas, que no te conformes con vender simplemente lo que el mercado te permite y que elabores estrategias personalizadas según tu situación particular.

Partiendo desde acá podrás construir un panorama comercial mucho más positivo y enriquecedor para tu empresa y, con toda seguridad, esto vendrá acompañado con mejores resultados de ventas a mediano y largo plazo.

Lo importante es que no tires la toalla. Soluciones hay y muchas.

 

Aquí te dejo el vínculo para el curso que te comenté más arriba, se llama También puedes acceder a él, haciendo click en la foto que aparece más abajo.

¿Cómo impulsar el salto de tu negocio al mundo digital?

¿Cómo impulsar el salto de tu negocio al mundo digital?

Una de las pocas cosas que le tengo que agradecer a esta crisis que estamos viviendo hoy en día es que ha puesto de manifiesto completamente la necesidad que tienen los dueños de negocios, en especial los más pequeños, de cambiar la mentalidad con que entienden y se acercan a sus respectivos mercados.

¿Te estás preguntando cuáles son las otras cosas que le agradezco a la crisis? El que haya impulsado a tantísimas personas a aprovechar el tiempo recibiendo formación online acerca de temas muy diversos, algunos de ellos relacionados con la mejor gestión de sus negocios.

También le agradezco a toda esta situación el que haya disminuido considerablemente la distancia que existía entre el comercio en general y las herramientas digitales.

Para muchos la única opción disponible fue mantener sus negocios abiertos recurriendo al teletrabajo, concepto al que se habían negado durante muchísimos años por pensar que les impedía seguir mirando por encima de los hombros de sus empleados y colaboradores.

Queriéndolo o sin querer, hemos tenido una preciosa oportunidad de apreciar lo valiosas que pueden ser las herramientas digitales para nuestros negocios.

Para otros, la única manera de seguir funcionando fue recurrir a la entrega de sus servicios y productos a domicilio. En mi caso, por ejemplo, tuve que reparar mi ordenador portátil de manera urgente durante estos días, y las chicas de la tienda de informática se encargaron de recogerlo acá en casa, llevárselo a sus oficinas y luego traérmelo de vuelta cuando ya estaba reparado, sin ningún costo adicional para mi.

Si quisiera resumirlo en una frase sencilla, te diría que muchos negocios pequeños se han hecho, con toda seriedad, la siguiente pregunta: ¿Cómo puedo dar el salto hacia el mundo digital? ¿Cómo puedo sacarle provecho a todo eso que antes me parecía lejano e, incluso, en algunos casos consideré un juego de niños. 

Lo primero que necesitas es un cambio de mentalidad: De analógico a digital.

En mi charla “Herramientas Digitales del Vendedor Actual” decía que “para poder hablar de transformación digital de nuestros negocios (lo que sería ahora ese “querer dar el salto al mundo digital”) tenías que comenzar por adquirir una mentalidad digital.”

¿Y por qué es necesario esto de “adquirir una mentalidad digital”?

Porque este tema de las herramientas y plataformas digitales no es nada nuevo. Han estado con nosotros desde hace un montón de años, desde el mismo momento en que se inventó el primer ordenador.

¿Qué es una “herramienta digital”? Es simplemente la combinación de un componente físico (hardware) con un componente no físico (software) que está diseñado para hacer nuestras vidas vidas más sencillas y ayudarnos a realizar nuestras tareas diarias.

¿Ejemplos de “herramientas digitales”? Para que visualices bien todo el tiempo que tienen entre nosotros, una de las herramientas digitales mejor conocidas es el procesador de texto.

Sí, aquél programa que vino a reemplazar a nuestra queridísimas máquinas de escribir. También podríamos hablar de las primeras calculadoras y relojes digitales. Es decir, que todo este tema de las herramientas digitales viene desde muy atrás.

Hace pocos años, hacíamos uso de las herramientas digitales solo cuando era necesario. Hoy día son prácticamente parte fundamental de nuestras vidas. ¿Podríamos vivir sin ellas?

Lo que pasa es que, si antes acudíamos a nuestras herramientas digitales solamente para hacer algunas tareas específicas (escribir una novela, leer la hora, hacer un cálculo complejo) pues hoy se han convertido en una parte fundamental de nuestras vidas, tanto que podríamos decir que, sin ellas, no seríamos capaces de llevar a cabo por nosotros mismos tareas básicas.

¿Cómo ha afectado todo esto a tu negocio?

Pues es muy sencillo: Si antes la persona tenía que trasladarse físicamente hasta tu tienda para poder comprar tus productos o contratar tus servicios, hoy en día eso ha cambiado radicalmente. Sentada en el sofá de su casa, con el ordenador sobre sus piernas, cualquier persona, en cualquier sitio del mundo puede acceder a TODOS LOS NEGOCIOS QUE LE VENGAN EN GANA, sin ni siquiera tener que levantar el teléfono.

Si antes podías darte el lujo de decir que eras el mejor del sector porque tú cliente probablemente no fuese a tomarse el trabajo de ir hasta la oficina de tu competencia a confirmar lo que tu estabas diciendo, hoy en día eso no es así. Como te comento, tan sólo basta una conexión a Internet y un navegador para que tu cliente pueda saber no solamente de ti, sino de sopotocientos otros como tú que también dicen ser los mejores de su sector.

Si antes podía ser una ventaja competitiva para ti ser el único bodegón de tu pueblo, o el único instructor de yoga, hoy en día ya eso dejó de ser una ventaja pues tus clientes seguramente puedan acceder a cientos de bodegones que están habilitados para vender sus productos por Internet y enviar sus productos a través de un servicio de entrega, o contratar los servicios de cientos de instructores de yoga que dan sus clases online.

¿Te hacen falta pruebas? Mira simplemente lo que ha ocurrido durante todo este tiempo que hemos permanecido encerrados en nuestras casas.

Allí te lo dejo

Revisa que la base de tu pirámide este fuertemente establecida.

Este gráfico que te pongo acá arriba lo he llamado “Pilares de la transformación digital” y es muy importante que lo tengas en cuenta porque, como te comenté más arriba, esto de dar el salto al mundo digital no va de herramientas sino de mentalidad.

Va de entender cómo ha cambiado el mercado, de cómo ha cambiado la forma de comprar de las personas y su forma de acceder a la información.

Partiendo de este enunciado, te explico entonces las partes de la figura que te muestro en el gráfico arriba, comenzando por la base:

MOTIVACIONES:

En la base de todo están tus motivaciones, que las vamos a diferenciar de dos maneras: NECESIDAD o DESEO.

El querer dar el salto hacia el mundo digital DEBE ESTAR MOTIVADO POR UNA NECESIDAD O POR UN DESEO tuyo como comerciante, como negocio, como empresa.

No puede estar motivado por razones tales como “es que todo el mundo lo está haciendo”, “es que mi primo me dijo”, “es que fulano lo está haciendo y le va muy bien” y razonamientos por el estilo.

Tiene que estar motivado por una razón empresarial, de negocio: Quiero que mi negocio de el salto al mundo digital porque necesito vender más, porque mi negocio se está quedando atrás, porque estoy perdiendo clientes, porque estoy en pérdidas, etc…. En este caso estás hablando de NECESIDADES. Lo quieres hacer porque tu negocio realmente lo necesita, sino se hunde.

Si tus motivaciones para darte el salto digital no son lo suficientemente fuertes, pronto te quedarás sin energía para cosechar los resultados de tus esfuerzos.

La otra es que te esté yendo bien y quieras, por ejemplo, que te vaya mejor, vender más, ganar más dinero. Quieres expandirte hacia otras ciudades y te has dado cuenta que las herramientas digitales te lo permitirán sin tener que estar haciendo cientos de kilómetros en el proceso.

En este caso no estás hablando de que tu negocio LO NECESITA, sino más bien, que LO DESEA.

Ten en cuenta que si no existe una motivación tuya, propia, de tu negocio, el resto no funcionará.

He visto muchos negocios que han funcionado bien durante mucho tiempo, que sus dueños ganan dinero suficiente para pagar todas sus facturas, pagar los estudios de sus hijos y llevar un estilo de vida holgado, y simplemente no se lo plantean. ¿Para qué?

CONOCIMIENTOS:

Luego de las motivaciones, tenemos que hablar del SABER HACERLO, del conocimiento, porque esto de hacer el salto al mundo digital tiene sus historias, sus reglas de juego, sus códigos específicos y no se trata simplemente de abrirte perfiles en todas las redes sociales existentes y comprar todas las herramientas o aplicaciones chulas que existen en el mercado.

Va un poco más allá, y para recorrer ese camino hace falta tener el conocimiento y la experiencia necesarios. Es como si mañana dijeras “quiero ser piloto” y te fueras directamente a alquilar un avión en el aeropuerto. ¿Qué te pasaría?

¡Pues acá pasa lo mismo!

Y para responder a esa necesidad de SABER HACER LAS COSAS tienes dos opciones: adquirir los conocimientos tú mismo y que te encargues de gestionarlo todo (no del todo recomendable porque entonces dejarías de prestarle atención a lo que es tu trabajo principal: gestionar tu negocio), además que implicaría estarte metiendo en una zona para la cual no tienes ningún tipo de experiencia previa. Como dicen “zapatero a tus zapatos”

Reconocer que no tienes los conocimientos necesarios para hacer una tarea específica y delegarla entonces en un profesional competente, demuestra que eres un empresario competente.

También tienes la opción de contratar los servicios de un profesional para que lo haga por ti, es decir, delegar estas tareas en individuos calificados profesionalmente para llevarlas a cabo, bien sea que los contrates como empleados o como consultores externos, eso dependerá de tu capacidad económica.

Muy recomendable porque significa que, desde el principio, te estarías tomando el tema del salto de tu negocio con la seriedad requerida.

RECURSOS:

Y finalmente tenemos que hablar de RECURSOS. Sí, porque por muy bonito que parezca todo, la calidad de tu salto digital dependerá de los recursos que tengas disponibles. Cuando hablamos de recursos nos referimos a tiempo, dinero, personas y herramientas.

Las herramientas son lo de menos porque abundan en el mercado y muchas ellas son de bajo costo o, incluso, gratuitas. Sin embargo, TIEMPO, DINERO y PERSONAS son fundamentales.

Mientras más azúcar, más dulce. Según sea la disponibilidad de recursos que tienes disponibles, o que estás dispuesto a invertir, más altas podrán ser tus expectativas.

Porque, como ya habrás podido adivinar, todo esto de dar el salto digital de tu negocio no se hace de la noche a la mañana. Lleva consigo la necesidad de hacer una planificación mínima para luego dedicarle tiempo, y ese tiempo lo tiene que poner alguien, bien seas tú o alguna persona (o personas) que contrates para ese fin.

Lo que si está muy claro es que las características de tu “salto al mundo digital” estarán determinadas, casi exclusivamente, por los recursos que tengas disponibles o que estés dispuesto a invertir en ello.

Por eso te decía al principio que, si la base de esta pirámide (motivaciones) no está fuertemente establecida, todo lo demás dejará de tener sentido porque, tarde o temprano se convertirá en una carga insoportable para ti, algo que ni siquiera sabes por qué lo estás haciendo, que no sabes qué beneficio aportará a tu negocio y entonces lo dejarás, frustrado y desilusionado.

Cuando el problema estuvo en tu falta de motivación e interés.

Arrópate solamente hasta donde te llegue la cobija.

Quizás la recomendación más importante que te puedo hacer en este tema, más allá de que establezcas objetivos claros y planifiques el trabajo que vas a hacer, es que no quieras, de la noche a la mañana, convertirte en la diva de la fiesta.

Sí, es cierto que hay muchas empresas que han logrado resultados extraordinarios impulsando la presencia de sus empresas en plataformas digitales y haciendo uso de las muy novedosas herramientas que existen.

Eso es verdad.

Pero también es cierto que cada empresa tiene su historia y la situación de cada una es particular en cuanto a los recursos que tiene disponibles y los objetivos que se plantea.

Aléjate siempre que puedas, de las estrategias plantilla. Esas que se basan en la propuesta de que “esto es lo que hace todo el mundo”.

Por ello, lo más efectivo es que te hagas un mapa de la ruta que quieres seguir y, en función de ello, escojas lo demás:

  • ¿A qué público me quiero dirigir?
  • ¿En qué plataformas digitales los puedo encontrar?
  • ¿Qué objetivos quiero lograr?
  • ¿En cuánto tiempo quiero lograrlos?
  • ¿Qué herramientas me ayudarán a hacer un trabajo más efectivo?
  • ¿Cuánto tiempo, dinero y personas me harán falta para ponerlo todo en marcha?
  • ¿Cómo mediré los resultados que voy obteniendo y con qué frecuencia?
  • ¿Qué acciones pondré en marcha en función de los resultados que vaya obtenido?

Como te indico más arriba, cada empresa, cada negocio, cada proyecto emprendedor está en capacidad de dar su propio salto hacia el mundo digital, y el cómo será este salto está directamente relacionado con la situación específica de cada uno, en cada momento.

No existen plantillas específicas que seguir ni modelos que te puedan garantizar el éxito absoluto.

Lo que sí existen son procesos y modelos de trabajo que están diseñados para hacer tu salto particular lo más placentero y efectivo posible, por lo que la invitación que te hago es a que desarrolles esa mentalidad digital si no la tienes todavía, o la fortalezcas entendiendo como ha cambiado el mundo a tu alrededor.

A partir de esa mentalidad digital arraigada te será mucho más sencillo impulsar el salto de tu negocio hacia el mundo digital.

Te dejo acá abajo el vínculo para la charla que te comenté más arriba: «Herramientas Digitales del Vendedor Moderno».

Si no te has suscrito aún a mi canal, pues puedes aprovechar el momento entonces 😀

 

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