La Decisión de Negocios Más Difícil: Cuando Detenerte y Cambiar De Rumbo
Hace unos días asistí con mi querida compañera Reyes Ramón a un importante evento de marketing digital en Alicante, el iDay, y como siempre, una de las ponencias me llamó profundamente la atención y me sirvió de inspiración para el tema que quiero tratar contigo hoy.
En este caso, Pep Rubio se refería en su exposición al hecho de que reconocer el momento en el que tienes que detenerte para cambiar de rumbo y “ganar, perdiendo” es un elemento muy importante que hay que tomar en cuenta dentro de todo negocio.
Y coincido con él 100% porque pareciera que, en el mundo que vivimos, hablar de “detenerte y cambiar de rumbo” está profundamente asociado con el hecho de fracasar, de perder, y yo veo las cosas de una manera diferente.
Hace tiempo, en un artículo que publiqué en este blog, escribía que “no es lo mismo concentrar el 100% de tus energías y tiempo en el logro de tus objetivos, que seguir haciéndolo después que ha dejado de tener sentido” y es algo que recomiendo a todas las personas con las que tengo la oportunidad de hablar de planificación de negocios y para aquéllas a las que les sirvo de asesor.
Conociendo nuestras opciones a la hora de tomar decisiones.
Me gusta aplicar en mi vida, cosas interesantes que he aprendido de otros entornos y que funcionan muy bien. Cuando estaba sacando mi licencia de piloto, una de las áreas en las que ponían más énfasis los instructores, era la práctica de los procedimientos de emergencia.
Recuerdo que una de las maniobras que hacíamos con regularidad era el aterrizaje de emergencia y cuya práctica no comenzaba cuando el instructor simulaba el fallo del motor. Comenzaba bastante antes.
El primer paso consistía siempre en conocer cual era el aeropuerto más cercano o tener visualizado el sitio en el cual iba a aterrizar en el caso de que me fallara un motor. De esta manera, cuando el instructor me decía “has perdido el motor, ¿qué vas a hacer ahora?”, ya yo tenía en mente un par de lugares a los cuales me podría dirigir para aterrizar el avión.
¿De qué servía esta práctica? Pues creo que es muy sencillo: Conociendo de antemano las opciones que tenía para aterrizar el avión, me permitía concentrar toda mi atención en el procedimiento de emergencia en el momento que un fallo real ocurriera durante un vuelo.
Recuerda que, en mi caso, todo esto lo hacía durante mi entrenamiento, y nunca, gracias a Dios, tuve una emergencia durante un vuelo real y si la hubiera tenido, habría estado ya suficientemente preparado de antemano.
Un cambio de rumbo es siempre la decisión más inteligente.
Piensa por ejemplo en una situación real: Durante un vuelo, uno de los tripulantes del avión se da cuenta de que algo anda mal. Analizando la información que le dan los instrumentos (¿te suena a análisis de KPI?) se da cuenta de que un motor está perdiendo bastante presión y seguramente va a fallar en cualquier momento.
¿Qué debe hacer la tripulación del avión?
- ¿Dirigirse hacia el aeropuerto más cercano, hacer un aterrizaje de emergencia y permitir que el avión sea revisado y reparado si es posible? o…
- ¿Continuar obstinadamente el vuelo y seguir hacia su aeropuerto de destino, a pesar de estar poniendo en riesgo la vida de todas las personas que van a bordo?
La respuesta es obvia, o por lo menos debería serlo. Vayámonos ahora a un entorno de negocios, tu empresa: Tienes un cliente que ha representado el 80% de tu facturación mensual durante los últimos dos años y, repentinamente, te dice que está cerrando sus puertas y que no te va a comprar más.
¿Qué haces? ¿Tratas de seguir adelante a pesar de haber perdido un 80% de tu facturación o te sientas seriamente a plantearte un cambio de rumbo?
A propósito: Nunca te cruces de brazos cuando tu empresa dependa de un sólo cliente. Justamente lo contrario, es una situación que debes evitar siempre que te sea posible 😀
¿Quieres conocer algunas empresas que tuvieron que cambiar de rumbo en algún momento?
Cuando nos referimos a las grandes empresas de nuestro mundo digital, solemos verlas como aquéllos monstruos exitosos que le dan envidia a todo el mundo, pero no nos detenemos a pensar que, así como tú y como yo, esas empresas también tuvieron un comienzo.
Muchas de ellas incluso han tenido que tomar cambios de rumbo importantes en situaciones de emergencia.
Leía en un artículo titulado “¿Por qué no pensé en eso? 10 cambios de rumbo no previsto que fueron un éxito”, publicado por Javier Megías (a quién te recomiendo leer), acerca de importantes empresas de hoy en día que, en su momento, tuvieron que sentarse en la mesa, y con la mente clara y fresca, tomar la decisión de cambiar de rumbo.
En algunos casos, los cambios han sido suaves y en otros profundamente radicales. ¿Sabías que YouTube comenzó siendo un sitio para buscar citas en línea?
En todo caso, la idea que te quiero transmitir, si no lo he hecho ya un par de veces, es que dentro de todo plan de negocio, en todo emprendimiento, debes tener la suficiente flexibilidad como para cambiar de rumbo.
Recuerda que no es lo mismo ser una persona perseverante que ser simplemente obstinado. ¿Cuál es la diferencia? El obstinado sigue hacia adelante, aún cuando lo que está haciendo ha dejado de tener sentido.
Crédito fotografía: Kristopher Allison en Unsplash
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