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¿Cómo impulsar el salto de tu negocio al mundo digital?

¿Cómo impulsar el salto de tu negocio al mundo digital?

Una de las pocas cosas que le tengo que agradecer a esta crisis que estamos viviendo hoy en día es que ha puesto de manifiesto completamente la necesidad que tienen los dueños de negocios, en especial los más pequeños, de cambiar la mentalidad con que entienden y se acercan a sus respectivos mercados.

¿Te estás preguntando cuáles son las otras cosas que le agradezco a la crisis? El que haya impulsado a tantísimas personas a aprovechar el tiempo recibiendo formación online acerca de temas muy diversos, algunos de ellos relacionados con la mejor gestión de sus negocios.

También le agradezco a toda esta situación el que haya disminuido considerablemente la distancia que existía entre el comercio en general y las herramientas digitales.

Para muchos la única opción disponible fue mantener sus negocios abiertos recurriendo al teletrabajo, concepto al que se habían negado durante muchísimos años por pensar que les impedía seguir mirando por encima de los hombros de sus empleados y colaboradores.

Queriéndolo o sin querer, hemos tenido una preciosa oportunidad de apreciar lo valiosas que pueden ser las herramientas digitales para nuestros negocios.

Para otros, la única manera de seguir funcionando fue recurrir a la entrega de sus servicios y productos a domicilio. En mi caso, por ejemplo, tuve que reparar mi ordenador portátil de manera urgente durante estos días, y las chicas de la tienda de informática se encargaron de recogerlo acá en casa, llevárselo a sus oficinas y luego traérmelo de vuelta cuando ya estaba reparado, sin ningún costo adicional para mi.

Si quisiera resumirlo en una frase sencilla, te diría que muchos negocios pequeños se han hecho, con toda seriedad, la siguiente pregunta: ¿Cómo puedo dar el salto hacia el mundo digital? ¿Cómo puedo sacarle provecho a todo eso que antes me parecía lejano e, incluso, en algunos casos consideré un juego de niños. 

Lo primero que necesitas es un cambio de mentalidad: De analógico a digital.

En mi charla “Herramientas Digitales del Vendedor Actual” decía que “para poder hablar de transformación digital de nuestros negocios (lo que sería ahora ese “querer dar el salto al mundo digital”) tenías que comenzar por adquirir una mentalidad digital.”

¿Y por qué es necesario esto de “adquirir una mentalidad digital”?

Porque este tema de las herramientas y plataformas digitales no es nada nuevo. Han estado con nosotros desde hace un montón de años, desde el mismo momento en que se inventó el primer ordenador.

¿Qué es una “herramienta digital”? Es simplemente la combinación de un componente físico (hardware) con un componente no físico (software) que está diseñado para hacer nuestras vidas vidas más sencillas y ayudarnos a realizar nuestras tareas diarias.

¿Ejemplos de “herramientas digitales”? Para que visualices bien todo el tiempo que tienen entre nosotros, una de las herramientas digitales mejor conocidas es el procesador de texto.

Sí, aquél programa que vino a reemplazar a nuestra queridísimas máquinas de escribir. También podríamos hablar de las primeras calculadoras y relojes digitales. Es decir, que todo este tema de las herramientas digitales viene desde muy atrás.

Hace pocos años, hacíamos uso de las herramientas digitales solo cuando era necesario. Hoy día son prácticamente parte fundamental de nuestras vidas. ¿Podríamos vivir sin ellas?

Lo que pasa es que, si antes acudíamos a nuestras herramientas digitales solamente para hacer algunas tareas específicas (escribir una novela, leer la hora, hacer un cálculo complejo) pues hoy se han convertido en una parte fundamental de nuestras vidas, tanto que podríamos decir que, sin ellas, no seríamos capaces de llevar a cabo por nosotros mismos tareas básicas.

¿Cómo ha afectado todo esto a tu negocio?

Pues es muy sencillo: Si antes la persona tenía que trasladarse físicamente hasta tu tienda para poder comprar tus productos o contratar tus servicios, hoy en día eso ha cambiado radicalmente. Sentada en el sofá de su casa, con el ordenador sobre sus piernas, cualquier persona, en cualquier sitio del mundo puede acceder a TODOS LOS NEGOCIOS QUE LE VENGAN EN GANA, sin ni siquiera tener que levantar el teléfono.

Si antes podías darte el lujo de decir que eras el mejor del sector porque tú cliente probablemente no fuese a tomarse el trabajo de ir hasta la oficina de tu competencia a confirmar lo que tu estabas diciendo, hoy en día eso no es así. Como te comento, tan sólo basta una conexión a Internet y un navegador para que tu cliente pueda saber no solamente de ti, sino de sopotocientos otros como tú que también dicen ser los mejores de su sector.

Si antes podía ser una ventaja competitiva para ti ser el único bodegón de tu pueblo, o el único instructor de yoga, hoy en día ya eso dejó de ser una ventaja pues tus clientes seguramente puedan acceder a cientos de bodegones que están habilitados para vender sus productos por Internet y enviar sus productos a través de un servicio de entrega, o contratar los servicios de cientos de instructores de yoga que dan sus clases online.

¿Te hacen falta pruebas? Mira simplemente lo que ha ocurrido durante todo este tiempo que hemos permanecido encerrados en nuestras casas.

Allí te lo dejo

Revisa que la base de tu pirámide este fuertemente establecida.

Este gráfico que te pongo acá arriba lo he llamado “Pilares de la transformación digital” y es muy importante que lo tengas en cuenta porque, como te comenté más arriba, esto de dar el salto al mundo digital no va de herramientas sino de mentalidad.

Va de entender cómo ha cambiado el mercado, de cómo ha cambiado la forma de comprar de las personas y su forma de acceder a la información.

Partiendo de este enunciado, te explico entonces las partes de la figura que te muestro en el gráfico arriba, comenzando por la base:

MOTIVACIONES:

En la base de todo están tus motivaciones, que las vamos a diferenciar de dos maneras: NECESIDAD o DESEO.

El querer dar el salto hacia el mundo digital DEBE ESTAR MOTIVADO POR UNA NECESIDAD O POR UN DESEO tuyo como comerciante, como negocio, como empresa.

No puede estar motivado por razones tales como “es que todo el mundo lo está haciendo”, “es que mi primo me dijo”, “es que fulano lo está haciendo y le va muy bien” y razonamientos por el estilo.

Tiene que estar motivado por una razón empresarial, de negocio: Quiero que mi negocio de el salto al mundo digital porque necesito vender más, porque mi negocio se está quedando atrás, porque estoy perdiendo clientes, porque estoy en pérdidas, etc…. En este caso estás hablando de NECESIDADES. Lo quieres hacer porque tu negocio realmente lo necesita, sino se hunde.

Si tus motivaciones para darte el salto digital no son lo suficientemente fuertes, pronto te quedarás sin energía para cosechar los resultados de tus esfuerzos.

La otra es que te esté yendo bien y quieras, por ejemplo, que te vaya mejor, vender más, ganar más dinero. Quieres expandirte hacia otras ciudades y te has dado cuenta que las herramientas digitales te lo permitirán sin tener que estar haciendo cientos de kilómetros en el proceso.

En este caso no estás hablando de que tu negocio LO NECESITA, sino más bien, que LO DESEA.

Ten en cuenta que si no existe una motivación tuya, propia, de tu negocio, el resto no funcionará.

He visto muchos negocios que han funcionado bien durante mucho tiempo, que sus dueños ganan dinero suficiente para pagar todas sus facturas, pagar los estudios de sus hijos y llevar un estilo de vida holgado, y simplemente no se lo plantean. ¿Para qué?

CONOCIMIENTOS:

Luego de las motivaciones, tenemos que hablar del SABER HACERLO, del conocimiento, porque esto de hacer el salto al mundo digital tiene sus historias, sus reglas de juego, sus códigos específicos y no se trata simplemente de abrirte perfiles en todas las redes sociales existentes y comprar todas las herramientas o aplicaciones chulas que existen en el mercado.

Va un poco más allá, y para recorrer ese camino hace falta tener el conocimiento y la experiencia necesarios. Es como si mañana dijeras “quiero ser piloto” y te fueras directamente a alquilar un avión en el aeropuerto. ¿Qué te pasaría?

¡Pues acá pasa lo mismo!

Y para responder a esa necesidad de SABER HACER LAS COSAS tienes dos opciones: adquirir los conocimientos tú mismo y que te encargues de gestionarlo todo (no del todo recomendable porque entonces dejarías de prestarle atención a lo que es tu trabajo principal: gestionar tu negocio), además que implicaría estarte metiendo en una zona para la cual no tienes ningún tipo de experiencia previa. Como dicen “zapatero a tus zapatos”

Reconocer que no tienes los conocimientos necesarios para hacer una tarea específica y delegarla entonces en un profesional competente, demuestra que eres un empresario competente.

También tienes la opción de contratar los servicios de un profesional para que lo haga por ti, es decir, delegar estas tareas en individuos calificados profesionalmente para llevarlas a cabo, bien sea que los contrates como empleados o como consultores externos, eso dependerá de tu capacidad económica.

Muy recomendable porque significa que, desde el principio, te estarías tomando el tema del salto de tu negocio con la seriedad requerida.

RECURSOS:

Y finalmente tenemos que hablar de RECURSOS. Sí, porque por muy bonito que parezca todo, la calidad de tu salto digital dependerá de los recursos que tengas disponibles. Cuando hablamos de recursos nos referimos a tiempo, dinero, personas y herramientas.

Las herramientas son lo de menos porque abundan en el mercado y muchas ellas son de bajo costo o, incluso, gratuitas. Sin embargo, TIEMPO, DINERO y PERSONAS son fundamentales.

Mientras más azúcar, más dulce. Según sea la disponibilidad de recursos que tienes disponibles, o que estás dispuesto a invertir, más altas podrán ser tus expectativas.

Porque, como ya habrás podido adivinar, todo esto de dar el salto digital de tu negocio no se hace de la noche a la mañana. Lleva consigo la necesidad de hacer una planificación mínima para luego dedicarle tiempo, y ese tiempo lo tiene que poner alguien, bien seas tú o alguna persona (o personas) que contrates para ese fin.

Lo que si está muy claro es que las características de tu “salto al mundo digital” estarán determinadas, casi exclusivamente, por los recursos que tengas disponibles o que estés dispuesto a invertir en ello.

Por eso te decía al principio que, si la base de esta pirámide (motivaciones) no está fuertemente establecida, todo lo demás dejará de tener sentido porque, tarde o temprano se convertirá en una carga insoportable para ti, algo que ni siquiera sabes por qué lo estás haciendo, que no sabes qué beneficio aportará a tu negocio y entonces lo dejarás, frustrado y desilusionado.

Cuando el problema estuvo en tu falta de motivación e interés.

Arrópate solamente hasta donde te llegue la cobija.

Quizás la recomendación más importante que te puedo hacer en este tema, más allá de que establezcas objetivos claros y planifiques el trabajo que vas a hacer, es que no quieras, de la noche a la mañana, convertirte en la diva de la fiesta.

Sí, es cierto que hay muchas empresas que han logrado resultados extraordinarios impulsando la presencia de sus empresas en plataformas digitales y haciendo uso de las muy novedosas herramientas que existen.

Eso es verdad.

Pero también es cierto que cada empresa tiene su historia y la situación de cada una es particular en cuanto a los recursos que tiene disponibles y los objetivos que se plantea.

Aléjate siempre que puedas, de las estrategias plantilla. Esas que se basan en la propuesta de que “esto es lo que hace todo el mundo”.

Por ello, lo más efectivo es que te hagas un mapa de la ruta que quieres seguir y, en función de ello, escojas lo demás:

  • ¿A qué público me quiero dirigir?
  • ¿En qué plataformas digitales los puedo encontrar?
  • ¿Qué objetivos quiero lograr?
  • ¿En cuánto tiempo quiero lograrlos?
  • ¿Qué herramientas me ayudarán a hacer un trabajo más efectivo?
  • ¿Cuánto tiempo, dinero y personas me harán falta para ponerlo todo en marcha?
  • ¿Cómo mediré los resultados que voy obteniendo y con qué frecuencia?
  • ¿Qué acciones pondré en marcha en función de los resultados que vaya obtenido?

Como te indico más arriba, cada empresa, cada negocio, cada proyecto emprendedor está en capacidad de dar su propio salto hacia el mundo digital, y el cómo será este salto está directamente relacionado con la situación específica de cada uno, en cada momento.

No existen plantillas específicas que seguir ni modelos que te puedan garantizar el éxito absoluto.

Lo que sí existen son procesos y modelos de trabajo que están diseñados para hacer tu salto particular lo más placentero y efectivo posible, por lo que la invitación que te hago es a que desarrolles esa mentalidad digital si no la tienes todavía, o la fortalezcas entendiendo como ha cambiado el mundo a tu alrededor.

A partir de esa mentalidad digital arraigada te será mucho más sencillo impulsar el salto de tu negocio hacia el mundo digital.

Te dejo acá abajo el vínculo para la charla que te comenté más arriba: «Herramientas Digitales del Vendedor Moderno».

Si no te has suscrito aún a mi canal, pues puedes aprovechar el momento entonces 😀

 

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¿Cómo Ganarte La Preferencia De Tus Clientes Cuando Eres Un Pequeño Negocio Local?

¿Cómo Ganarte La Preferencia De Tus Clientes Cuando Eres Un Pequeño Negocio Local?

Son muchos los dueños de pequeños comercios y empresas locales que manifiestan su malestar hacia las grandes corporaciones, incluso las empresas que venden por Internet, argumentando que les quitan los clientes, que compiten de forma desleal, que siempre ofrecen los precios más bajos, que así cualquiera se gana a los clientes, etc.

Y lejos de querer entrar en las razones que están detrás de un lado y del otro, porque cada uno tendrá las suyas, quiero centrar este post en lo que tú, como pequeño comerciante local, puedes hacer para ganarte la preferencia de tus clientes y que estos no se vayan a comprar a otra ciudad, o a otra empresa.

Yo soy partidario de los mercados competitivos, primero porque defiendo ampliamente la libertad que tienen todas las personas de comprar los productos y servicios que necesitan en los lugares que les ofrezcan las mejores condiciones o los lugares que hayan sabido ganarse mejor su preferencia y confianza.

Los mercados competitivos son los que realmente te ayudan a crecer y desarrollarte.

Segundo, porque entiendo que los mercados competitivos te ayudan a crecer, te ayudan a mantenerte en forma, te ayudan a gestionar tu negocio de una forma mucho más proactiva e involucrada, y no solamente a levantar la persiana y esperar que la gente venga a tropel para comprarte, sin mayor esfuerzo de tu parte.

Por supuesto que sí: Los gobiernos tienen la obligación de garantizar entornos legales que promuevan la facilidad de hacer negocios y la competencia leal entre los distintos agentes del mercado.

Por supuesto que sí. Sin embargo, más allá de ello, considero que es responsabilidad y tarea de cada uno labrarse el futuro que mejor le convenga, utilizando todas las herramientas que están disponibles en el mercado e invirtiendo en ellas los recursos que cada uno tenga disponibles.

Porque si una cosa es cierta: Las herramientas están disponibles para todos.

Pero vamos a comenzar por el principio. 

Conoce a tu competencia: ¿Qué hacen ellos que tú no haces?

Yo te invito a que después que hayas descargado toda tu frustración hacia las grandes empresas que te quitan clientes de forma desleal, a los que venden por internet, te detengas por un momento y analices qué es lo que puede estar pasando no solamente del lado de la empresa, sino del lado del cliente.

Primero que nada, no puedes pensar que tus competidores le están poniendo una pistola en la cabeza a tus clientes, obligándolos a hacer negocios con ellos.

Eso no es así, nunca ha sido y nunca lo será.

Cada uno de tus clientes es perfectamente libre de hacer negocios con quien le venga en gana. Tu tarea es ganártelo para ti.

Los clientes deciden hacer negocios con aquellas empresas que ellos sienten les están ofreciendo el mayor nivel de satisfacción, la mejor experiencia de uso.

Y préstale mucha atención a esa frase, porque es importante: La preferencia de un cliente no solamente se la gana la empresa que tiene el mejor precio.

Es una creencia muy común, pero errónea.

Entonces, analiza con detenimiento: ¿por qué pudieran mis clientes querer hacer negocios con otra empresa?

  • ¿Porque les ofrecen mejores precios?
  • ¿Porque les ofrecen mejores condiciones de pago o de financiación?
  • ¿Porque venden por internet?
  • ¿Porque el servicio post-venta es mejor?
  • ¿Porque se comunican con el cliente de forma más eficiente?
  • ¿Porque los tiempos de entrega son más cortos?
  • ¿Porque el rendimiento de los productos son superiores a los tuyos?
  • ¿Porque las marcas de sus productos son de más confianza?
  • Y cualquier otra pregunta que puedas hacerte que te arroje más luz acerca del tema.

Si tu análisis es honesto y tus respuestas sinceras, estarás haciendo un profundo descubrimiento: estarás poniéndote en los zapatos de tu cliente y entendiendo cuáles son los criterios que este utiliza para tomar sus decisiones de compra y a quienes premia con su fidelidad.

Con este pequeño ejercicio dejarás de culpar a las grandes empresas, a las grandes superficies y a los que venden por internet de quitarte clientes, y comenzarás a gestionar tu mercado local de forma proactiva, para que los clientes confíen en ti y hagan negocios contigo.

¿Qué puedes hacer de forma diferente? ¿Qué puedes hacer para diferenciarte?

Y esta es la parte importante de todo este análisis. La simple queja, no te lleva a ningún sitio por sí misma. La acción importante a poner en marcha aquí es decidir ¿qué puedes hacer tú para voltear la tortilla? ¿qué puedes hacer para que tu cliente te prefiera a ti y no a tus competidores?

De este lado del análisis, tendrías que plantearte preguntas como:

  • ¿Puedo yo ofrecer mejores precios que mis competidores?
  • ¿Puedo yo ofrecer mejores condiciones de pago o de financiación?
  • ¿Puedo vender mis productos o servicios por internet?
  • ¿Puedo yo ofrecer un mejor servicio post-venta?
  • ¿Puedo comunicarme con mis clientes de una forma más eficiente?
  • ¿Puedo mejorar los tiempos de entrega de mis productos y servicios?
  • ¿Puedo mejorar la calidad de mis productos o servicios, o incluso ofrecer nuevos productos?
  • ¿Qué puedo hacer para que mis clientes confíen más en mi marca que en otras?

Si te fijas entonces, ya estás hablando de acciones específicas. Ya has dejado de quejarte para poner entonces manos a la obra en puntos específicos.

Cualquier empresa que te quite clientes, debes considerarlo como competencia, independientemente de su tamaño o situación.

Además, este análisis te permitirá construir un punto de vista objetivo: No se trata de que tus competidores la tengan cogida contigo o que te tengan manía, de ninguna manera.

De hecho, a tus competidores les importa muy poco el que tu te quejes o no, y menos les importas aún cuanto más grandes son tus competidores.

Amazon, AlíExpress, Carrefour, El Corte Inglés y todo ellos continuarán estando en el mercado mientras el tiempo y las condiciones así lo permitan.

Lo importante será lo que tú vayas a hacer para manejar esta situación y convertirla en favorable para tí.

Construye una verdadera propuesta de valor diferencial. Diferénciate de los demás.

Como sabes, soy consultor independiente en gestión comercial y de negocios. A través de mis servicios, ayudo a mis clientes a desarrollar estrategias de ventas personalizadas para sus negocios mediante la construcción de procesos comerciales integrales en los cuales consideramos a la venta como una consecuencia natural de la estrategia de comunicación que la empresa pone en marcha.

Mientras mejor y más eficiente sea la comunicación, mejor y más eficiente será el rendimiento de ventas.

Sin embargo, como yo, hay muchos otros consultores.

¿Qué he hecho yo? ¿Quejarme de los que venden sus horas de consultoría a precios muy bajos?

No, todo lo contrario: Me he concentrado en desarrollar una propuesta de valor diferente, gracias a la cual todos mis clientes se queden gratamente sorprendidos al hablar conmigo y darse cuenta de que pongo en sus manos un amplio abanico de opciones para ayudarles a resolver problemas que van, muchas veces, mucho más allá del área de ventas.

Y te invito a hacer lo mismo.

¿Que no puedes competir con precios? Concéntrate entonces en las otras áreas en las que si puedes hacer algo diferente y que añada valor. ¿Que no puedes vender tus productos o servicios por internet? Busca la forma entonces de posicionarte en otras áreas en las que si puedes ofrecer algo nuevo, rompedor como dicen por allí.

¿Sobre qué criterios has creado tu propuesta diferencial? ¿Sobre los criterios tuyos o tomando como base las opiniones de tus clientes?

La idea es no quedarse de manos cruzadas mientras tus competidores siguen quitándote clientes y tu solamente te quedas de brazos cruzados.

¿Qué vas a hacer para que la situación te favorezca?

En un artículo pasado te decía que el mercado no tiene favoritos. El mercado simplemente pone las condiciones y las reglas del juego. Ya le toca a cada uno hacer lo mejor que puede para convertirse en el líder del mercado o simplemente salir adelante.

¿Tú qué estás haciendo hoy? ¿Cuáles van a ser tus próximas acciones para ganarte la confianza de tus clientes y que prefieran hacer negocios contigo?

Crédito fotografía Gerd Altmann en Pixabay

Curso "¿Cómo hacer un Plan de Ventas?"

Aprender a diseñar un plan de ventas personalizado para tu negocio, que te permita hacer espacios para cubrir situaciones y gastos imprevistos, será siempre una destreza importante que te permitirá estar dos pasos por delante del mercado.

Con mi curso «¿Cómo hacer un Plan de Ventas?» podrás aprender a hacerlo de forma sencilla.

¿Cómo Vender Lo Que Necesitas y No Solamente Lo Que El Mercado Te Permite?

¿Cómo Vender Lo Que Necesitas y No Solamente Lo Que El Mercado Te Permite?

De todas las situaciones que vivimos es necesario sacar una lección. De nada sirve pasar por períodos tan duros como los que estamos viviendo hoy en día con el coronavirus, si no nos llevamos una valiosa lección con nosotros que podamos aplicar en nuestras vidas y nos ayuden a pasarla mejor en el futuro.

¿Cómo puedes prepararte para una situación que te obliga a mantener cerrado tu negocio por un período de tiempo indeterminado? ¿Cómo hacer cuando, por más que quieras, no puedes ir a trabajar a tu oficina porque la actividad que desempeñas no se considera una actividad “indispensable”?

¿Quién te compensa por ese tiempo perdido? ¿Quién te compensa por el dinero que estás dejando de recibir aún cuando pudieras estar trabajo de forma normal?

¿Quién va a pagar tus facturas cuando no estás teniendo la capacidad de producir dinero?

Tiempos complicados como los que estamos viviendo requieren más de soluciones que de razones.

Todos estamos esperando que el Gobierno se pronuncie de alguna manera y ayude a todos aquellos que la están pasando mal. Hoy es cuando se hacen más pesado que nunca los vicios del sistema. Ante esta situación de emergencia, la falta de recursos de todo tipo se convierte en un peso asfixiante.

¿De dónde saldrá el dinero necesario para aminorar el impacto económico de esta profunda crisis sanitaria?

Ahora, pasando de lo macro a lo micro: ¿De dónde saldrá el dinero necesario para que nosotros, los pequeños empresarios, podamos seguir adelante y vadear de la mejor manera los tiempos inciertos que tenemos enfrente de nosotros?

Aparte de las soluciones que puedan venir del estado, que Dios quiera que sean muchas, en momentos como estos es cuando cobra todo su sentido el término de “colchón económico”.

¿Cómo se construye un “colchón económico”?

Un colchón económico es, sencillamente, una cantidad de dinero que está apartada para hacer frente a gastos imprevistos, de allí el término “colchón”. Si quisiéramos conseguir un término parecido, tendríamos que referirnos al paracaídas.

Su función principal es la de aminorar la velocidad de caída de los paracaidistas y evitar que éstos terminen destrozados en el suelo, aplastados por la potencia del impacto.

Por lo tanto, si en estos momentos tuvieses un “colchón económico”, un paracaídas, podrías disminuir la incertidumbre y ansiedad de los tiempos por venir, teniendo la certeza de que hay dinero suficiente como para cubrir los gastos mínimos operativos de tu negocio, o algo más.

Incluso aplica de la misma manera en nuestras vidas personales: cualquier situación imprevista, cualquier gasto adicional no contemplado, cualquiera de estos temas, son mejor atendidos cuando existe el dinero suficiente como para hacerle frente.

Lamentablemente, son siempre las situaciones imprevistas las que dejan en evidencia nuestra falta de planificación. Una y otra vez

Para que puedas construir un “colchón económico”, lo primero que tienes que hacer es cultivar una actitud proactiva hacia las ventas de tu negocio.

No vale la pena que vendas solamente lo suficiente como para cubrir tus gastos y nada más. Eso no es suficiente.

Como lo recomiendo en mi curso “¿Cómo hacer un Plan de Ventas?”, las ventas totales de tu negocio deben producirte dinero suficiente como para cubrir tres cosas:

  1. La totalidad de tus gastos operativos, incluyendo tu sueldo.
  2. Un porcentaje de dinero que considerarás tu ganancia.
  3. Y un porcentaje adicional que destinarás a cubrir situaciones imprevistas.

Quiero ilustrarlo con un ejemplo sencillo:

Los costos totales operativos de tu negocio son 150,000 euros por año, incluyendo todos los costos en los que incurres para que tu negocio pueda permanecer abierto: trata de no dejar nada por fuera. Mientras más acertado sea el cálculo de tus costos, tanta más sana será la gestión que hagas de los números.

Has estimado que quieres tener un margen de ganancia del 30% sobre tus costos, es decir, 45,000 euros por año.

Y finalmente, has establecido un margen del 20% para cubrir gastos imprevistos. Nuevamente, si hacemos el cálculo, para imprevistos tendrías 30,000 euros.

Ahora bien, lo sumamos todo y nos da: 150,000 € + 45,000 € + 30,000 € = 225,000 €

Vale, ya sabemos entonces que, para cubrir todos tus costos operativos, tener una ganancia del 30% y un apartado del 20% anual, deberás vender la cantidad de 225,000 € anuales.

¿Te fijas como ya no se trata de conformarse con producir simplemente lo que el mercado te permite?

Y si quieres verlo con mucha más claridad, vamos a convertir esa meta de ventas anual en sus hijos más pequeñitos:

  • 225,000 € anuales es igual a….
  • 18,750 € mensuales.
  • 4,688 € semanales.
  • 938 € diarios.

¿Puedes ver con claridad la diferencia entonces? Seguramente estés pensando “¡Caramba, Joel, pero que estresante!” Pero es que no puede ser de otra manera.

Ni tu negocio, ni el de nadie, puede o debe ir al vaivén que permita el mercado porque entonces pasan cosas como éstas: ocurre un imprevisto de este tamaño y nos coge a todos por sorpresa, sin preparación, sin previsión alguna y, lo peor de todo, sin recursos económicos para afrontar la crisis.

¿Por qué necesitas tener una actitud proactiva hacia las ventas de tu negocio?

Construir un colchón económico para tu negocio requiere de una premisa básica: un cambio de actitud hacia las ventas de tu negocio.

Si hasta ahora te habías acostumbrado a navegar con el viento a favor o, en el peor de los casos, la suerte siempre había estado de tu lado y nunca te habías planteado un escenario como éste, pues espero que este momento represente para tí un punto de inflexión para ti, un antes y después.

El mercado es caprichoso y altamente competitivo.

Cada día se incorporan al mercado nuevos agentes, nuevos competidores, nuevos canales, nuevas cosas. Por eso es que dicen que “lo único constante es el cambio” porque, por más que tú lo quieras, nada permanece igual.

No lo suficiente como para que te acomodes y creas que lo que te funciono ayer, te volverá a funcionar mañana y siempre.

Cultivar una actitud proactiva hacia las ventas de tu negocio significa entender que, como empresa, tu crecimiento no puede depender de lo que el mercado diga, sino de lo que tú te propongas hacer con él.

El mercado no distingue entre buenos y malos. Simplemente establece las condiciones del juego. Lo demás está en tus manos.

El mercado no tiene preferencias, no tiene favoritos, no escoge unos por encima de otros. El mercado simplemente pone las normas, pone las condiciones.

Todos y cada uno de los agentes que intervienen en él, si quieren salir adelante, deberán ajustarse a dichas condiciones y normas, nada más. Si te gusta, bien. Saldrás adelante de mejor o peor manera.

Si no te gusta, lo único que harás es tener problemas porque no te adaptarás a la dinámica que el mercado establece.

Para cultivar una actitud proactiva hacia las ventas de tu negocio podrías seguir las siguientes recomendaciones:

  • Conoce el mercado al cual te diriges: haz un esfuerzo real por conocer quién es tu público objetivo, la persona que compra los productos o servicios que tú ofreces, cuáles son sus motivaciones, sus expectativas, sus mañas. De este conocimiento podrás sacar información muy importante para construir estrategias efectivas y escoger los canales de comunicación más adecuados.
  • Busca siempre oportunidades nuevas: no te quedes cruzado de brazos por el simple hecho de que las cosas te están funcionando bien. Es un error. Incluso tus mejores clientes pueden cambiar un día de opinión e irse con la competencia. ¿Qué vas a hacer entonces? ¿Cómo vas a reemplazarlo? ¿Cuántas oportunidades iguales o mejores has conseguido para tu empresa?
  • Conviértete en un as del seguimiento: No dejes que se pierda ninguna de las oportunidades de negocio que el mercado te brinda, incluso cuando un cliente te haya dicho que no. Mantente siempre allí. Las cosas pueden cambiar y favorecerte una vez más. Nunca tires la toalla con un prospecto. ¿Quién sabe? Quizás el día de mañana tu competidor falle y entonces tengas tú una nueva oportunidad.
  • Guíate siempre por los números: Los cifras de ventas siempre serán tus mejores aliados. Como viste en el ejemplo de arriba, saber que cada día tienes que vender 938 € para construir el negocio que quieres, ganar el dinero que quieres y estar preparado para imprevistos, es un incentivo lo suficientemente fuerte como para mantener tus niveles de energía a tope.

Como lo ves, no es tan difícil como pareciera. Simplemente es un tema de hacer una gestión organizada y planificada de tus números, nada más.

Depender de que el mercado siempre te sonría y te muestre su lado más favorable es una jugada de mucho riesgo porque, como está comprobado por la situación que estamos viviendo hoy en día, nadie sabe a ciencia cierta qué ocurrirá mañana.

Tómate un respiro, conoce en profundidad cuáles son tus números reales y, en función de ellos, orienta todos tus esfuerzos hacia el logro de un rendimiento de ventas que tenga sentido para ti.

Solamente vendiendo lo que necesitas podrás promover el crecimiento de tu negocio, de alcanzar metas ciertas y establecidas con anterioridad, de avanzar hacia espacios conocidos.

Y, si te hiciera falta ayuda en esta área, siempre puedes ponerte en contacto conmigo.

 

Crédito fotografía: skeeze en Pixabay

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