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¿Cómo Ganarte La Preferencia De Tus Clientes Cuando Eres Un Pequeño Negocio Local?

¿Cómo Ganarte La Preferencia De Tus Clientes Cuando Eres Un Pequeño Negocio Local?

Son muchos los dueños de pequeños comercios y empresas locales que manifiestan su malestar hacia las grandes corporaciones, incluso las empresas que venden por Internet, argumentando que les quitan los clientes, que compiten de forma desleal, que siempre ofrecen los precios más bajos, que así cualquiera se gana a los clientes, etc.

Y lejos de querer entrar en las razones que están detrás de un lado y del otro, porque cada uno tendrá las suyas, quiero centrar este post en lo que tú, como pequeño comerciante local, puedes hacer para ganarte la preferencia de tus clientes y que estos no se vayan a comprar a otra ciudad, o a otra empresa.

Yo soy partidario de los mercados competitivos, primero porque defiendo ampliamente la libertad que tienen todas las personas de comprar los productos y servicios que necesitan en los lugares que les ofrezcan las mejores condiciones o los lugares que hayan sabido ganarse mejor su preferencia y confianza.

Los mercados competitivos son los que realmente te ayudan a crecer y desarrollarte.

Segundo, porque entiendo que los mercados competitivos te ayudan a crecer, te ayudan a mantenerte en forma, te ayudan a gestionar tu negocio de una forma mucho más proactiva e involucrada, y no solamente a levantar la persiana y esperar que la gente venga a tropel para comprarte, sin mayor esfuerzo de tu parte.

Por supuesto que sí: Los gobiernos tienen la obligación de garantizar entornos legales que promuevan la facilidad de hacer negocios y la competencia leal entre los distintos agentes del mercado.

Por supuesto que sí. Sin embargo, más allá de ello, considero que es responsabilidad y tarea de cada uno labrarse el futuro que mejor le convenga, utilizando todas las herramientas que están disponibles en el mercado e invirtiendo en ellas los recursos que cada uno tenga disponibles.

Porque si una cosa es cierta: Las herramientas están disponibles para todos.

Pero vamos a comenzar por el principio. 

Conoce a tu competencia: ¿Qué hacen ellos que tú no haces?

Yo te invito a que después que hayas descargado toda tu frustración hacia las grandes empresas que te quitan clientes de forma desleal, a los que venden por internet, te detengas por un momento y analices qué es lo que puede estar pasando no solamente del lado de la empresa, sino del lado del cliente.

Primero que nada, no puedes pensar que tus competidores le están poniendo una pistola en la cabeza a tus clientes, obligándolos a hacer negocios con ellos.

Eso no es así, nunca ha sido y nunca lo será.

Cada uno de tus clientes es perfectamente libre de hacer negocios con quien le venga en gana. Tu tarea es ganártelo para ti.

Los clientes deciden hacer negocios con aquellas empresas que ellos sienten les están ofreciendo el mayor nivel de satisfacción, la mejor experiencia de uso.

Y préstale mucha atención a esa frase, porque es importante: La preferencia de un cliente no solamente se la gana la empresa que tiene el mejor precio.

Es una creencia muy común, pero errónea.

Entonces, analiza con detenimiento: ¿por qué pudieran mis clientes querer hacer negocios con otra empresa?

  • ¿Porque les ofrecen mejores precios?
  • ¿Porque les ofrecen mejores condiciones de pago o de financiación?
  • ¿Porque venden por internet?
  • ¿Porque el servicio post-venta es mejor?
  • ¿Porque se comunican con el cliente de forma más eficiente?
  • ¿Porque los tiempos de entrega son más cortos?
  • ¿Porque el rendimiento de los productos son superiores a los tuyos?
  • ¿Porque las marcas de sus productos son de más confianza?
  • Y cualquier otra pregunta que puedas hacerte que te arroje más luz acerca del tema.

Si tu análisis es honesto y tus respuestas sinceras, estarás haciendo un profundo descubrimiento: estarás poniéndote en los zapatos de tu cliente y entendiendo cuáles son los criterios que este utiliza para tomar sus decisiones de compra y a quienes premia con su fidelidad.

Con este pequeño ejercicio dejarás de culpar a las grandes empresas, a las grandes superficies y a los que venden por internet de quitarte clientes, y comenzarás a gestionar tu mercado local de forma proactiva, para que los clientes confíen en ti y hagan negocios contigo.

¿Qué puedes hacer de forma diferente? ¿Qué puedes hacer para diferenciarte?

Y esta es la parte importante de todo este análisis. La simple queja, no te lleva a ningún sitio por sí misma. La acción importante a poner en marcha aquí es decidir ¿qué puedes hacer tú para voltear la tortilla? ¿qué puedes hacer para que tu cliente te prefiera a ti y no a tus competidores?

De este lado del análisis, tendrías que plantearte preguntas como:

  • ¿Puedo yo ofrecer mejores precios que mis competidores?
  • ¿Puedo yo ofrecer mejores condiciones de pago o de financiación?
  • ¿Puedo vender mis productos o servicios por internet?
  • ¿Puedo yo ofrecer un mejor servicio post-venta?
  • ¿Puedo comunicarme con mis clientes de una forma más eficiente?
  • ¿Puedo mejorar los tiempos de entrega de mis productos y servicios?
  • ¿Puedo mejorar la calidad de mis productos o servicios, o incluso ofrecer nuevos productos?
  • ¿Qué puedo hacer para que mis clientes confíen más en mi marca que en otras?

Si te fijas entonces, ya estás hablando de acciones específicas. Ya has dejado de quejarte para poner entonces manos a la obra en puntos específicos.

Cualquier empresa que te quite clientes, debes considerarlo como competencia, independientemente de su tamaño o situación.

Además, este análisis te permitirá construir un punto de vista objetivo: No se trata de que tus competidores la tengan cogida contigo o que te tengan manía, de ninguna manera.

De hecho, a tus competidores les importa muy poco el que tu te quejes o no, y menos les importas aún cuanto más grandes son tus competidores.

Amazon, AlíExpress, Carrefour, El Corte Inglés y todo ellos continuarán estando en el mercado mientras el tiempo y las condiciones así lo permitan.

Lo importante será lo que tú vayas a hacer para manejar esta situación y convertirla en favorable para tí.

Construye una verdadera propuesta de valor diferencial. Diferénciate de los demás.

Como sabes, soy consultor independiente en gestión comercial y de negocios. A través de mis servicios, ayudo a mis clientes a desarrollar estrategias de ventas personalizadas para sus negocios mediante la construcción de procesos comerciales integrales en los cuales consideramos a la venta como una consecuencia natural de la estrategia de comunicación que la empresa pone en marcha.

Mientras mejor y más eficiente sea la comunicación, mejor y más eficiente será el rendimiento de ventas.

Sin embargo, como yo, hay muchos otros consultores.

¿Qué he hecho yo? ¿Quejarme de los que venden sus horas de consultoría a precios muy bajos?

No, todo lo contrario: Me he concentrado en desarrollar una propuesta de valor diferente, gracias a la cual todos mis clientes se queden gratamente sorprendidos al hablar conmigo y darse cuenta de que pongo en sus manos un amplio abanico de opciones para ayudarles a resolver problemas que van, muchas veces, mucho más allá del área de ventas.

Y te invito a hacer lo mismo.

¿Que no puedes competir con precios? Concéntrate entonces en las otras áreas en las que si puedes hacer algo diferente y que añada valor. ¿Que no puedes vender tus productos o servicios por internet? Busca la forma entonces de posicionarte en otras áreas en las que si puedes ofrecer algo nuevo, rompedor como dicen por allí.

¿Sobre qué criterios has creado tu propuesta diferencial? ¿Sobre los criterios tuyos o tomando como base las opiniones de tus clientes?

La idea es no quedarse de manos cruzadas mientras tus competidores siguen quitándote clientes y tu solamente te quedas de brazos cruzados.

¿Qué vas a hacer para que la situación te favorezca?

En un artículo pasado te decía que el mercado no tiene favoritos. El mercado simplemente pone las condiciones y las reglas del juego. Ya le toca a cada uno hacer lo mejor que puede para convertirse en el líder del mercado o simplemente salir adelante.

¿Tú qué estás haciendo hoy? ¿Cuáles van a ser tus próximas acciones para ganarte la confianza de tus clientes y que prefieran hacer negocios contigo?

Crédito fotografía Gerd Altmann en Pixabay

Curso "¿Cómo hacer un Plan de Ventas?"

Aprender a diseñar un plan de ventas personalizado para tu negocio, que te permita hacer espacios para cubrir situaciones y gastos imprevistos, será siempre una destreza importante que te permitirá estar dos pasos por delante del mercado.

Con mi curso «¿Cómo hacer un Plan de Ventas?» podrás aprender a hacerlo de forma sencilla.

¿Cómo Vender Lo Que Necesitas y No Solamente Lo Que El Mercado Te Permite?

¿Cómo Vender Lo Que Necesitas y No Solamente Lo Que El Mercado Te Permite?

De todas las situaciones que vivimos es necesario sacar una lección. De nada sirve pasar por períodos tan duros como los que estamos viviendo hoy en día con el coronavirus, si no nos llevamos una valiosa lección con nosotros que podamos aplicar en nuestras vidas y nos ayuden a pasarla mejor en el futuro.

¿Cómo puedes prepararte para una situación que te obliga a mantener cerrado tu negocio por un período de tiempo indeterminado? ¿Cómo hacer cuando, por más que quieras, no puedes ir a trabajar a tu oficina porque la actividad que desempeñas no se considera una actividad “indispensable”?

¿Quién te compensa por ese tiempo perdido? ¿Quién te compensa por el dinero que estás dejando de recibir aún cuando pudieras estar trabajo de forma normal?

¿Quién va a pagar tus facturas cuando no estás teniendo la capacidad de producir dinero?

Tiempos complicados como los que estamos viviendo requieren más de soluciones que de razones.

Todos estamos esperando que el Gobierno se pronuncie de alguna manera y ayude a todos aquellos que la están pasando mal. Hoy es cuando se hacen más pesado que nunca los vicios del sistema. Ante esta situación de emergencia, la falta de recursos de todo tipo se convierte en un peso asfixiante.

¿De dónde saldrá el dinero necesario para aminorar el impacto económico de esta profunda crisis sanitaria?

Ahora, pasando de lo macro a lo micro: ¿De dónde saldrá el dinero necesario para que nosotros, los pequeños empresarios, podamos seguir adelante y vadear de la mejor manera los tiempos inciertos que tenemos enfrente de nosotros?

Aparte de las soluciones que puedan venir del estado, que Dios quiera que sean muchas, en momentos como estos es cuando cobra todo su sentido el término de “colchón económico”.

¿Cómo se construye un “colchón económico”?

Un colchón económico es, sencillamente, una cantidad de dinero que está apartada para hacer frente a gastos imprevistos, de allí el término “colchón”. Si quisiéramos conseguir un término parecido, tendríamos que referirnos al paracaídas.

Su función principal es la de aminorar la velocidad de caída de los paracaidistas y evitar que éstos terminen destrozados en el suelo, aplastados por la potencia del impacto.

Por lo tanto, si en estos momentos tuvieses un “colchón económico”, un paracaídas, podrías disminuir la incertidumbre y ansiedad de los tiempos por venir, teniendo la certeza de que hay dinero suficiente como para cubrir los gastos mínimos operativos de tu negocio, o algo más.

Incluso aplica de la misma manera en nuestras vidas personales: cualquier situación imprevista, cualquier gasto adicional no contemplado, cualquiera de estos temas, son mejor atendidos cuando existe el dinero suficiente como para hacerle frente.

Lamentablemente, son siempre las situaciones imprevistas las que dejan en evidencia nuestra falta de planificación. Una y otra vez

Para que puedas construir un “colchón económico”, lo primero que tienes que hacer es cultivar una actitud proactiva hacia las ventas de tu negocio.

No vale la pena que vendas solamente lo suficiente como para cubrir tus gastos y nada más. Eso no es suficiente.

Como lo recomiendo en mi curso “¿Cómo hacer un Plan de Ventas?”, las ventas totales de tu negocio deben producirte dinero suficiente como para cubrir tres cosas:

  1. La totalidad de tus gastos operativos, incluyendo tu sueldo.
  2. Un porcentaje de dinero que considerarás tu ganancia.
  3. Y un porcentaje adicional que destinarás a cubrir situaciones imprevistas.

Quiero ilustrarlo con un ejemplo sencillo:

Los costos totales operativos de tu negocio son 150,000 euros por año, incluyendo todos los costos en los que incurres para que tu negocio pueda permanecer abierto: trata de no dejar nada por fuera. Mientras más acertado sea el cálculo de tus costos, tanta más sana será la gestión que hagas de los números.

Has estimado que quieres tener un margen de ganancia del 30% sobre tus costos, es decir, 45,000 euros por año.

Y finalmente, has establecido un margen del 20% para cubrir gastos imprevistos. Nuevamente, si hacemos el cálculo, para imprevistos tendrías 30,000 euros.

Ahora bien, lo sumamos todo y nos da: 150,000 € + 45,000 € + 30,000 € = 225,000 €

Vale, ya sabemos entonces que, para cubrir todos tus costos operativos, tener una ganancia del 30% y un apartado del 20% anual, deberás vender la cantidad de 225,000 € anuales.

¿Te fijas como ya no se trata de conformarse con producir simplemente lo que el mercado te permite?

Y si quieres verlo con mucha más claridad, vamos a convertir esa meta de ventas anual en sus hijos más pequeñitos:

  • 225,000 € anuales es igual a….
  • 18,750 € mensuales.
  • 4,688 € semanales.
  • 938 € diarios.

¿Puedes ver con claridad la diferencia entonces? Seguramente estés pensando “¡Caramba, Joel, pero que estresante!” Pero es que no puede ser de otra manera.

Ni tu negocio, ni el de nadie, puede o debe ir al vaivén que permita el mercado porque entonces pasan cosas como éstas: ocurre un imprevisto de este tamaño y nos coge a todos por sorpresa, sin preparación, sin previsión alguna y, lo peor de todo, sin recursos económicos para afrontar la crisis.

¿Por qué necesitas tener una actitud proactiva hacia las ventas de tu negocio?

Construir un colchón económico para tu negocio requiere de una premisa básica: un cambio de actitud hacia las ventas de tu negocio.

Si hasta ahora te habías acostumbrado a navegar con el viento a favor o, en el peor de los casos, la suerte siempre había estado de tu lado y nunca te habías planteado un escenario como éste, pues espero que este momento represente para tí un punto de inflexión para ti, un antes y después.

El mercado es caprichoso y altamente competitivo.

Cada día se incorporan al mercado nuevos agentes, nuevos competidores, nuevos canales, nuevas cosas. Por eso es que dicen que “lo único constante es el cambio” porque, por más que tú lo quieras, nada permanece igual.

No lo suficiente como para que te acomodes y creas que lo que te funciono ayer, te volverá a funcionar mañana y siempre.

Cultivar una actitud proactiva hacia las ventas de tu negocio significa entender que, como empresa, tu crecimiento no puede depender de lo que el mercado diga, sino de lo que tú te propongas hacer con él.

El mercado no distingue entre buenos y malos. Simplemente establece las condiciones del juego. Lo demás está en tus manos.

El mercado no tiene preferencias, no tiene favoritos, no escoge unos por encima de otros. El mercado simplemente pone las normas, pone las condiciones.

Todos y cada uno de los agentes que intervienen en él, si quieren salir adelante, deberán ajustarse a dichas condiciones y normas, nada más. Si te gusta, bien. Saldrás adelante de mejor o peor manera.

Si no te gusta, lo único que harás es tener problemas porque no te adaptarás a la dinámica que el mercado establece.

Para cultivar una actitud proactiva hacia las ventas de tu negocio podrías seguir las siguientes recomendaciones:

  • Conoce el mercado al cual te diriges: haz un esfuerzo real por conocer quién es tu público objetivo, la persona que compra los productos o servicios que tú ofreces, cuáles son sus motivaciones, sus expectativas, sus mañas. De este conocimiento podrás sacar información muy importante para construir estrategias efectivas y escoger los canales de comunicación más adecuados.
  • Busca siempre oportunidades nuevas: no te quedes cruzado de brazos por el simple hecho de que las cosas te están funcionando bien. Es un error. Incluso tus mejores clientes pueden cambiar un día de opinión e irse con la competencia. ¿Qué vas a hacer entonces? ¿Cómo vas a reemplazarlo? ¿Cuántas oportunidades iguales o mejores has conseguido para tu empresa?
  • Conviértete en un as del seguimiento: No dejes que se pierda ninguna de las oportunidades de negocio que el mercado te brinda, incluso cuando un cliente te haya dicho que no. Mantente siempre allí. Las cosas pueden cambiar y favorecerte una vez más. Nunca tires la toalla con un prospecto. ¿Quién sabe? Quizás el día de mañana tu competidor falle y entonces tengas tú una nueva oportunidad.
  • Guíate siempre por los números: Los cifras de ventas siempre serán tus mejores aliados. Como viste en el ejemplo de arriba, saber que cada día tienes que vender 938 € para construir el negocio que quieres, ganar el dinero que quieres y estar preparado para imprevistos, es un incentivo lo suficientemente fuerte como para mantener tus niveles de energía a tope.

Como lo ves, no es tan difícil como pareciera. Simplemente es un tema de hacer una gestión organizada y planificada de tus números, nada más.

Depender de que el mercado siempre te sonría y te muestre su lado más favorable es una jugada de mucho riesgo porque, como está comprobado por la situación que estamos viviendo hoy en día, nadie sabe a ciencia cierta qué ocurrirá mañana.

Tómate un respiro, conoce en profundidad cuáles son tus números reales y, en función de ellos, orienta todos tus esfuerzos hacia el logro de un rendimiento de ventas que tenga sentido para ti.

Solamente vendiendo lo que necesitas podrás promover el crecimiento de tu negocio, de alcanzar metas ciertas y establecidas con anterioridad, de avanzar hacia espacios conocidos.

Y, si te hiciera falta ayuda en esta área, siempre puedes ponerte en contacto conmigo.

 

Crédito fotografía: skeeze en Pixabay

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¿Sabes cómo Recuperarte de una Caída en las Ventas de tu Negocio?

Cómo Hacer Un Plan de Ventas – Curso en Udemy

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Visto lo que estamos viendo, hablemos de Planificación de Escenarios e Imprevistos.

Visto lo que estamos viendo, hablemos de Planificación de Escenarios e Imprevistos.

El 5 de Febrero del año 2018 (hace poco más de dos años) publicaba un artículo en este blog en el que escribía que “Si por miedo a perder un cliente, no le vas a hablar con sinceridad y de forma constructiva, tu trabajo como consultor no vale la pena.”

Y para los que son clientes míos es una frase que les resultará muy familiar: “A ver, fulano de tal, quiero que tengamos una relación profesional excelente. Por supuesto que sí, y eso implica que, cuando sea necesario y yo lo vea propio profesionalmente, tendré que decirte cosas que probablemente no te vayan a gustar, pero es que así es mi trabajo.”

También comentaba en el mismo artículo que, cuando un cliente contrata los servicios de un consultor en cualquier área profesional, lo hace para que éste cubra espacios que están vacíos en su empresa, para los cuáles ninguna de las personas que forman parte del equipo tiene las destrezas o los conocimientos necesarios para hacer el trabajo bien.

El trabajo de un consultor profesional no es decirle a su cliente aquello que este quiere escuchar, sino aquello que generará un cambio positivo en su proyecto o negocio.

De allí la necesidad de buscar ayuda afuera y contratar un profesional.

El caso es mucho más evidente cuando se trata de profesionales que están llevando adelante proyectos en los que ellos son los multi-sombreros, es decir, los que hacen ABSOLUTAMENTE TODO: cuando estos negocios comienzan a crecer, lo primero que necesitan son manos para delegar el trabajo.

Y hoy me toca hacer ese trabajo: Escribir sobre algo que a pocas personas les gusta escuchar. ¿Pero qué le voy a hacer? Lo hago porque, profesionalmente, sé que es lo correcto.

Todos los eventos importantes de nuestras vida requieren una gran dosis de planificación.

Tomemos como ejemplo la planificación de nuestras vacaciones anuales. ¡Vaya que si es un evento importante!

Ocurre una sola vez al año o a lo sumo dos, por lo tanto, todo tiene que salir perfectamente. De una manera muy sencilla, voy a enumerarte aquí algunos de los pasos que seguimos todos cuando planificamos nuestras vacaciones, aunque la especialista en esos temas realmente es mi mujer porque, ella es el cerebro planificador de nuestra casa.

  1. Primero eliges el tipo de vacaciones que quieres tener. Es la respuesta a aquella pregunta: ¿Qué te provoca hacer, querida?
  2. Luego eliges el destino: Si nos provoca rumba y mucha fiesta, probablemente el destino sea la playa. Si quieres algo más relajado, tal vez te venga mejor la montaña, y por el estilo seguimos.
  3. Luego tenemos que ver cuáles son las fechas disponibles: Si trabajas por cuenta ajena, dependerás de lo que te permita la empresa. Si vas por cuenta propia, tienes un poco más de flexibilidad. Pero definitivamente, las fechas tendrán mucho que ver en los dos puntos anteriores.
  4. Luego toca ver dinero: ¿Cuánto nos va a costar la gracia? ¿Qué dinero podemos poner a un lado para este tema? ¿O es lo suficientemente importante como para pagarlo a plazos?
  5. Ya luego, toca mirar boletos aéreos (si hicieran falta) o de barcos, hoteles, alquiler de coches, etc.
  6. Según el sitio a donde vayas a ir, querrás también conocer las actividades que estarán disponibles para hacer, como paseos, tours guiados, etc.

Si te fijas, son muchas las cosas que valoramos, yo diría que incluso de manera inconsciente, cuando estamos planificando nuestras vacaciones.

Ya no te cuento si estuviéramos hablando de eventos más importantes, tipo matrimonios, bautizos, graduaciones, primeras comuniones, etc…

Si ponemos tanto tiempo y esfuerzo en planificar los eventos más importantes de nuestras vidas, ¿por qué no planificamos, con igual seriedad, nuestros negocios?

Nuestro cerebro generalmente nos empuja a querer tener el control de las cosas que ocurren a nuestro alrededor. Es por su propia seguridad. Tener las cosas bajo control reduce los niveles de estrés y minimiza la incertidumbre, generando esa sensación de paz que todos sentimos cuando creemos tener bajo control el resultado de las cosas.

Y la planificación justamente fortalece en el cerebro esa sensación de control, de certeza. De seguridad.

Hasta que Murphy entra en acción con sus leyes y demuestra que, “si hay algo que podía salir mal, saldrá mal”.

¿Qué significa “Planificación de Escenarios”?

Comienzo con un ejemplo: En el entrenamiento de vendedores se utiliza una estrategia que llamamos “Desempeño de Roles” o “Teatrillo de Ventas”.

Es una actividad en la que dos vendedores, generalmente uno de ellos siendo el jefe o supervisor inmediato del otro, desempeñan alternativamente el papel de cliente o de vendedor, asumiendo los roles de los distintos tipos de clientes que los vendedores de la empresa podrían encontrarse en la calle cuando realizan sus visitas de venta.

La idea es que la persona que está desempeñando el rol de cliente, asuma el papel tanto de los clientes normalitos, de los sencillitos, de esos que llamamos “la venta fácil”, hasta el de aquellos clientes capaces de llevar hasta el último extremo la paciencia y la resistencia de cualquier ser humano, tanto más aún del propio vendedor.

Aprendamos del ejército: Siempre están en modo «guerra» aunque el mundo esté en perfecta calma. Quizás no hay que exagerar, pero el ejemplo sirve y mucho.

El objetivo de esta práctica es que el vendedor que está recibiendo el entrenamiento, pueda adquirir las destrezas necesarias para atender a cualquier tipo de cliente, tanto los más sencillitos, los que todos queremos tener, hasta aquellos que nos ponen el mundo patas arriba.

Además, estas destrezas se adquieren en un entorno protegido, en el cual no se está poniendo en riesgo nada: ni la relación con un cliente real, ni la reputación de la empresa, ni la integridad del vendedor, por lo tanto, no hay posibilidad de que alguien salga perdiendo.

¿Por qué te interesa estar preparado para atender a los clientes más difíciles?

Porque a los clientes fáciles les vende cualquiera. Son los difíciles, los que ponen más pegas, los que tenemos que aprender a manejar. Muchas veces los más difíciles son también los que representan para la empresa los mejores contratos.

Los mejores gerentes se preparan para las situaciones imprevistas.

Recuerdo una vez, hace mucho tiempo, durante una formación que recibí cuando era supervisor de ventas de la revista Ida y Vuelta en Venezuela, la gerente de recursos humanos que estaba impartiendo el entrenamiento me dijo “los mejores gerentes se preparan para las situaciones imprevistas. La abundancia la maneja cualquiera”.

Y aunque fue un entrenamiento que recibí hace no menos de 30 años, la frase permanece conmigo: “Cualquiera puede manejar la abundancia”.

Cualquiera pueda hacer un presupuesto de mercadeo cuando el dinero abunda, cualquiera vende cuando los clientes están ávidos de comprar, cuando hay dinero en el mercado, cuando la situación favorece a todos. ¡Por supuesto que sí!

Los mejores gerentes siempre tienen un plan para las situaciones imprevistas. La abundancia la maneja cualquiera.

Pero son las situaciones imprevistas las que realmente nos ponen a prueba. Son las situaciones en las que nadie piensa, las que demuestran si estábamos preparados en profundidad, o no.

Porque, aunque nadie pueda predecir que una situación como esta del coronavirus iba a venir, sus avisos mandó. Que no se les prestó la atención debida es otra cosa.

Vuelvo a lo que decía: aunque una situación como esta, o su magnitud, es imposible de predecir con exactitud, por lo menos tenemos la oportunidad de hacer en nuestros presupuestos de gastos anuales un apartado para “imprevistos”.

¿Cuánto va a durar esta situación que estamos viviendo hoy? Pues nadie lo sabe a ciencia cierta. Algunos dicen que un mes, otros dicen que dos, algunos llegan incluso a decir que más.

¿Quienes serán los que saldrán mejor parados? Aquellos que han incluido dentro de su planificación de ventas (o de gestos, como queramos) un apartado para imprevistos lo suficientemente jugoso como para permitirle cubrir los gastos mínimos operativos de la empresa o de su proyecto emprendedor, por el tiempo que dure la crisis, o por el mayor tiempo posible mientras la situación se normaliza.

O aquellos que tengan acceso a fuentes de financiación.

¿Quienes saldrán muy mal parados? Los que no tengan ni la una, ni la otra.

Y de veras que lo digo con toda la responsabilidad profesionales que el caso merece: De cara a futuro, con la lección que hemos aprendido ahora, será necesario que incluyamos dentro de nuestro “argot” profesional los términos “planificación de escenarios” e “imprevistos”, que ya han demostrado la importancia que tienen y el cómo nos pueden volver el mundo pedazos cuando tocan a nuestra puerta.

 

#JuntosSaldremosAdelante #TodoSaldráBien

 

P.D. En mi curso “¿Cómo hacer un Plan de Ventas?”, que lo puedes hacer en Udemy en menos de dos horas y con una inversión de 20 euros, te enseño como hacer un plan de ventas e incluir en él un apartado para imprevistos.

Crédito fotografía: Steve Buissinne en Pixabay.

Además podrás encontrar en mi blog, estos artículos también relacionados con el tema:

No Es Lo Mismo Ser Un Emprendedor Que Un Aventurero.

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