Una de las cosas de las que soy ferviente defensor es de la necesidad que todos los emprendedores tenemos de cultivar todas las áreas de nuestras vidas, no solamente aquéllas relacionadas con nuestros respectivos negocios, sino también aquellas más importantes y que permiten que todo al final funcione bien: la vida íntima, la personal y la familiar.
No solo de pan vive el hombre, sino también de pasarse unos días desconectado, en compañía de sus seres más queridos.
Por ello voy a aprovechar este post para avisarte que estaré ausente unas semanitas, hasta los primeros días de Septiembre, porque me toca el tiempo de dedicarme en cuerpo y alma a los seres más queridos y preciados que existen en mi vida: mi mujer y mis dos hijos.
Son ellos los que le dan sentido a todo, son ellos los motivos más grandes que tengo para continuar el camino y seguir siempre hacia adelante.
Como siempre, aún cuando serán días de descanso y desconexión, aprovecharé para ir desarrollando los proyectos que tengo para ti y los cuáles compartiré contigo cuando comience el próximo curso.
Si tienes algún tema específico que quieres que revisemos, recuerda que siempre puedes contactarme por el formulario que está en la página de “Conozcámonos” de este blog o por mi correo electrónico joel arroba joelpintoromero punto com
Si, lamentablemente hay que escribirlo de esa manera para que los robots robadores de correos electrónicos no lo capturen y comiencen enviarme basura a mi bandeja de entrada.
Lo dicho entonces, nos vemos de nuevo la primera semana de Septiembre, con las mismas ganas y entusiasmo de siempre, y con más temas nuevos para compartir contigo.
Que tengas tú también la oportunidad de desconectarte un poco y disfrutar de algunos días en las compañías de esas personas que para ti lo son todo.
Recuerda el título de este post: Para desconectarse, solamente hace falta voluntad… y tener un buen motivo 😀
¡Y si no puedes desconectarte, que tengas un magnífico y productivo verano!
¡Feliz verano!
Crédito fotografía: La foto es mía. Tomada desde una tumbona en las playas de El Altet, nuestro pueblo.