Este artículo nace de una reflexión personal luego de seguir una breve polémica que se generó en uno de los grupos de Facebook en los que participo.
Alguien hizo una oferta de trabajo no remunerado a cambio simplemente de la oportunidad de adquirir cierta experiencia en el área y con la promesa de que, una vez el negocio marchara positivamente, el beneficio sería repartido entre los que se animaran a unirse al proyecto.
Como es lo habitual, un tema de este tipo generó una discusión interesante. Por un lado estaban los que no están de acuerdo con una propuesta de este tipo, por otro los que, por haber tenido que pasar por ella, tal vez incluso más de una vez, no la consideran una propuesta fuera de este mundo, y le encuentran algo de sentido.
¿De qué hablaremos en este post?
¿Cuándo se justifica trabajar de gratis?
La única vez en mi vida que tuve que trabajar de gratis fue cuando hice mi pasantía en una agencia de publicidad en mi país.
Mi pasantía como ejecutivo de cuenta de la agencia duró algunos meses y me permitió adquirir una experiencia valiosa en el funcionamiento de dicho departamento, conocer a otras personas que trabajaban en distintos áreas de la agencia, poner en práctica los conocimientos que iba adquiriendo en la universidad y comenzar a estirar los músculos en mi área profesional.
Unos meses después de terminar esta pasantía, conseguí trabajo como asalariado y desde ese entonces, esta ha sido mi condición laboral: trabajar para un tercero que me paga una retribución por mi tiempo, mi experiencia y mi conocimiento.
El trabajar de gratis como pasante, finalizando mis estudios, me ayudó a involucrarme en el área profesional en el cual me iba a desempeñar una vez terminada mi carrera. En ese momento de mi vida, tuvo su justificación plena y me resultaba totalmente necesaria. ¡Valía la pena trabajar de gratis!
Fue una experiencia temporal, la hice porque me era necesaria para adquirir una experiencia preliminar de mi trabajo y duró lo justo. Ni mas ni menos.
“Que por lo menos te paguen para ponerle suelas nuevas a tus zapatos”
Una de las enseñanzas que mi padre me dejó fue esa frase: “Cuando trabajes para alguien, que por lo menos te paguen lo suficiente como para ponerle nuevas suelas a tus zapatos cuando se gasten de tanto caminar”
Y desde aquélla vez, sin quererlo, ha sido una posición a la que me he adherido todas las veces que he tenido la oportunidad.
Cuando me ha tocado participar en procesos de selección de personal, siempre he abogado porque la empresa se comprometa a pagar por lo menos el sueldo mínimo que establece la ley y según las posibilidades financieras de la empresa o, en el peor de los casos, ofrecer algo lo suficiente como para pagar por los gastos mínimos de la persona a contratar, sobre todo cuando se ha tratado de contratar vendedores, que pasan casi todo su tiempo en la calle, gastando en teléfono, comidas, gasolina, etc.
¿Por qué razón he abogado siempre por ello?
Considero que toda persona que trabaja para un tercero, está poniendo de su parte, como mínimo, dos cosas: tiempo y conocimiento.
Aún cuando se trate de una persona sin ningún tipo de experiencia profesional, sin ningún tipo de credencial que demuestre que puede hacer el trabajo bien, sin ningún tipo de preparación, por lo menos, está disponiendo de su tiempo para hacer el trabajo, y eso tiene algo de valor. De todas maneras, ¿para qué querrías contratar a alguien así?
Y si se trata de una persona que tiene formación académica, experiencia previa (aún cuando solo sea en un área relacionada), relaciones, y otros argumentos, entonces las razones para convenir en una retribución económica por su trabajo, son más que evidentes.
¿Por qué querría esa persona ser tu socia?
Sin que yo lo pueda evitar, cuando leo acerca de ofertas de trabajo que ofrecen algo como “si el negocio prospera, te pagaré un sueldo”, pienso en una sociedad: Cuando dos personas se unen para poner en marcha un negocio, cada uno aporta lo que tiene con la esperanza de que, cuando el negocio crezca, ambos disfrutarán de los beneficios.
Y muchas veces ha funcionado extraordinariamente bien, tanto así, que muchas de las grandes empresas que existen hoy en día, nacieron de la misma manera. Facebook, por ejemplo, nació de esa manera.
Pero hay una diferencia: Esa persona a la que tu estás contratando sin pagarle un sueldo o darle una remuneración a cambio de su tiempo, no es tu socio. Y cuando el negocio crezca, esa persona va a recibir un sueldo, no una participación de los beneficios de la empresa, como le correspondería por ser tu socio. Por lo tanto, la pregunta que te debes hacer es “¿Por qué esa persona querría ser tu socio?”
Si quieres exigir, tienes que aceptar que te exijan también.
En mi experiencia, si haces una oferta para contratar personal para cualquier área y no ofreces nada a cambio, tendrás poco o ningún derecho a reclamar o exigir los mejores resultados, e incluso a exigir de la persona un compromiso específico de tiempo, de horas de trabajo.
Es diferente que ofrezcas algún tipo de compensación económica, por muy pequeña que sea, a que no ofrezcas nada en lo absoluto. Cuando ofreces algo, estás diciendo que, de tu parte, existe un compromiso y que valoras lo que esa persona te puede ofrecer aunque tengas limitaciones económicas, hasta cierto punto entendibles.
Se puede creer más en ti cuando dices que “si el negocio funciona, las cosas mejorarán” porque de entrada, por lo menos, estás poniendo algo de tu parte.
La crisis económica ha dado cabida para muchas cosas.
Por un lado, con la inmensa cantidad de gente que está parada en España, existe la necesidad por parte del que busca empleo (y la casi obligación, en algunos casos) de aceptar lo que sea, lo que le tiren, aún cuando no sea lo mejor o tan siquiera algo que, en otra situación, no aceptaría. Es una situación triste, pero que se está viviendo día a día.
Pero, por otro lado, existen las empresas que hacen ofertas de este tipo, bien sea porque realmente necesitan contratar personas y no tienen dinero para ello, o bien sea porque se aprovechan de la oportunidad que la crisis les ofrece de contratar personal calificado a tarifas mínimas.
Si eres empresario, trata de mostrar un poco de compromiso y ofrece algo que muestre tu confianza en la persona que estás contratando y el valor que le das a su tiempo, por lo menos. Si eres una persona en la búsqueda de un trabajo y estás dispuesta a hacerlo de gratis, piensa siempre en esas tres preguntas: ¿Cuándo? ¿Por qué? y ¿Por cuánto tiempo?
En todo caso, es un tema acerca del cual me gustaría conocer tu opinión.
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Hola, pues… conozco el grupo al que hacéis referencia, es más,lo integro, 😉 y tengo que confesar que soy una de las personas que ha presentado CV para dicha oferta…será mi tercera experiencia no remunerada si es que al final participo en ella, a ver que nos depara el destino compañeros virtuales…
Las tres preguntas son justamente lo que hay que tener claro, desde mi experiencia y punto de vista, y se amolde a lo que tengas en el horizonte.
¡La próxima semana os cuento!.
Hola, DG
Estupendo que para ti represente una oportunidad y que te ayude a seguir caminando hacia el logro de tus objetivos. No se trata para nada de una confesión, en lo absoluto, porque cada quién es libre de elegir en este mundo la opción que le resulte más conveniente, siempre.
Mientras tu respuesta a las tres preguntas sea positiva para ti, no hay nada más que decir. Ojalá que ya pronto consigas una buena remuneración por toda la paciencia que has tenido.
Feliz día 😀
Ante todo, felicidades por el artículo. Debería aparecer en los libros de los niños en la escuela. Trabajar gratis no tiene ni pies ni cabeza. Tal vez sí, pero tal y como sucedió en tu caso: un tiempo limitado.
Cuando tuve que realizar las prácticas obligatorias en la carrera, me ubicaron en un periódico local. Estuve unos dos meses y no cobré nada. Mis suelas te aseguro que se desgastaron, y también mi bolsillo al pagar el billete de autobús.
Si no nos valoramos nosotros, nadie lo hará. No existe justificación ni para trabajar sin cobrar y sin que te hagan un contrato, siempre existe uno a nuestra medida. Sobre todo en un país donde hay variedad de contratos 🙂
Mi resumen es: si el jefe come, tú también. Tenéis el mismo defecto.
¡Gracias, Joana!
Y lamento la situación que te tocó vivir personalmente. Sin embargo, está ocurriendo con más frecuencia de la que es necesaria y en más entornos de los necesarios.
Por un lado, la situación es difícil para todo el mundo, para empleados y empleadores, sin embargo, según mi opinión muy, muy personal, se está llevando la situación mucho más allá de lo profesional y lo justificable.
Espero que todo se resuelva para tu satisfacción 😀
Gracias Joel ! he disfrutando leyendo, espero conversar más contigo, un besazo !
¡Gracias a ti por la visita, Miryam!
Y a decir que "no" a las ofertas de trabajo deshonrosas. Por algún lado tenemos que comenzar a impulsar el cambio, ¿no?
¡Besos!
¡Me ha gustado mucho el artículo, como siempre!
Por las vivencias que tengo y los tiempos que corren veo que todo este tema se está degradando cada día más.
La frase de: "si tu no lo aceptas hay cola de personas que sí lo van a hacer" está a la orden del día, y la actitud de estos hace que todo sea peor aún.
La verdad es que hay que ponerse en el lugar de las personas que verdaderamente necesitan estos puestos de trabajo en situaciones de contrato precarias. Pero también hay muchas personas que prefieren trabajar con estos tipos de "no contratos" para seguir beneficiándose de otras ayudas que dejarían de percibir si tuvieran contratos normales.
Y esto sí que está perjudicando radicalmente a las personas que no cobran subsidios y sí requieren de un contrato laboral en condiciones por un trabajo digno.
Está difícil la cosa.
Muchas gracias Joel, un abrazo.
¡Hola, Amaia!
Pues si, la relación laboral se ha deteriorado muchísimo y cosas que serían inaceptables en cualquier circunstancia, se están convirtiendo en la norma.
¿Sabes que me preocupa? El futuro laboral que estamos creando para nuestros hijos. ¿Qué le espera a ellos?¿Tener un título universitario y un postgrado para aspirar a unas "prácticas de por vida"?
¡Gracias por la visita y el comentario, Amaia!
Nada más que añadir. Ayer escuché este post y fue como una "cachetada" hacia mi actidud.
¡Kini!
A las cosas les pusimos nombres para poder diferenciarlas unas de otras, no por otra razón.
Me contenta que hayas sentido este post como una cachetada, en el buen sentido de la palabra, a tu actitud. Eso significa que ha tocado una fibra importante que te ayudará a generar un cambio positivo en tu vida profesional, y eso me contenta un montón.
En todo caso, siempre piensa que tu tiempo y tu conocimiento tienen un valor, y en tu caso, mucho, porque eres una persona que está muy excelentemente preparada en lo suyo.
Es por ello que toda propuesta para ti, debe implicar un intercambio de valor y un compromiso mutuo. Siempre debes tener una respuesta a la pregunta: "¿Y qué gano yo con todo esto?" y esa respuesta debe ser de tu total satisfacción 😀
Un abrazote grande 😀