No Solo De Posicionamiento Web Vive Tu Empresa
La primera vez que leí el libro “Posicionamiento: La batalla por la mente del consumidor”, de Al Ries y Jack Trout, fue hace ya bastante tiempo, mientras cursaba mis estudios universitarios. Es un libro de fácil lectura que desarrolla el concepto de posicionamiento de una forma magistral y muy simple.
Posicionarse no es otra cosa que ocupar un puesto en algún sitio y momento en particular.
Para ti, como emprendedor y dueño de tu propio negocio, ese “algún sitio” es, sencillamente, la mente de tu consumidor. Tú quiere que este, en el momento que vaya a tomar la decisión de comprar el tipo de productos o servicios que tu vendes, te escoja a ti en lugar de tu competencia.
Mucho ruido se está haciendo últimamente con respecto al posicionamiento web y la casi obligación que tienes de que tu empresa aparezca en las primeras páginas de resultados de Google, y eso está bien sobre todo cuando tienes, por ejemplo, una tienda electrónica y necesitas generar para ella la mayor cantidad de tráfico posible con el deseo de que esto se traduzca en más ventas.
Sin embargo, y a pesar de todo el ruido que se hace, no es el único posicionamiento que deberías perseguir ni el más importante. ¿Qué ocurre, por ejemplo, con las empresas cuyos clientes no realizan las búsquedas por Google sino que se remiten a directorios específicos de cada industria?, ¿Les interesa a ellos también aparecer en las primeras páginas de Google?
Por supuesto que no. Les interesa estar presente en aquello sitios donde sus clientes van a buscar información. ¿Crees tú que, por ejemplo, una empresa de comida rápida necesite aparecer de primera en Google para vender más hamburguesas? La respuesta vuelve a ser que no.
No se trata solamente de ser el primero, sino de ser el que permanezca.
Además, no se trata solamente de que te vean. En publicidad existe un término que va íntimamente unido al de posicionamiento: recordación. La recordación se refiere al hecho de que el mensaje publicitario no solamente debe ser visto, sino que debe generar el suficiente impacto como para permanecer en la mente del consumidor, de forma que este pueda recordarlo, asociarlo con la marca y tenerlo presente en el momento que tome la decisión de compra.
El mensaje que impacta lo suficiente como para ser recordado es el que permanece en la mente del consumidor.
Si este proceso no se cumple, el mensaje es como la semilla que cae entre rocas y tierra dura: no germinará ni dará fruto. Tu mensaje será solamente uno más del montón y tu cliente no podrá recordarlo.
¿Cómo puedes empezar a desarrollar una propuesta de posicionamiento que sea recordada?
Por encima de todas las cosas, debes tener bien claro el cómo quieres posicionarte. Es decir, el cómo quieres que tu cliente te perciba. Ten en cuenta que tu propuesta de posicionamiento puede ser cualquiera: “El mejor vino del mercado”, “Las zapatillas de correr más tecnológicamente avanzadas”, “El artista más extravagante”, o algo tan simple como “Un libro que no podrás olvidar”.
Uno de los ejemplos que incluían en el libro de “Posicionamiento” se refería al de una empresa distribuidora de agua cuya propuesta de posicionamiento era algo así como: “Somos la segunda mejor del mercado”. Sipe, como lo lees. Ellos no hacían alarde de ser los primeros ni los mejores del mercado, sino de ser los segundos.
Tu propuesta de posicionamiento puede ser tan única y radical como tu quieras. Lo importante es que sea coherente.
Sin embargo, lo importante no es lo radical ni lo “rompedora” que pueda ser tu propuesta de posicionamiento como tal, sino la fuerza con la que impacte en la mente de tu consumidor, a través de los múltiples y distintos canales que tienes disponibles para comunicarte e interactuar con él.
Fíjate que esto último es sumamente importante: “los múltiples y distintos canales que tienes disponibles para comunicarte e interactuar con él.” ¿Y por qué es importante? Porque Internet no es el único canal que tienes para comunicarte e interactuar con tu cliente.
Si, ciertamente es uno de los más importantes, pero está lejos de ser el único. ¿Qué me dices acaso de los vendedores que tienes en la tienda? ¿No están ellos en contacto con tus clientes día tras día? ¿No tienen ellos la capacidad de fortalecer (o debilitar) la propuesta de posicionamiento de tu empresa hacia el cliente?
Tu propuesta de posicionamiento debe ser integral, multicanal y coherente.
Fíjate que no se trata entonces de lograr el mejor “ranking” de posicionamiento en Google solamente, sino de construir una propuesta de posicionamiento integral, que abarque todos y cada uno de los espacios en los cuales te relacionas e interactúas con tus clientes.
Además, tu propuesta debe ser coherente, es decir que empape todas y cada una de las áreas de tu empresa que tienen contacto con el cliente.
Tu propuesta de posicionamiento debe estar reflejada, obviamente, en tu producto (o en tus servicios, si fuera el caso), en los textos y mensajes que utilizas en tu publicidad, en tu material promocional, en fin – y en una sola palabra – debe poder percibirse en todos los espacios, tanto físicos como humanos.
Si todas y cada una de las áreas de tu empresa, desde los vendedores que tienes en la calle, hasta las personas que atienden el teléfono están conscientes del cómo la empresa quiere posicionarse en la mente del consumidor, y si además has hecho lo correspondiente para generar una experiencia de compra y uso de producto positiva, entonces tu propuesta será claramente una de esas que impactará de manera firme en la mente de tu cliente y permanecerá allí por un largo tiempo.
Crédito fotografía: John Allen en Unsplash
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