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¿Sabes por qué estás haciendo lo que estás haciendo en redes sociales?

¿Sabes por qué estás haciendo lo que estás haciendo en redes sociales?

¿Sabes por qué estás haciendo lo que estás haciendo en redes sociales? - Joel Pinto RomeroTres artículos me han servido de inspiración para escribir este post: Mis compañeras Reyes Ramón, y su post “¿Tienes engagement?” en el blog de desmárcateya, Maine Beristain y su entrega “Historias de marca para no olvidar”, y un artículo de Pam Moore en Social Media Today, realmente brutal, titulado “Why: The most important question in social business” que se traduce “¿Por qué? La pregunta más importante en el negocio social”.

Como siempre, todos los vínculos te los voy a dejar al final para que puedas profundizar más en el contenido que quiero compartir contigo hoy.

Hace ya un tiempo, escribía yo en este blog un artículo titulado “¿Quién sigue a quién en redes sociales?” en el cuál hacía referencia a la vertiginosa competencia que existe hoy en día por captar la atención de nuestras respectivas audiencias en el entorno social y a la forma en que las conversaciones se estaban centrando en los productos, las empresas, y no en las personas.

Cientos de miles de empresas se han embarcado en el desarrollo de estrategias promocionales y de contenido para atraer la atención de sus seguidores y fans, para comprometerlos con la marca, para establecer con ellos una relación dinámica y de mutuo beneficio, y que finalmente dicha relación vaya realmente en el beneficio de ambos: la audiencia tiene necesidades que resolver, las empresas tienen productos que vender.

 

¿Quién está dominando la conversación entre tu empresa y su audiencia en redes sociales?

 

Sin embargo, lo más normal y frecuente es ver en el entorno social mensajes que irrumpen en nuestras bandejas de entrada pidiéndonos que gustemos una página en Facebook sin darnos una razón específica, o que sigamos una cuenta de Twitter para tener acceso a más cosas que, supuestamente, van a ser interesantes para nosotros, y cosas por el estilo. Es decir, mensajes que, sin quererlo o no, sencillamente nos quieren vender algo.

Todos parecen tener la solución a los problemas de nuestros negocios y empresas, todos tienen supuestamente algo que contar, todos tienen el mejor precio, las mejores condiciones, las cosas más novedosas. Según decía Síndrome, la antítesis de Mister Increíble en la película de Pixar: “Si todos son súper, entonces ya nadie lo es”

Y es porque, en un entorno dónde todos ofrecen lo mismo ¿quién es realmente especial?

Si revisas el contenido que compartes con tu audiencia a través de tus cuentas en redes sociales, y logras darte cuenta de que estás continuamente hablando de tus productos y de lo bueno que son, o de las cosas nuevas que estás trayendo a tu tienda, o invitando a la gente a que te siga, sin darles una razón de peso, sin aportar valor a sus vidas, sin ayudarle a resolver sus necesidades, es entonces el momento de hacerse la pregunta.

 

¿Por qué estás haciendo lo que haces en redes sociales?

 

No debes olvidarte de que los medios sociales se basan en las personas, en sus conversaciones, en las relaciones que se establecen entre ellos y en la búsqueda de soluciones a problemas específicos.

¿Qué opinas tú de las personas que inundan tu timeline con mensajes promocionales?, ¿Qué piensas de aquellos que predican calidad sobre cantidad, y publican repetidamente los mismos contenidos todos los días?, ¿Qué opinas de aquellos que te ruegan que “gustes” una página en Facebook pero que ya más nunca se ocupan de ti?

Seguramente te desagradan tanto como a mí, pero, ¿no estás haciendo tú lo mismo?

¿Qué razón le estás dando a tus seguidores y fanáticos para que compartan el contenido que reciben de ti en las redes sociales?¿Te estás conectando con su mundo y con sus necesidades, o solo quieres que compartan lo que publicas para tener más visibilidad para tu empresa?

Las redes sociales no deben convertirse en un canal más para llenar de “ruido” la vida de tus “seguidores”, y cada vez que escribo la palabra “seguidores”, me hago la pregunta “¿realmente quién debería seguir a quién en redes sociales?”. 

 

La búsqueda de un espacio común e íntimo con tu audiencia.

 

Muy por el contrario, las redes sociales deberían servirte para crear con tus clientes un espacio íntimo, un área común donde sus intereses, sus preguntas, sus inquietudes y necesidades coincidan con la propuesta de valor que tu empresa desarrolla.

Para más claridad, me explico: ¿Qué área íntima crees tú que puede desarrollar una marca de zapatillas para correr con su audiencia?, ¿en que punto coinciden los intereses de uno con la propuesta del otro?

Tal vez si piensas que la persona que compra unas zapatillas para correr, podría estar interesada, por ejemplo, en conocer acerca de distintas formas de mejorar su rendimiento en la carrera, o como evitar lesiones en las rodillas, o cuáles son los mejores suplementos alimenticios que puede tomar mientras se preparar para una competencia, o quizás le resulte de un extraordinario valor enterarse que, si disminuye la duración de sus entrenamientos 30 minutos, pero aumenta la frecuencia con que entrena durante una semana, aumentará su rendimiento general un 25%.

¿Te ayudé a darte cuenta de lo que significa crear un lugar común, un espacio íntimo con tu audiencia?

Es en este espacio único donde encontrarás temas lo suficientemente interesantes como para darle a tus seguidores razones suficientes para conectarse con tu empresa y compartir el contenido que publica.

Es en ese espacio donde comenzarás a resolver realmente sus problemas, donde estarás posicionando tu marca como referente en su sector, donde estarás logrando que se enamoren de ella y de su propuesta, que la sigan, que la quieran y que la recuerden para siempre.

Recuerda que si estás ayudando a tus clientes, a tu audiencia a lograr sus objetivos, al mismo tiempo estarás logrando los de tu empresa también. No te conformes con lograr el “Me gusta” para tu página de Facebook, o lograr más seguidores en Twitter. Eso es importante, pero no lo es todo.

Preocúpate realmente por conectarte con ellos, inspirarlos, ayudarlos a resolver problemas reales. Influye en lo que piensan y busca genuinamente ganarte su corazón.

El pulso de los medios sociales somos las personas. Somos tú y yo.

¿Estás alimentando los latidos del corazón de tu audiencia o sencillamente estás absorbiéndolo todo para ti mismo, sin dar nada a cambio?

 

Crédito fotografía: ian dooley en Unsplash

 

Me han servido de inspiración para este artículo:
¿Tienes «Engagement»? por Reyes Ramón
«Historias de marca para no olvidar» por Maine Beristain
Why: The Most Important Question in Social Business por Pam Moore

Artículos relacionados en este blog:
¿Quién sigue a quién en medios sociales?

Popularidad e Influencia en Redes Sociales: Escoge Lo Que Te Sirve y Lo Que No.

Popularidad e Influencia en Redes Sociales: Escoge Lo Que Te Sirve y Lo Que No.

Popularidad e Influencia en Redes Sociales - Joel Pinto RomeroSer una persona influyente, independientemente del sector al que te dediques, conlleva consigo una gran responsabilidad, que crece a medida que crece el grado de influencia que dicha persona puede ejercer sobre otras.

La historia está llena de ejemplos de personas que han sido extraordinariamente influyentes y que han logrado crear verdaderas transformaciones a nivel social, científico, político, religioso y paremos de nombrar, porque nos quedamos cortos.

De allí la inmensa responsabilidad que puede tener una persona influyente, aunque de principio, ella no sepa qué tan lejos pueda llegar su influencia sobre los demás.

Estamos claros que una persona no se hace influyente de un día para otro, sino que es todo parte de un proceso en el cual la persona da a conocer sus opiniones y puntos de vista respecto a algo, y tales opiniones comienzan a ser aceptadas, a calar dentro de una audiencia, que día a día va creciendo y comienzan a tener a esta persona como un referente.

 

No todas las influencias son positivas, y está demostrado.

 

La historia también está plagada de ejemplos de personas que han utilizado su influencia sobre otras de manera destructiva, vergonzosa, altamente cuestionable. Guerras que no han debido ocurrir, persecuciones innecesarias, suicidios colectivos y tantas otras historias que no vale la pena siquiera mencionar.

Y es aquí donde quiero poner el énfasis de mi artículo de esta semana: “No todas las influencias son positivas” y no es solamente responsable la persona influyente, sino la persona que se deja influir también.

Antes que nada, volviendo al tema de la influencia en Redes Sociales, es importante que apliques mucho de sentido común a la hora de consumir y compartir el contenido que  generan aquellas personas que para ti son influyentes.

Hay autores que, por ejemplo, yo leo con regularidad absoluta y no me pierdo ninguna de sus entregas. Sin embargo, esto no implica que todo lo que yo leo, lo voy a compartir contigo, porque en algunos casos, no estoy de acuerdo con lo que proponen ni las ideas que plasman o, porque considero que el contenido en cuestión no aporta ningún valor interesante que valga lo suficiente como para ser compartido.

 

Es responsabilidad de cada uno distinguir la paja del grano.

 

Y es un tema en el que tienes que estar muy claro, si no quieres convertirte en uno de aquellos ratoncillos que seguían ciegamente al flautista rumbo al despeñadero. Uno de esos casos de fanatismo ciego que no distingue lo bueno de lo malo.

He escuchado a compañeros blogueros recomendar aplicaciones que te permiten compartir “absolutamente” y de manera automática, todo lo que se publica en sitios específicos, cosa que, en mi opinión personal, no debería ser.

Como cada vez que digo algo así, siempre te digo el porqué opino de esa manera, aquí continúo: ¿Qué pasaría si yo mañana publicara en este blog un artículo que atentara contra la moral y las buenas costumbres? Pues yo esperaría sinceramente que NO lo compartieras con nadie. Y no solamente eso, sino que me indicaras abiertamente tu desacuerdo y me dejaras conocer tu opinión, para poder aprender yo también de ella.

En este tema de la influencia estamos todos, porque todos, en distintos momentos y según el sector del cual estemos hablando, podemos pasar de ser influyentes a influidos y viceversa.

 

¿Qué debes hacer para dejarte influir solamente de una manera positiva?

 

Quiero compartir contigo la forma en que yo lo hago, para que tu escojas, de lo que yo te propongo, aquello que te sirve y deseches lo que no, y espero que te funcione bien, así como me funciona a mi:

  • Primero que nada, asegúrate de leer completamente todos los artículos que recibes de las personas que consideras tus “referentes” o personas que te influencian. Léelos desde la primera hasta la última línea.
  • De entrada, el contenido va a generar en ti un sentimiento que puede ser positivo o negativo. Según sea el caso, si es positivo, seguramente estás de acuerdo con la información planteada en el artículo y puedes guiarte por ella o incluso seguir las recomendaciones que te hace.
  • Si el sentimiento es negativo, compara el contenido que estás leyendo (o viendo) con la opinión de otros expertos de la misma industria y trata entonces de sacar tus propias conclusiones. Lo más importante van a ser las conclusiones que tú mismo puedas sacar.
  • Decide entonces, si el contenido vale o no para que compartirlo con otras personas.

Una vez hayas seguido estos sencillos pasos, podrás estar más tranquilo sabiendo que no te estás dejando influir a ciegas y que, por el contrario, el contenido que estás recibiendo está siendo realmente nutritivo para ti y para tu negocio, y por tanto, seguramente será igual para aquellas personas con quien tu lo compartas.

De esta manera, el verdadero valor de la web social se hará cada vez más poderoso generando una influencia positiva a través de los contenidos bien compartidos, y todas las personas, influyentes o no, nos haremos cada vez más conscientes de la importancia de compartir contenido de calidad, relevante y que aporte valor a la vida de los demás.

Porque, a fin de cuentas, si no lo hacemos por ello, ¿cuál es la razón que nos motiva a escribir un blog o una pieza de contenido para compartir?

Crédito fotografía: Markus Spiske en Unsplash

 

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