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Diferenciación y Reconocimiento: Concéntrate En Aportar Valor y Resolver Problemas

Diferenciación y Reconocimiento: Concéntrate En Aportar Valor y Resolver Problemas

Si tienes la oportunidad de conocer a algunas de las personas con las cuáles he tenido la oportunidad de trabajar como consultor o mentor, seguramente te dirán que soy sumamente fastidioso cuando se trata el tema de la diferenciación de marca y la visibilidad empresarial.

Soy fastidioso porque ante la inmensa tentación de ceder a la presión del “hagamos lo que hace todo el mundo” le recomiendo encarecidamente a mis clientes que, antes de escoger ese camino, busquen generar una estrategia de contenido que los diferencie de los demás, que no sea más de lo mismo, que aporte valor.

Y es que da gusto encontrarse con blogs en Internet que continuamente ofrecen artículos que invitan a la reflexión, que aportan ideas fuertes, no necesariamente nuevas pero siempre válidas, siempre interesantes.

Es frustrante pasar horas y horas frente al ordenador, intentando encontrar un artículo realmente valioso y quedarse con las manos vacías.

A mi me ocurre cuando hago la curación del contenido que voy a publicar en mis redes sociales: leo cada uno de los artículos que están en el feedly (aplicación que utilizo para centralizar toda mi lectura) y solamente aquellos con los que me identifico abiertamente, aquellos que aportan una idea interesante, son los que escojo para compartir con la pequeña (pero muy valiosa para mi) comunidad que me sigue en las redes.

Algunas veces ocurre que paso horas enteras sin encontrar nada que sea interesante (OJO: ¡Siempre desde mi punto de vista que puede no ser el mejor!). Voy leyendo y borrando, leyendo y borrando, leyendo y borrando….

Y así hasta que finalmente encuentro algo que vale la pena leer. Igualmente me causa mucha frustración cuando leo aquellos artículos que tienen títulos pensados únicamente desde el punto de vista de su utilidad para el SEO y no de la coherencia que existe entre el título y el contenido: títulos extraordinariamente llamativos y contenido soso como cualquier comida desabrida, sin sustancia.

Pues justamente en estos días, después de años de trabajo y de casi 250 artículos publicados en este humilde espacio, obtuve la confirmación de algo que siempre he tenido muy profundamente grabado dentro de mi ser profesional: concentrar tus esfuerzos en publicar contenido de valor, que resuelve problemas, siempre vale la pena… ¡y mucho!

El contenido relevante y de valor es muy apreciado y siempre bien recibido en todos los círculos.

 

En el último mes han ocurrido dos cosas que para mi han sido verdaderamente significativas.

Primero que nada, mi artículo “Los vendedores van y vienen. Los procesos comerciales permanecen” fue escogido entre los 10 mejores artículos de marketing del mes de Septiembre por la gente de la Asociación de Marketing de España, en su espacio la Blogosfera, que se especializan en monitorear continuamente lo que ocurre en nuestro sector profesional.

Y luego, hace unos pocos días, me enteré que este blog, este humilde espacio que nació hace ya casi 8 años, había sido incluido en la lista de los 40 mejores blogs de marketing de España.

¡Todo un lujo!

Saber que entre tantísimos blogs que existen allí afuera, miles de ellos, el mío ha logrado escabullirse entre los primeros 40 me ha llenado de un gustazo enorme y un orgullo que ni te puedo contar.

El contenido original, relevante y de calidad nunca caduca. Siempre permanecerá tan fresco como el día que lo escribiste.

Me siento muy orgulloso porque nunca ha sido mi intención que me incluyeran en listas ni que mis artículos fuesen reconocidos de esa manera.

Al contrario, me he concentrado siempre en resolver las preguntas que me planteaban amigos y clientes, incluso las preguntas que me planteaba yo mismo como profesional, y en algunos casos como persona.

De hecho, uno de cada 3 artículos de mi blog tiene como título una pregunta.

Sí, una pregunta.

Porque pienso, y seguiré pensando, que las mejores comienzan siempre con una pregunta. Cuando hay una pregunta en el aire, hay una persona que tiene una duda o un problema, por lo que existe la necesidad de recibir una respuesta o solución.

¡Se siente mucha tranquilidad cuando escribes en Google la pregunta que tienes en mente e inmediatamente te es ofrecida una lista de posibles respuestas!

Y mucha más satisfacción aún cuando esas posibles respuestas son todas valiosas, interesantes y que te ayudan a resolver la duda que tienes en tu cabeza. A mi, personalmente, me parece mucho mejor así.

Cuando no tengo nada importante que decir, prefiero quedarme callado.

 

Esta mañana recibí por correo electrónico una propuesta que decía: “He notado que no actualizas tu blog con frecuencia. Te ofrezco una herramienta que te permitirá construir artículos de forma automática a partir de las publicaciones que has hecho en el pasado. Los resultados son muy fiables y nadie notará la diferencia”

¡Me quedé pasmado del susto!

¿Automatizar los artículos del blog solamente para publicar con más frecuencia?

¿Generar artículos de forma automática sin siquiera detenerme a leer que tengan sentido o que no publiquen una burrada descabellada?

Pues no. No es para mi.

Y ciertamente no es algo que vaya a recomendar a mis clientes. Confío mucho en que la inteligencia artificial y la tecnología pueden hacer una cosas maravillosas. Por supuesto sí. Y pueden ser sumamente precisas, eso también te lo concedo.

Quizás me equivoque, pero la inteligencia artificial siempre irá de la mano del ser humano y nunca la reemplazará. Nada reemplaza el criterio de cada persona.

Pero de allí a dejar que sea una máquina la que escriba por mi las opiniones que publico en mi blog acerca temas profesionales, ¡definitivamente no! ¡Jamás en la vida!

Nunca me he puesto como meta publicar artículos con muchísima frecuencia para aumentar el ranking de mi blog en los motores de búsqueda. Nada de eso.

Mi motivación ha sido siempre dar respuesta a preguntas y soluciones a problemas, bien fuesen temas que conversaba con mis clientes durante las reuniones de consultoría, bien fuesen temas míos particulares.

Si en algún momento no había nada relevante en mi mente que pudiera desarrollar y aportar una solución desde mi punto de vista profesional o personal, pues simplemente optaba por el silencio.

Y pienso seguir haciendo lo mismo.

Creo profundamente que el mercado son personas y no números.

Y es por ello, porque el mercado son personas, que quiero seguir siempre tratándolo como tal y no dejarme seducir por la ilusión de ganar un premio o aumentar el ranking de mi blog.

Mi objetivo seguirá siendo el mismo: aportar valor y resolver problemas, escuchando atentamente las conversaciones que tengo con mis clientes, amigos y conmigo mismo.

Y seguirá siendo mi recomendación a clientes y amigos: Concéntrate en aportar siempre valor, contenido relevante y soluciones a problemas.

Los reconocimientos siempre llegan, más tarde o más temprano, pero siempre llegan.

¡Gracias a todos por su preferencia, por su apoyo y por estar allí, al otro lado de este espacio!

¡Mi compromiso para aportar valor seguirá en pie!  

 

Crédito fotografía Fred Pixlab en Unsplash

 

Te dejo acá los artículos que te mencioné al principio de esta entrada. Espero que los disfrutes:

BLOGOSFERA DE SEPTIEMBRE: LOS 10 MEJORES ARTÍCULOS SOBRE MARKETING DEL MES

Los 40 mejores blogs de marketing para encarar con aprendizaje la recta final del año.  

La Historia Que Nadie Cuenta Acerca de Todo Emprendimiento

La Historia Que Nadie Cuenta Acerca de Todo Emprendimiento

Hace unas semanas conversaba con mi hijo mayor, Daniel Alejandro, acerca de la autoestima, la confianza en uno mismo y la perseverancia.

Le recalcaba que, mucho más allá de cada historia de éxito que nos quieren meter por los ojos a través de los distintos medios de comunicación, había en cada una de ellas un largo camino que nadie se atrevía a contar porque para muchos sería simplemente una razón para abandonarlo todo y ni siquiera intentarlo.

A ambos nos gusta el rock y le puse el ejemplo de mi grupo preferido de toda la vida, Queen, y su polifacético vocalista y líder, Freddy Mercury.

Resulta que Freddy Mercury comenzó a tomar lecciones de piano a los 7 años, en 1953. En el año 1964, se trasladó con su familia a la ciudad de Middlesex, en Inglaterra, ya siendo un joven de 18 años.

Freddy conoció a Brian May hacia el año 1970 (ya Freddy contaba para ese entonces con 24 años) y un año después se incorporaba a la banda que llevaría el nombre de “Queen”.

Cuentan las historias que la banda estaba pasando por un momento económico muy crítico justo por la época en la que Freddy se puso a componer la que sería la canción más emblemática de la banda, “Bohemian Rhapsody”.

“Bohemian Rhapsody” era una pieza como se dice “rompedora”: una canción de rock de casi 6 minutos de duración cuando la norma para la época era una duración entre 3 y 4 minutos. Tenía grabadas múltiples pistas de voces, lo que luego vino a llamarse las “voces operáticas”

Era una pieza muy compleja, tan compleja que incluso los propios amigos cercanos a la banda dudaron de que pudiese llegar a tener éxito en el mercado.

Y finalmente, “Bohemian Rhapsody” salió a la luz en 1975.

Hoy, año 2017 (42 años después de su lanzamiento) esta canción volvió a ser elegida en España entre las mejores 500 canciones de rock de todos los tiempos.

¡Escuchaste bien! 42 años después de su lanzamiento.

La historia que nadie te cuenta: tu emprendimiento puede llegar a ser un viaje muy largo.

 

He puesto especial énfasis en las fechas para mostrarte algo:

  • 1953 – Freddy comenzó a tomar lecciones de piano.
  • 1964 (once años después) se trasladó a Inglaterra con su familia.
  • 1970 (seis años después), Freddy y Brian May se conocen.
  • 1971 (un año más tarde), Freddy se  incorpora a Queen.
  • 1975 (cuatro años más tarde) sale al mercado “Bohemian Rhapsody” y Queen se convierte en una banda famosa en todo el mundo.

Si tomas como referencia la fecha en que Freddy se trasladó con su familia a Inglaterra, desde ese momento hasta que salió “Bohemian Rhapsody” al mercado, pasaron 11 años.

¡Once años! Que se dice bastante fácil, pero que son un montón de noches y días seguidos.

¿Estás tú preparado para esperar todo el tiempo que a tu negocio le haga falta para salir adelante?

¿Tienes la paciencia suficiente como para esperar tres, cinco, siete años o más, para ver el fruto de tu trabajo? ¿Tienes la suficiente confianza en ti mismo como para darlo el todo por el todo y apostar a que el mercado te va a dar la razón algún día?

Y es que los medios de comunicación suelen contarnos la parte bonita de la historia, de empresas que son creadas hoy y que en pocos meses salen a bolsa para ganar rondas de financiación millonarias y todo el mundo vive feliz y contento desde ese día en adelante.

Pero, me pregunto yo, ¿por qué nadie cuenta la historia que está detrás de ese éxito?

Muchos sencillamente abandonarían el barco de su emprendimiento durante la primera tempestad.

 

Y es que a veces nos gusta ver las cosas color de rosa y nos dejamos ganar por la tentación de pensar que tendremos por delante un camino fácil o, si no fácil, por lo menos con pocas complicaciones, cuando la realidad puede ser completamente diferente.

Como te comenté más arriba, justo durante el tiempo que Freddy Mercury estaba escribiendo su obra maestra, “Bohemian Rhapsody”, la banda estaba pasando por una situación económica crítica y pensaron incluso en disolverse y dejarlo todo a un lado.

¿Te imaginas que la que luego se convirtió en una de las bandas de rock más queridas y admiradas del mundo hubiese tenido que retirarse justo antes de publicar su éxito más renombrado?

Tienes que tener mucha confianza en ti mismo y estar 100% convencido de tu proyecto para no abandonarlo prematuramente.

Más allá de lo que podrían haber sido los sueños de gloria y ambiciones personales, ninguno de ellos se imaginaba por aquella época que la banda llegaría a ser lo que es hoy en día, y mucho menos que “Bohemian Rhapsody” esa canción tan larga y compleja, se convertiría en prácticamente un himno para las futuras generaciones de rockeros.

¿Te imaginas cuántas noches habrán pasado ellos sin dormir, angustiados, estresados, preocupados por ver que, a pesar de sus esfuerzos y duro trabajo, aún no lograban arrancar el vuelo?

¿Te imaginas la cantidad de veces que habrán discutido entre ellos, producto de la misma tensión por los problemas económicos y la falta de progreso?

Recuerda que estás hablando de años, no de días ni de semanas y mucho menos de horas: ¡años!

Confianza en ti mismo, determinación y mucha perseverancia te llevarán a buen puerto.

 

Es por ello que, mientras conversaba con mi hijo quise hacerle hincapié en que lo más importante para poder llegar al final del viaje era cultivar esa confianza en sí mismo, siempre con una actitud positiva, dando lo mejor de sí, entregándose a su proyecto con pasión, con dedicación, con esmero, sabiendo valorar lo que hacemos, aceptando las críticas constructivas que nos puedan hacer las personas que están a nuestro alrededor, siempre optimistas, siempre en la búsqueda de espacios nuevos, de oportunidades.

Y esperar sin desesperarse. Estar claro en que se trata de un carrera de fondo y no de velocidad.

Entender que el desafío más grande está justamente en la espera, en tener la paciencia suficiente como para mantenerse allí, al pie del cañón, en todo momento.

Que el desafío está en saber sortear los obstáculos que se nos presenten.

Debemos siempre recordar y tener en mente que muchos son los que arrancan sus proyectos con una ilusión extraordinaria pero sin convicción, y lamentablemente tiran la toalla ante los primeros vientos contrarios, ante las primeras perturbaciones, los primeros malos momentos.

Es por eso que quise escribir este artículo, para compartir contigo esa parte de la historia que nadie comenta por temor a asustarte o para que no te vayas a desanimar.

Yo siempre he sido de los que piensan que, mientras más conozcamos la realidad del camino que tenemos por delante, mejores serán los recursos que utilizaremos para poder gestionarlo de forma eficiente y obtener de él los mejores resultados posibles.

Una vez, hace bastante tiempo, durante un curso de formación en gerencia de ventas, el instructor me dijo: “Los mejores gerentes de ventas se preparan para los tiempos malos, porque los tiempos buenos los puede manejar cualquiera”

Y creo en eso desde lo más profundo de mi corazón: lo importante es estar preparado para superar los obstáculos que se nos presenten en el camino, del tamaño y color que sean.

¿Que no se te presenta ningún obstáculo en el camino?

¡Mejor aún! ¿no?

Aquí te dejo el vínculo a un vídeo en el que los miembros de Queen comentan acerca de esos momentos en los que estaban preparando «Bohemian Rhapsody». ¡Espero que te guste!

 

 

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Si ya tienes tiempo como emprendedor o dueño de tu propio negocio, seguramente te habrás dado cuenta de que tienes que comunicarte efectivamente con mucha gente, y gente muy diferente.

Primero que nada debes asegurarte de que tus compradores (o futuros compradores) conocen tu empresa, creen en ella y tienen confianza en el producto o servicio que vendes.

Si tienes empleados, seguramente tendrás que asegurarte de que se sientan con confianza y bien apoyados mientras colaboran contigo en tu proyecto empresarial.

Si miras a tu alrededor, también te habrás dado cuenta de que tienes que asegurarte de captar la atención del resto de la industria, del mercado y en especial el público al que le quieres vender, qué es la razón última del porqué estás en el negocio, ¿no?

Y si tienes socios, entonces las cosas se complican un poquito más porque tienes que asegurarte de contar con su apoyo en todo momento, de que estén seguros de que tendrás la capacidad de dirigir el barco hasta puerto seguro y, si alguna situación difícil o inesperada surgiera, de que estás perfectamente capacitado para tomar todas las decisiones que haga falta tomar sin comprometer de mayor manera el futuro del proyecto.

Como ves, en todo momento estás haciendo uso de unas potentísimas destrezas comerciales que tal vez ni siquiera sabías que tenías o que nunca habías asociado con algo relacionado al tema comercial.

Porque, a fin de cuentas, en todo momento, todos estamos vendiendo algo.

¿Qué he aprendido yo, como vendedor profesional por un montón de años, que te pueda ser de utilidad en tu viaje como emprendedor?

 

Los buenos vendedores somos personas íntegras moralmente.

 

Y aunque muchos piensen que para ser un buen vendedor debes ser una persona pícara, con malas mañas o que de cuando en vez te pases “al lado oscuro de la fuerza”, realmente todo vendedor profesional que se considere de valía debe ser (o hacer su mejor esfuerzo por ser) una persona íntegra moralmente.

¿Por qué?

Porque los vendedores dependemos en gran medida de nuestra reputación profesional, y nunca se logra desarrollar una reputación profesional fuerte si vas por la vida haciendo las cosas que no debes o aquellas que no se consideran correctas, sobre todo en el ámbito profesional.

Un emprendedor exitoso debe ser siempre una persona íntegra moralmente y construir una sólida reputación.

Es por ellos que, durante mi carrera profesional, he aprendido que más allá del resultado económico que pueda lograr con un cliente, es mucho más importante ser un profesional íntegro, que hace lo correcto siempre que puede, independientemente de que esto pueda significar perder un buen negocio o dejar de trabajar con un cliente cuyas prácticas son abiertamente cuestionables.

No corras el riesgo, como emprendedor, de que un comportamiento tuyo cuestionable o poco ético sea expuesto a la luz pública y pongas a tu persona, tu empresa y tu proyecto en arenas movedizas, porque no vale la pena.

 

Y siendo personas íntegras, tenemos una mayor facilidad para ganarnos la confianza de nuestros prospectos.

 

Una cosa va con la otra: ¿A quién no le gusta hacer negocios con una persona que demuestra ser íntegra, respetable y que actúa siempre con honradez? La integridad y la capacidad de ganarse la confianza de la gente van de la mano, y es una habilidad que cultivamos los buenos vendedores.

Porque a fin de cuentas hemos entendido que de nada sirve que un cliente te compre una sola vez y ya más nunca. Hemos entendido que el valor real de una relación comercial está en desarrollar relaciones estables con nuestros clientes, que confíen en nosotros y las empresas que representamos.

Además deben sentir la confianza de comprar nuestros productos y contratar nuestros servicios cada vez que les resultan necesarios, sabiendo que nunca les vamos a defraudar.

Como emprendedor, debes aprender a ganarte la confianza de la gente que te rodea, tanto clientes, como empleados, proveedores y colaboradores.

La confianza, seguramente lo sabes ya, es un don muy precioso que no se gana de un día para otro, pero puede destruirse en segundos con una grandísima facilidad.

Es por ello que debes poner cada granito de arena que esté de tu parte para que esa confianza que tus clientes, y la gente que te rodea, tienen en ti se haga cada vez más fuerte y sólida.

 

Los buenos vendedores siempre nos trazamos un plan que nos permita lograr nuestros objetivos.

 

Y aunque nuestros planes como vendedores puedan no ser tan formales como la palabra lo indica, un buen vendedor nunca podrá obtener sus mejores resultados si no se guía por un plan, aunque sea uno muy sencillito.

Desde la necesidad que tenemos de conocer nuestro mercado, la competencia y nuestro cliente, hasta inventarnos una forma de llegarle a una mayor cantidad de prospectos bien cualificados, todo en el área comercial requiere de un tipo de pensamiento que no es para nada casual.

Como emprendedor tu capacidad para planificar el desarrollo de tu negocio es crucial para alcanzar tus metas.

Y es un tipo de pensamiento que te viene muy bien como emprendedor o dueño de tu propio negocio porque, a fin de cuentas, tú quieres llegar con tu empresa y el proyecto a un sitio concreto y lograr unas metas específicas, para todo lo cual siempre te hará falta tener un mapa que te guíe.

 

No puedes inspirar confianza en tu proyecto si tú mismo no te lo crees.

 

Cientos de veces he mirado como muchos vendedores se dedican a vender productos en los cuales no creen, tratando de aprenderse de memoria unos argumentos de venta que les resultan extraños, tratando de hacer presentaciones a clientes cuando al final del día, tan sólo están pensando cuándo llegará el momento de irse a sus casas de vuelta.

Así nunca funciona y nunca funcionará. Solamente puedes vender algo en lo que crees, en lo que confías. Si no confías en tu producto o en la solución que estás ofreciendo, tu cliente se dará cuenta antes que tú y todo el proceso se irá por la rejilla.

¿Si tú mismo como emprendedor, no te crees tu propia historia, como puedes inspirar a otros a que te sigan y colaboren contigo?

Mis mejores años como vendedor los tuve en Estados Unidos, como director de ventas de una publicación internacional dedicada al diseño de interiores y la arquitectura, dirigida específicamente al mercado de habla hispana.

Nuestros argumentos como producto eran tan fuertes, tan sólidos, que nos permitieron poco a poco ir ganando la confianza de clientes cada vez más grandes, hasta que finalmente pudimos captar las grandes cuentas publicitarias nacionales.

¿Cuál era nuestra fortaleza? Que todos, como equipo, estábamos profundamente convencidos de estar entregando una propuesta de valor interesante. y esta confianza, esta convicción la transmitíamos a nuestros clientes con claridad.

Asegúrate de transmitir siempre lo mucho que crees en tu proyecto y toda la confianza que tienes puesta en él y por qué. De esta manera, tanto clientes como empleados y colaboradores te premiarán con su confianza.

 

Y la mejor de todas: la capacidad de levantarme una y otra vez después de cada intento fallido.

 

Ciertamente es la que yo considero más importante de todas: esa capacidad de levantarme cada mañana sabiendo que tengo un día completo por delante para lograr cosas nuevas, sabiendo que lo que pasó ayer quedó en el ayer y que lo importante es todo lo que puedo hacer hoy para acercarme al logro de mis objetivos.

En ventas, muchas veces puedes sentir que vas corriendo a ciegas, trabajando un montón con la esperanza siempre de lograr los resultados que esperas, aunque solamente lo puedes confirmar cuando tus clientes te dicen que sí, firman las órdenes de compra y hacen los pagos correspondientes. Días de muchas llamadas con pocos frutos, días de pocas llamadas con muchos frutos. Todo un ir y venir de cosas.

La vida del emprendedor está llena igualmente de altos y bajos. Unos días son ciertamente mejores que otros, y aún cuando hoy puedes estar celebrando la captación de tu cliente más grande, mañana puedes estar reventado contra el piso al enterarte de que ese cliente tan grande cambió de parecer y decidió hacer negocios con tu competencia.

Lo importante es tener la capacidad de levantarse cada día sabiendo que siempre tienes la oportunidad de crecer y seguir adelante.

Y seguramente sea el mejor consejo que te puedo dar después de todo: Nunca dejes de luchar, nunca te rindas. Por mucho que las cosas parecieran estar yendo en contra tuya, tómate tu tiempo para analizar cada situación, sacar de ella la mejor lección que puedas y tomar lo que aprendiste como un punto de apoyo para cambiar de rumbo y seguir adelante.

Siempre adelante y siempre para mejor.

Es por todas estas cosas que considero que la experiencia en ventas, en el área comercial, es una de esas fuentes de las cuáles puedes aprender muchísimas cosas positivas que harán más fácil tu vida como emprendedor y líder de tu propio proyecto personal y empresarial.

Aunque nadie puede garantizarte nada, más que tú mismo con tu propio esfuerzo y con la ayuda de Dios, estoy seguro que si pones en marcha estos consejos, verás cambios muy positivos en tu forma de hacer las cosas y en los resultados que obtienes de esas cosas que haces.

 

Crédito fotografía: Sergey Nivens | rawpixel en Unsplash

 

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