¿Pusiste todos tus huevos en una sola canasta?
¿También te dejaste llevar por la euforia de Facebook, Twitter, y ese fenómeno tan moderno de las redes sociales, que te prometía el cielo y la tierra, y la desaparición de todas tus preocupaciones?
Pues suele pasar. No serás ni el primero ni el último que comete el mismo error. ¡Pero no todo es malo!
Al contrario, es un buen momento para recordar que tanto Facebook, como Twitter y tantas otras redes sociales y profesionales, así como las diversas comunidades que puedes encontrar por Internet son una extraordinaria herramienta más del marketing tradicional, pero solamente eso: herramientas!
Aún hoy en día, con el impresionante avance de la tecnología, las estrategias del marketing tradicional siguen funcionando y pueden, en muchos casos, combinarse con las nuevas herramientas disponibles para crear poderosísimas campañas de promoción, y por lo tanto, generar más ventas para tu empresa, o incrementar el reconocimiento de la marca, o la lealtad de los clientes, o mejor aún, en una palabra, generar resultados positivos… ¡muy positivos!
Lo importante es no perder el foco. Aún hoy, los conceptos básicos siguen funcionando de la misma manera, y puedes ganar mucho terreno y entendimiento comenzando por hacerte las siguientes preguntas:
- ¿Conoces realmente tu producto?… pero, ¿realmente, con honestidad, aceptando que puede tener cosas malas y cosas buenas, las llamadas «fortalezas» y «necesidades»?
- ¿Conoces realmente a tu cliente?… ¿sabes de verdad, quién es, qué le gusta, porqué te compra, que le gusta de tu producto, que lee, que ve en la tele, cuáles son sus hábitos?…. ¿te preguntaste siquiera si tu cliente tenía Internet antes de lanzarte detrás de ellos en las redes sociales?
- ¿Y tus competidores?, ¿Los conoces también?
Las respuestas a estas preguntas son extraordinariamente importantes porque ellas te permiten tomar decisiones acertadas, escoger vehículos acertados, invertir el dinero necesario y, lo más importante, ¡tener mejores resultados!
No sé trata de que las redes sociales no sean buenas. Todo lo contrario, son muy buenas, y lo son mejor aún si detrás de ellas se encuentran tus clientes.
Hoy en día entre tanto furor, pareciera olvidarse lo importante qué es el encuentro «cara a cara», el apretón de manos, la conversación telefónica, el patrocinio de un evento importante, los medios tradicionales, etc. Cada uno tiene su función, su momento y su efectividad, y todo ello depende del conocimiento que tú tengas de las tres preguntas que te planteamos arriba: producto, cliente y competencia.
Si pusiste todos tus huevos en una sola canasta, anímate que no todo está perdido. Si hay algo de bueno en el concepto de «planificación» es que siempre es flexible…. muy flexible, y nos permite cambiar de rumbo cuando los resultados logrados no son los esperados.
Anda, ponlo todo en marcha otra vez y ¡a ganar!
Crédito fotografía: Rebekah Howell en Unsplash