¿Absorbido Por Tu Vida Digital? Encuentra El Balance Para Vivirla Intensamente
Esta entrada es producto de una profunda reflexión que he estado haciendo durante mucho tiempo ya.
Entiendo que las nuevas tecnologías han cambiado de manera radical la forma en que nos relacionamos con el mundo. De eso no me cabe ninguna duda.
Y lo considero un cambio extraordinariamente positivo. Por supuesto que sí. Tanto para los negocios, como para nosotros mismos como personas, y profesionales, el entorno digital nos ofrece oportunidades incontables de relacionarnos con el mundo, de una manera que nunca antes podríamos haber imaginado.
Pero como con todas las cosas en la vida y en los negocios, los excesos nunca son buenos.
¿Hemos acaso perdido la capacidad de centrarnos en el momento que vivimos?
Hace unas semanas, estaba con mis hijos en un restaurante de Mc Donald’s y en la mesa que estaba al lado de la nuestra había un grupo de chicas, tal vez la madre con sus hijas, o con un grupo de amigas de sus hijas, no lo sé bien, y tampoco pregunté. El punto era que se trataba de un grupo de cuatro personas al menos.
Mientras yo mantenía una conversación con mis hijos, sobre aquellos temas de los cuales solamente podemos conversar con nuestros hijos cuando están entre los 8 y los 10 años, no pude dejar de observar como, en la mesa de al lado, en lugar de estar manteniendo una conversación, cada una de las cuatro chicas que estaban en la mesa, estaba perfectamente concentrada en sus teléfonos móviles.
Chateando, whatsappeando, leyendo los correos electrónicos, publicando una foto en twitter, o una actualización en facebook, no lo sé. Lo cierto es que todas las conversaciones habían cesado y el silencio reinaba entre ellas. Solamente se les podía ver absorbidas por sus pequeñas pantallitas.
Lo triste no fue solamente eso, sino que la situación se mantuvo, por lo menos, por veinte minutos más. No hubo más conversación. Sólo teléfonos móviles.
En ese momento le di gracias a Dios porque mis hijos aún no tienen teléfonos móviles y me prometí a mi mismo evitar con todas mis fuerzas que tal situación ocurriera en mi familia o que, por lo menos, si llegara a ocurrir, me diera cuenta a tiempo y pudiera solventarlo, para que mis hijos, mi mujer y yo nos conectemos en el momento que estamos viviendo, en el aquí y el ahora, que no lo dejemos pasar y que podamos disfrutar de cada cosa, intensa y profundamente.
Todo tiene su momento, su tiempo y su medida.
Pienso que cada una de las cosas que hacemos en la vida tiene un espacio, un tiempo y un momento. De la misma manera que no puedo estar corriendo bicicleta el día entero por más que quisiera, tampoco puedo estar conectado en Facebook (o la red social de tu preferencia) por horas sin parar, así como tampoco puede dejar de prestarle atención a mis quehaceres de cada día, mi trabajo, mis hijos, mi pareja, y tantas otras cosas que podríamos nombrar.
Lo mismo ocurre con nuestra vida digital: tiene su espacio, su tiempo y su momento.
Y no puede, ni debe, reemplazar en lo absoluto la vivencia que tenemos cada día fuera de Internet. Ni podemos suplantar una cosa con la otra, ni podemos estar más pendientes de vivir nuestra vida digital, que de vivir nuestra vida “no-digital”.
Porque, a final de cuentas, todo ocurre en la vida real. ¿O es que acaso se siente mejor decirle a un amigo que lo quieres mucho, envíandole una cadena de corazones, que dándole un abrazo bien fuerte, de esos que quitan la respiración?
¿O es que acaso, un correo electrónico que le envíes a un cliente o un mensaje directo en twitter puede reemplazar una conversación cara a cara, compartiendo un café?
Pareciera que todos queremos ser sociales en las redes, pero ¿y en la vida real?
¿Qué pasa entonces cuando estás sentado a la mesa con unos amigos y todos están, al mismo tiempo, con sus cabezas hundidas en los teléfonos móviles? ¿Dónde quedó la parte social en ese momento?¿Cuando dejamos de socializar como lo hacíamos antes, para querer hacerlo solamente en nuestras vidas digitales?
¿Qué te puedo aconsejar para que puedas balancearlo todo?
Establece prioridades en tu vida diaria. Asígnale un espacio de tiempo en tu vida y dale a cada cosa la importancia que tiene. No más, no menos.
Limitando el tiempo que pasas sumergido en tu vida digital, dedicándole tiempo a todas las otras cosas que tienes que hacer, incluyendo socializar en la vida real, podrás disfrutar cada una de ellas con mucha más intensidad, y podrás desarrollar relaciones con tu entorno, con mucha más fuerza y entusiasmo que antes.
Por lo menos, yo pretendo hacerlo de esa manera.
Te dejo aquí abajo el vídeo “Se me olvidó mi teléfono” que ilustra plenamente lo que he querido transmitirte en este artículo.
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Crédito fotografía: nikko macaspac en Unsplash