¿Hasta cuando seguiremos diciendo “Ya no es una Opción”?
No sé si a ti te pasará lo mismo, pero continuamente me encuentro en Internet con artículos cuyos títulos son algo así como “(…) ya no es una opción. Es obligatorio” y entre los paréntesis puedes poner, prácticamente lo que tu quieras.
“Estar en redes sociales, ya no es una opción. Es obligatorio”
“Hacer publicidad en Facebook, ya no es una opción. Es obligatorio”
“Tener una página web, ya no es una opción. Es obligatorio”
“Hacer una auditoría SEO ya no es una opción. Es obligatorio”
Y así, por esta misma vía, te encontrarás cientos de entradas en las que prácticamente te dicen que el futuro de tu negocio corre un serio riesgo de fracasar si no haces una cosa, la otra, o si no sigues una receta cuasi-perfecta, o los “mandamientos” que alguien ha redactado acerca de alguna actividad específica.
Todo es relativo en el mundo de los negocios.
Desde que Albert Einstein dijo que “Nada es absoluto, todo es relativo”, las cosas las debemos interpretar desde este punto de vista: No hay una verdad absoluta para nada, y la gestión de tu negocio, no es la excepción de la regla. Todo es relativo.
Lo que si existe es un gran “depende”.
Pues sí: la palabra que le da sentido a todo es realmente un “depende”, porque todo lo que decidas hacer para y por tu negocio va a depender de algo:
- Del dinero que tienes disponible.
- Del producto que vendes.
- De la audiencia a la cuál te diriges.
- De tu filosofía empresarial.
- De tu situación emocional y profesional.
- De tus socios y sus criterios.
- De la economía.
Y podría continuar enumerando en esta lista, factores que pueden influenciar el proceso de toma de decisiones dentro de tu negocio, y nunca terminaría.
Recuerdo de mis años en publicidad, que cuando se asignaban presupuestos anuales, automáticamente aplicábamos una plantilla: 50% para TV, 30% para radio y 20% para otros medios menos tradicionales.
Y, por allí nos guiábamos. Era la norma y solía funcionar bien. No se hacía un análisis detallado ni específico de la situación de cada cliente, sino más bien una propuesta “genérica”: servía para todo el mundo.
Aléjate siempre de las propuestas genéricas. Tu negocio es único.
De la misma manera esta ocurriendo hoy en día: Se construyen supuestas estrategias que te garantizan el éxito, se construyen caminos que te permitirán ganar mucho dinero en cuestión de meses, se te dice que debes manejar tu empresa como lo hacen otros que han sido exitosos, cuando realmente todo esto es un gran “depende” y cada negocio, incluyendo el tuyo, es una realidad particular.
¿Por qué nada es obligatorio y si opcional? Para muestra, un botón.
Recuerdo un post que escribió mi compañero Joaquín Requejo en su blog, titulado “Cómo no vender social media” (que seguramente te gustará leer) y en el que se refleja una realidad que se repite día a día, y no solamente en el área de marketing digital.
Para explicarme mejor, te expongo un caso que he vivido personalmente: Estoy colaborando con una empresa en el desarrollo de su cartera de clientes a nivel internacional. El producto es de muy avanzada tecnología y el cliente tipo (el público que tiene la capacidad actual para recomendar o tomar la decisión de adquirir este tipo de producto) es de un perfil profesional bastante alto, formado mayormente por ingenieros y profesionales técnicos en el área del producto.
Ninguno de mis clientes potenciales está en Facebook, por ejemplo, y los poquitos que están, tienen una actividad muy poco frecuente, cuando tienen alguna. ¿Vale entonces la pena y el esfuerzo para mi, utilizar Facebook como herramienta?¿Con quién mantendré las conversaciones, si mis clientes potenciales no están allí?
El mismo tema ocurre con Twitter. Mis clientes potenciales están tan ocupados, que no se preocupan por tuitear. Ellos tiene otras cosas en las cuales invertir su tiempo. De nuevo la pregunta: ¿Vale la pena que invierta mi tiempo en esta red social, cuando mis clientes no están por allí tampoco?
Y finalmente, LinkedIn. Allí están casi todos mis clientes potenciales y hemos tenido la oportunidad de tener conversaciones interesantes y generar oportunidades de negocio.
Igualmente, muchas de las páginas web de mis potenciales clientes, no están ni en la primera ni en la segunda página de Google. De hecho, muchas de ellas tienen páginas web con diseños más bien pobres. ¿Dejan de ser interesantes para mi por eso? En lo absoluto. Siguen siendo mis clientes potenciales.
¿Necesitan ellos estar en las primeras páginas de Google para que yo los busque? Pues tampoco. Me interesa mucho hacer negocios con ellos, y los busco aunque estén en la página 50 de Google. De hecho, los encuentro con más facilidad en Directorios Profesionales, que en Google.
¿Cuál es la moraleja de esta historia?
Para tu negocio, todas las herramientas que existen son sencillamente opcionales.
Y la selección de una u otra, o un grupo de ellas dependerá exclusivamente de tu situación actual, de tu realidad como empresa, como negocio, y de todos los factores que te mencionaba más arriba, además, por supuesto, de los objetivos que pretendas lograr.
No se trata de la herramienta como tal, sino del uso que tú le puedas dar a cada una de ellas.
Por eso cuando te planteen el uso “obligado, no-opcional” de una u otra herramienta, o te hagan hincapié en que una determinada opción es el camino a seguir, hazte siempre la siguiente pregunta: “¿Cómo se ajusta esa herramienta a mi plan de negocio?¿Cómo se encuadra dentro del logro de mis propios objetivos?”
Recuerda que tu trabajo no es darle de comer a la persona que te está ofreciendo la herramienta, sino cumplir con tus propios objetivos empresariales.
Nada es absoluto. Todo es perfectamente relativo en el mundo de los negocios.
Artículo que te recomiendo leer:
Cómo no vender social media
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