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Por Encima De Todo y Primero Que Nada, Somos Personas.

Por Encima De Todo y Primero Que Nada, Somos Personas.

Por Encima De Todo y Primero Que Nada, Somos Personas. - Joel Pinto RomeroEn varias de las últimas sesiones de consultoría que he dado, me he encontrado con una situación común: jóvenes empresarios que están concentrando todos sus esfuerzos en desarrollar sus proyectos de negocio y que no tienen tiempo alguno para llevar a cabo ningún otro tipo de actividad, o que bien sienten que NO DEBEN dedicarle tiempo a ninguna otra actividad, mientras tanto no hayan sacado sus proyectos adelante.

También me he encontrado con profesionales que la están pasando muy dura tratando de mantener un balance entre su vida profesional y la personal.

En ambos casos, la urgencia que está de fondo es la misma: la sociedad nos está condicionando (otros pudieran llamarlo “programando”) para que percibamos que el éxito profesional es lo más importante en la vida, y que solamente a partir de él podemos ser felices en los otros ámbitos de nuestras realidades individuales.

Y no hay nada más lejos de la realidad.

De hecho, hace unos pocos días leí un artículo en el cuál un exitoso hombre de negocios había visto su vida transformada luego de haber estado durante unas semanas en Haití, uno de los países más pobres del mundo, y haberse dado cuenta de que, a pesar de la durísima situación económica que viven la mayoría de las personas allí, aún así pueden vivir felices y sonrientes.

Algo que muchas personas en países del primer mundo simplemente sueñan con alcanzar.

 

Primero que nada, somos personas, seres humanos.

 

Y esa es la realidad: Primero que nada, nacimos de nuestros padres y hemos pasado por lo menos las dos primeras décadas de nuestras vidas cultivando nuestras personas, nuestros “yo interiores”, lo que somos como individuos.

Esa es la base de todo lo demás. Todo lo que viene luego se sustenta en los valores y principios que hemos aprendido e internalizado durante esos primeros años, gracias a nuestros padres, nuestros maestros y profesores en los colegios, y ya luego como producto de la interacción con nuestros semejantes en la sociedad.

Un profesional exitoso no podrá considerarse nunca “completo” si su realidad como individuo, pareja o padre está rota o incompleta.

A partir del momento en que nos metemos de cabeza en la sociedad, vienen los otros roles: Conocí a mi actual pareja durante mis años de universidad, luego nos casamos, tuvimos un par de hijos maravillosos y alcancé lo que yo podría llamar mi “maduración” profesional cuando mi hijo mayor tenía un par de años.

 

 

En tu caso, no necesariamente debe haber ocurrido todo en la misma secuencia pero, en nuestras vidas, estos roles si están (o deben estar) en ese orden:

  • Primero “Individuo”.
  • Luego “Pareja”.
  • Después “Padre”.
  • Y, finalmente, “Profesional”.

Si como individuo no estás en comunión contigo mismo, si no conoces tus debilidades y fortalezas, tus temores, las fuerzas que te motivan y te empujan hacia adelante, pues todas esas carencias te las llevarás a la relación de pareja, a la relación con tus hijos y a tu vida profesional.

Es así de simple, en mayores o menores grados, pero así de sencillo.

 

El éxito profesional no debe significar el sacrificio de todo lo demás.

 

¿Cuántos casos conoces de personajes de esos a los que todos consideran sus ídolos y has descubierto que tienen unas relaciones de pareja desastrosas? ¿O que tienen múltiples adicciones, bien sea alcohol, drogas, tabaquismo, etc…? ¿O que son protagonistas frecuentes en escándalos públicos de cualquier tipo?

¿Cuántas veces has sentido pena por ver que aquél personaje al que tenías en un pedestal, fue metido en la cárcel por haberle dado una golpiza brutal a su pareja? ¿O que son criticados pública y abiertamente por sus hijos?

No habrá en la vida nunca dinero suficiente para comprar la felicidad en la relación de pareja ni con nuestros hijos.

Es por ello que resulta a veces necesario recordar que nuestro crecimiento y desarrollo personal debe darse desde adentro hacia afuera, y no al revés. El dinero no compra la felicidad, aunque está muy claro que hace las cosas mucho más sencillas.

Si no te crees que el dinero no lo es todo, basta con que mires hacia los países más pobres y, en teoría, más desafortunados: Aún con todas las carencias que tienen, aún con todos los desafíos que enfrentan cada día, son personas que pueden vivir sonrientes y despreocupadas, incluso más que nosotros mismos que decimos tener acceso a todo.

¿Cómo crees tú que esa felicidad es posible?

 

La felicidad y el éxito están profundamente metidos dentro de nosotros mismos.

 

A veces resulta interesante aprender por las cosas que vemos vivir a otras personas, y no necesariamente esperar a vivir las experiencias nosotros mismos para entenderlo todo.

A mi personalmente me gustaría racionalizar muy profundamente dentro de mí el hecho de que puedo ser intensamente feliz con pocas cosas materiales, antes de tener que vivir una situación de pobreza extrema como la que se vive en algunos países del mundo para darme cuenta.

Nuestra fortaleza como profesionales, padres y parejas radica en la fortaleza que tengamos como individuos, como seres humanos.

De la misma manera, me gustaría tener la habilidad y la capacidad de prestarle atención y disfrutar de todas las distintas áreas de mi vida (individuo, pareja, padre y profesional) sin que ninguna de ellas implique el sacrificio de las otras.

Creo que es necesario recomendarte que le prestes atención a todas ellas por igual. Si, es muy importante que logres todas los objetivos que te has propuesto como profesional y dueño de tu propio negocio, definitivamente sí.

Pero también es cierto que nada de eso tendrá valor si, en el camino, dejas a un lado o abandonas directamente tus roles como pareja y como padre.

Y si el caso fuera que no tienes hijos ni una relación de pareja, entonces tampoco tiene sentido que te conviertas en uno de esos personajes exitosos, que lo han dado todo por alcanzar lo que para muchos es “la cima profesional y económica”, destruyendo en el camino el regalo más maravilloso de todos: la vida misma.

¿O sí lo tiene?

 

Crédito fotografía: 123rf / Kurhan  / David Calderón on Unsplash

 

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Si las cosas fueran fáciles… – Testimonio del Encantador de Perros

Si las cosas fueran fáciles… – Testimonio del Encantador de Perros

Si las cosas fueran fáciles… – Testimonio del Encantador de Perros - Joel Pinto Romero

 

Como dice mi querida amiga, Gabriela Pérez Sambucetti, «sólo lo compartido adquiere dimensión social» pues en este caso, yo quiero compartir con todos ustedes un artículo escrito por un querido compañero mío, Mauricio Priego, que refleja un testimonio de perseverancia, de confianza y, sobre todas las cosas, de seguir adelante luchando por aquellas cosas que son importantes para nosotros.

 
Se trata del testimonio de César Millán, «El Encantador de Perros». ¡Te lo entrego tal cual lo escribió Mauricio en su blog!

“Si las cosas fueran fáciles, cualquiera las haría…”

En ocasiones, cuando quedo exhausto ante la lucha continua por salir adelante, ha pasado por mi mente que esta frase es el pretexto de la vida para estresarnos y robarnos la felicidad y la alegría. Pero entonces recuerdo que somos nosotros los que muchas veces hacemos que las cosas sean difíciles, y busco en aquellos a quienes amo el aliciente para retomar la lucha con ánimo renovado, enfocándome nuevamente en mis sueños más allá de tan sólo buscar salir adelante.

Pero irónicamente el retomar la lucha volviendo a enfocar nuestro esfuerzo no es fácil.

¿Han oído hablar del Encantador de Perros? La historia de César Millán es un vivo ejemplo de esfuerzo y perseverancia, la cual bien puede servirnos de inspiración para cuando la adversidad amenace nuestros sueños y objetivos (Haz clic en el video para reproducirlo):
Seguramente la célebre frase “Entre más conozco al hombre, más quiero a mi perro” pasó por su cabeza en más de una ocasión, sólo que en vez de irse a vivir a un tonel como Diógenes, César supo re-encontrarse con su sueño y hacerse de la fortaleza de ánimo necesaria para comenzar de nuevo.
Como dice el poeta:
«Trata de ser feliz con lo que tienes, vive la vida intensamente… luchando lo conseguirás.»
¡Éxito!
Mauricio Priego
Finanzas Personales, Analista de Sistemas, Enterprise Architect. Cinefilo, Melomano, Lector. Feliz padre de familia. Personal Finance, Systems Analist.

 



Gracias, Mauricio, por una entrega tan especial y tan cargada de emociones.


Estoy seguro que más de uno de los que está leyendo esté post ahora se sentirá identificado con la historia de César, tal como lo hice yo cuando leí tu post.


Crédito fotografía: Wyatt Ryan en Unsplash

Este es el vínculo al artículo original, tal como apareció en el blog de Mauricio
Si las cosas fueran fáciles… – Testimonio del «Encantador de Perros»


Y te dejo este artículo en mi blog, que va genial con el testimonio de César Millán:
Libera Todo Tu Potencial: Atrévete a Soñar en Sólo 7 Minutos.

 
 
 
¿Qué Cosas Pueden Estar Impidiendo Que Logres Tus Metas?

¿Qué Cosas Pueden Estar Impidiendo Que Logres Tus Metas?

¿Qué Cosas Pueden Estar Impidiendo Que Logres Tus Metas? - Joel Pinto RomeroHace unos días, leía un artículo muy interesante con el que me identifiqué un montón. Se refería a “Los 10 peores hábitos que pueden estar impidiendo que logres el éxito” y aunque no me sentí reflejado en todos ellos, gracias a Dios, si pude darme cuenta que hay cosas que hago (o que he hecho) que, sin saberlo, están impidiendo que logre mis metas, o lo han hecho alguna vez en el pasado.

De hecho, la frase que más me gustó en el artículo fue esta:

“Puedes tener muchos hábitos buenos, pero los malos te harán siempre dar dos pasos hacia atrás, por cada pasito adelante.”

Y lleva toda la razón: Sin darnos cuenta, esos hábitos se convierten en un pesado lastre que, sin siquiera darnos cuenta o hacerlos de forma consciente, nos mantienen allí, estancaditos, caminando lentito, sin alcanzar nuestra máxima velocidad, nuestro máximo rendimiento, nuestra completa felicidad.

Como son también cosas que podrían estar ocurriéndote a ti y, quizás como yo, no te has dado cuenta aún, quiero compartirlas contigo. El vínculo al artículo te lo dejo al final, como siempre, para que disfrutes el artículo completo.

 

Esperando el “momento adecuado”

 

Soy una persona a la que le gusta planificar las cosas. El que me conoce, lo sabe. Yo creo que ya por un tema de experiencia, y por tener personas que dependen de mi, no soy una persona de lanzarme a las cosas desaforadamente, sin meditármelo tan sólo un poco.

Ciertamente no soy así. Sin embargo, siempre he entendido que “nunca llegará el momento perfecto” para nada de lo que quiera hacer. Cuando me casé con mi actual esposa, hace ya más de veinte años, estaba seguro que no era el momento perfecto, pero aún así decidimos hacerlo y mira lo bien que ha salido todo: Hace tantos años que nos embarcamos en este viaje, y todavía seguimos juntos, gracias a Dios.

Planifica todo lo que puedas y cuando tu corazón te diga que “pareciera ser el momento perfecto, simplemente lánzate al agua”.

Lo mismo ocurre con nuestros proyectos personales y profesionales, y hasta en las decisiones que tomamos en nuestros negocios: Nunca existirá ese momento perfecto. Sólo habrán momentos en los que todo pareciera indicar que son el momento perfecto, o el más adecuado. Pero nunca, nunca conseguirás el momento perfecto para nada.

 

La necesidad de que las cosas sean perfectas.

 

Y de la mano del “esperar el momento correcto”, va este. Recuerdo que, cuando mi papá estaba ya enfermo en cama, un día me pidió que lo afeitara. Con todo el sentimiento que me daba aquella situación, tomé la crema de afeitar, la apliqué sobre la barbilla de mi papá con mucho cariño y luego, muy lentamente, me puse a afeitarlo.

Le pasaba la maquinilla y luego le pasaba la mano para confirmar que no hubiese quedado ningún pelito sin afeitar. Si no estaba conforme, le volvía a pasar la maquinilla y luego la mano para confirmar. Y así lo estaba haciendo con cada centímetro de su barba, cuando mi papá me dijo: “Joel, no se trata de una obra de arte. Simplemente es una afeitada y nada más.”

¿Cuántas veces en tu vida te has encontrado en la misma situación, invirtiendo horas sin fin en un proyecto en búsqueda de la perfección?

Pues a mi ya me ha pasado varias veces. Recuerda siempre que todas las cosas siempre se pueden mejorar, siempre se pueden perfeccionar. Si esta búsqueda de la perfección está haciendo que demores tus proyectos más de la cuenta, entonces puedes estar siendo, como yo, víctima de este hábito que se viste de oveja, cuando en realidad es un espantoso lobo y muy feroz.

Ten presente que, en muchos casos, “se trata sencillamente de una afeitada y no de una obra de arte”.

 

Ser muy cabeza dura como para soltar las cosas y dejarlas ir.

 

¿Sabías que me enamoré locamente de una mujer cuando tenía 18 años? Y aunque ella era casi 10 años mayor que yo y que todo indicaba con claridad que nuestra relación estaba destinada al fracaso tarde o temprano, pues yo nunca quise aceptarlo.

Y aún después que rompimos, me empeñé tozudamente en esperar ese “precioso momento en el que volveríamos a estar juntos” sin darme cuenta que, al hacerlo, me estaba negando a mí mismo la oportunidad de conocer otra persona con la que pudiera tener una relación normal.

Sólo soltando las cosas y dejándolas ir, tendrás las manos libres para tomar cosas nuevas.

Solamente cuando decidí dejar a un lado mi “cabezadurismo”, pasar la página y dar unos pasos hacia adelante, fue cuando mi vida comenzó a rodar de nuevo para finalmente, luego de un par de años, conocer a la maravillosa persona que hoy en día es mi pareja, gracias a Dios.

Y así ocurre con muchas cosas, tanto en nuestras vidas personales como en las profesionales: ¿Cuántas personas conoces que han debido renunciar al trabajo que tienen hace mucho tiempo, y sin embargo se mantienen allí, luchando por una pelea que ya tienen perdida? ¿Cuántos negocios has visto fracasar simplemente porque sus dueños no quisieron cambiar de rumbo a tiempo?

Estoy muy contento porque, de los 10 hábitos que mencionaban en el artículo que te dije más arriba, me identifiqué solamente con tres de ellos. Quizás en tu caso, sea diferente: podrán ser más, también podrán ser menos.

Aquí te dejo el vínculo al artículo para que lo leas y puedas hacer tu propia evaluación:

The 10 Worst Habits Holding You Back From Success

 

Crédito fotografía: Patrick Tomasso en Unsplash

 

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