¿Por Qué Dejarlos Esperando Una Respuesta Para Siempre?
La semana pasada coincidí con un compañero bloguero, Bernardo Abril (cuyo blog “Exporta con Inteligencia” te recomiendo leer, si estás en esos temas de exportar tus productos fuera de los límites de tu país) en un punto que considero bastante importante dentro de lo que es la gestión de las relaciones que tenemos con otras personas, sean éstas nuestros clientes, proveedores, amigos, colaboradores e, incluso, con nuestras propias parejas.
Decía Bernardo en su post: “La cortesía es parte de los negocios, nos interese o no lo que nos tienen que ofrecer” y yo me atrevería a añadir que la cortesía es parte de la vida misma, porque si no es así, entonces ¿en qué mundo estamos viviendo?
Pero volviendo al punto que siempre me ocupa, el de ofrecerte una reflexión o un consejo que pueda ayudarte a hacer una mejor gestión de tu negocio, considero que debes comenzar por entender que el tiempo y el trabajo de todo el mundo es importante, tanto como el tuyo mismo.
Seguramente hablas con frecuencia de lo importante que son para tu empresa sus clientes y, seguramente también, le das mucho valor a las relaciones que mantienes con ellos. ¿Por qué no hacer entonces lo mismo con las relaciones que mantienes con tus proveedores y colaboradores?
¿Qué es lo que marca la diferencia entre unos y otros? ¿Qué unos te producen dinero (Dios mediante) y otros, por el contrario, representan para ti un gasto?
Comencemos por lo básico.
Trata a los demás con la misma consideración que quieres que te tengan a ti.
Y pareciera fuera de lugar tener que hablar de esto en un entorno de negocio, pero con frecuencia ocurre que, cuando alguien está tratando de venderte algo, de ofrecerte sus servicios o de aproximarse a ti de alguna manera, asumes que esa persona debe entender que tu falta de respuesta a sus contactos significa “Disculpa, pero no estoy interesado en lo que me estás ofreciendo”, y realmente no es así.
¿Cómo puede la otra personas saber lo que tú estás pensando, si no se lo dices? Podemos ser muy eficientes, pero lectores-de-mente, nunca.
Como siempre, me explico. Existen muchas y muy variadas razones por las que pudieras no responder un correo electrónico o una llamada telefónica:
- Porque realmente no te interesa lo que te están ofreciendo o crees que no es el momento adecuado para revisar dicha información.
- Hubo una falla en los sistemas informáticos de tu empresa y todos los correos recibidos en ese fecha fueron borrados del servidor.
- El mensaje lo recibió otra persona y lo borró sin darse cuenta.
- Estuviste enfermo durante tres semanas y no pudiste levantarte de la cama.
- Tu asistente perdió los datos de la persona que llamó.
- Tu contestadora automática no funciona bien o no la revisas con la frecuencia que debieras.
Como te fijas, y poniendo toda ironía aparte, las razones para no responder un correo electrónico o devolver una llamada telefónica son tan variadas como las personas mismas, por lo que no tiene sentido que tú esperes que la persona que está tratando de ponerse en contacto contigo adivine cuál de todas ellas es la que aplica en tu caso.
Debes aprender a decir “Lo siento pero, en estos momentos, tu propuesta no me interesa”
Y con una respuesta tan sencilla como esta, liberas a todo el mundo de cualquier compromiso, real o inventado, que pueda haberse generado por falta de una comunicación clara y directa.
Al decir “En estos momentos, tu propuesta no me interesa”, el primero que queda liberado eres tú, ya que no seguirás recibiendo llamadas de una persona (o empresa) que tiene algo que no te sirve. Te evitas la molestia de tener que borrar esos correos electrónicos pensando “¿Pero cuando se dará cuenta de que no me interesa lo que ofrecen?”.
Por el bienestar de nuestras relaciones con todo el mundo, debemos aprender a ser sinceros cuando algo no nos interesa.
Lo mejor de todo es que, cuando ofreces una respuesta clara, por muy sencilla que ésta sea, estás haciendo lo que es correcto profesionalmente: Estás valorando el tiempo y esfuerzo de la otra persona, indicándole con claridad que no vale la pena que siga esforzándose contigo.
Y de allí el segundo punto: La segunda persona que se beneficia es esa que está tratando de ponerse en contacto contigo. Al tener una respuesta clara de tu parte, puede simplemente pasar la página y dedicarse a atender a otras personas que sí pueden estar interesadas en lo que su empresa tiene que ofrecer.
Además que le evitas tener que pasar por el vaporón de escuchar como tu secretaria le dice, por decimoquinta vez, que “lo siente mucho, pero el señor (aquí puedes poner tu apellido) no se encuentra disponible para atender su llamada telefónica”
Todos somos clientes y compradores en algún momento de nuestras vidas.
Así lo dice Bernardo en su post, y yo estoy 100% de acuerdo con él. Quizás en tu trabajo eres el responsable del área de compras y es por ello que recibes tantas ofertas de empresas que quieren hacer negocios contigo. Es lo normal. De algo tiene que vivir la gente, ¿no?
Hoy por ti, mañana por mi dice el dicho, ¿no?. Cultivando el trato profesional hacia los demás, recibirás el trato profesional que te mereces.
Y si estás en ese puesto, pues es también lo normal (o debería ser lo normal) el que actúes de forma profesional hacia los demás, de la misma manera que te gustaría que te trataran a ti cuando vas a algún sitio y tienes que comprar algo.
Porque todos, en distintos momentos de nuestras vidas, asumimos roles de compradores y de vendedores. Siempre.
Eso, creo que debes tenerlo en cuenta. Por ello, te invito a que te tomes esta reflexión con seriedad: La próxima vez que te contacten para algo que no te interesa, respira profundo y dilo con honestidad y profesionalismo: «Lo siento mucho pero, en estos momentos, su propuesta no nos interesa».
Es siempre mejor para todos.
Crédito fotografía: Hutomo Abrianto en Unsplash
Te dejo el artículo que escribió Bernardo en su blog
¿Estamos perdiendo el mínimo de cortesía profesional?