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Toda una contradicción: ¿Quieres «vender», pero no «aprender a vender»?

Toda una contradicción: ¿Quieres «vender», pero no «aprender a vender»?

¿Sabes? La pasión de mi vida son los aviones. Si no lo sabías, pues a partir de hoy lo sabes. Desde pequeño sentía aquella atracción especial hacia esas máquinas fabulosas que eran capaces de lanzarse en el aire a pesar de pesar (aunque suene, no es una redundancia) cientos de kilos, sino toneladas.

De hecho, justo la semana antes de recibir confirmación de que había sido aceptado en la Universidad Simón Bolívar de mi país, una de las más prestigiosas junto a la Universidad Central de Venezuela, había ido con un querido amigo a meter los papeles en la Escuela de Aviación Militar.

¿Te imaginas? Si no me hubiese salido el cupo en la universidad, quizás habría terminado siendo piloto de cazas de combate.

Me acerqué mucho más a la aviación durante los años que estuve trabajando con la revista Ida y Vuelta, que era la publicación de a bordo de la aerolínea Láser. La empresa tenía, en aquel entonces, dos aviones: un DC-9 y un B-727.

Lo divino de estos años fue que, cada vez que tenía que viajar entre las distintas ciudades en las que estábamos haciendo negocios con la revista, tenía la oportunidad, no solamente de ir en avión sin pagar boleto, sino que además, como era parte de la empresa, los pilotos me invitaban a viajar con ellos en la cabina, por lo que tuve el privilegio de disfrutar de muchísimas horas de vuelo sentado al lado de los pilotos, en primera fila.

La vida te presentará siempre oportunidades para aprender muchas cosas. Está de tu lado saber aprovecharlas lo más que puedas.

¿Te imaginas cómo me sentía yo, sentado allí, a 21,000 pies de altura, cruzando los cielos de mi país, de una ciudad a otra, en mis viajes de trabajo?

¡Pues ciertamente una experiencia fenomenal! Aprendí muchísimas cosas, no solamente de lo que podía ver, sino también de lo que me contaban los pilotos porque, aparte de hablar de trivialidades y cosas de trabajo, también calmaban mi curiosidad hablándome de temas de aviación.

¿Cuántas horas estuve montado allí? ¡Pues no sabría decirte! ¿100? ¿150?

Sin embargo, todo ese tiempo compartido con los pilotos de la aerolínea conversando temas de aviación, todo ese tiempo mirándolos hacer las cosas que hacían dentro del avión, no me brindó la formación necesaria como para yo sentirme lo suficientemente cómodo para decirte que sabía, o podía, volar un avión.

¡Jamás en la vida me lo hubiese planteado siquiera!

Vista desde afuera, cualquier tarea te puede parecer fácil, incluso la de vender.

¿No te ha ocurrido alguna vez que, cuando ves a alguna persona realizando una tarea, te parece que el tema resulta de lo más sencillo?

Sea que está pintando un cuadro, arreglando una motocicleta, conduciendo un coche de carrera, o incluso pilotando un avión.

Porque sentado desde el asiento de los invitados, dentro de la cabina del avión, pareciera todo muy sencillo: empujas las palancas de los motores hacia adelante, dejas que el avión corra por la pista y, cuando alcance cierta velocidad, tomas el control de mando y lo atraes hacia ti, para que el avión levante la nariz, y ya está.

¡Arreglado! El avión está en el aire.

Y cuando vas a aterrizar, tres cuartos de lo mismo: Reduces la potencia de los motores al mínimo suficiente como para mantener una velocidad adecuada que te permita ir descendiendo hacia la pista; cuando estás a punto de tocar el suelo, levantas la nariz del avión, cortas completamente la potencia y listo. ¡Como una seda!

Pero, ¿es realmente así? ¿es todo tan sencillo?

Obviamente he recurrido a un ejemplo extremo, donde es evidente que no puede ser así.

La destreza al realizar una tarea específica, es la sumatoria de tener el conocimiento requerido para ello y la experiencia obtenida después de haber realizado dicha tarea repetidas veces.

Está súper claro que, para poder pilotar un avión en forma, debes tener una formación específica, recibir un entrenamiento práctico adecuado y luego, después de ser evaluado por un profesional, recibir la autorización para hacerlo.

Pero espera, igual ocurre en todas las profesiones, ¿o no?

Porque para poder ejercer como abogado, contable, diseñador gráfico, programador, médico, veterinario, odontólogo, fotógrafo, o cualquier otra, es necesario tener una formación profesional que lo valide. Quiero decir, para poder ejercer legal y éticamente.

Claro que cuando vemos a un profesional realizando su tarea, nos parece que todo es fácil. Justamente se trata de eso. Cuando ves a un piloto maniobrando con un avión y ves que lo hace con facilidad, esa destreza que percibes es el resultado de muchas horas de práctica y de estudio, con su correspondiente cuota de intentos fallidos.

De la misma manera, cuando ves a un vendedor que cierra una venta de forma exitosa, después de varios meses de negociación, puedes pensar y decir: “¡Vaya, después de todo, no se ve tan difícil!”

Y por supuesto que no lo es, porque esa persona ha logrado adquirir los conocimientos y destrezas necesarias para hacer su trabajo, y hacerlo bien, después de muchas horas de formación y práctica.

Sin embargo, la tendencia generalizada es la de ver el resultado final y no todo lo que ocurre antes, y que es necesario para generar dicho resultado.

¡Queremos la recompensa, pero no el esfuerzo!

No te concentres en el resultado, sino en el proceso que lo genera.

¿Recuerdas la fábula de “La Gallina de los Huevos de Oro”?

Pues justamente refleja con claridad algo que está ocurriendo con los negocios hoy en día, quizás con el tuyo propio: Quieres vender, quieres obtener resultados estratosféricos, quieres crecer desmesuradamente, quieres los huevos de oro.

Pero te cuesta entender que, para lograrlo, tienes que sentarte en una mesa a pensar, analizar, planificar, ejecutar y medir: esperar que la gallina ponga los huevos de oro, y mientras esperas, alimentarla y cuidarla.

¡Es fácil concentrarse en los huevos de oro nada más! Por todos lados escucharás acerca de estrategias que te garantizan la obtención de grandes resultados con mínimos esfuerzos, incluso algunos te ofrecen la posibilidad de poner tu negocio como si volara con un piloto automático. ¡Cantos de sirenas, pero que, a los oídos del que no sabe o del que no quiere saber, suenan maravillosamente bien!

La promesa de obtener excelentes resultados sin esfuerzo siempre calará bien en nuestras mentes porque, muy en lo profundo, nos domina la pereza y la comodidad.

¿Imagínate poder cumplir mi sueño de pilotar un avión, sin tener que sacar licencia de piloto ni pasar por una escuela de vuelo?

¿O cómo querer tocar tu canción preferida en la guitarra, sin tener conocimientos de este instrumento?

Es querer tener un buen rendimiento en la realización de cualquier actividad profesional sin tener la formación ni experiencia adecuados para ello. ¿Posible? Sólo podríamos atribuirlo a “suerte de principiante”, en el mejor de los casos.

Y el caso de ventas es particularmente notable porque la creencia natural entre empresarios como tú, es que cualquier persona que tenga buena labia, “carisma” y don de gentes, puede ser un vendedor, y no es así.

Cierto es que esas características hacen que una persona pueda funcionar mejor haciendo el trabajo de ventas, por supuesto que sí, pero no implican, de manera alguna, que por sí solas puedan garantizar resultados positivos de forma consistente.

¿Quieres mejorar tu rendimiento en alguna actividad profesional? Fórmate.

Con todo lo anterior lo que te quiero recalcar es que, si quieres tener un rendimiento por encima del promedio en cualquier actividad profesional y manejar los criterios necesarios para tomar buenas decisiones en dicha actividad, necesariamente tienes que adquirir formación específica.

Además, piensa también que la formación por sí sola, tampoco garantiza el mejor rendimiento posible: indica que sabrás hacer las cosas, pero ya lo demás es incierto, porque hay mucho criterio profesional que se construye solamente a partir de la experiencia adquirida.

Es cómo me ocurre a mi con los temas de diseño gráfico, por ejemplo: Sí, tengo buena mano y se me da muy bien. Sin embargo, yo estoy perfectamente consciente de que el nivel de calidad del trabajo que yo puedo hacer, no está a la altura del nivel que pueda alcanzar una persona que se dedica a esa actividad, cada uno de los días de su vida profesional, cuando yo, por el contrario, lo hago estrictamente cuando lo necesito.

Si no quieres que te acusen de «intrusismo profesional», adquiere formación específica en aquellas áreas de trabajo en las cuáles te quieres desempeñar. 

No se puede comparar. No es lo mismo un logotipo hecho por mí, que he hecho 10 logotipos en toda mi vida; que un logotipo hecho por un diseñador gráfico, profesional y dedicado, que ha hecho 50 en un mes.

Y específicamente con el tema de ventas, son muchas las cosas que afectan el rendimiento de un vendedor, que no están directamente relacionadas con la ejecución de la venta directamente como tal.

Temas como productividad personal, gestión de tiempo, inteligencia emocional, lenguaje corporal, resolución de objeciones, técnicas de negociación, por mencionar algunas, son algunas de las “destrezas suaves” que los vendedores deben dominar para alcanzar un rendimiento óptimo.

Aprender a vender te dará el control sobre tu rendimiento de ventas, sin atajos ni trucos.

De la misma manera que un piloto de avión sabe cuál es la configuración específica que debe tener la aeronave para despegar y para aterrizar, el aprender a vender los productos y servicios que tu empresa ofrece te permitirá conocer “la configuración” que tu empresa necesita tener para poder desarrollar estrategias de ventas que estén en línea con su situación particular.

Porque sí, existen muchas estrategias que puedes poner en marcha para impulsar las ventas de tu negocio, por supuesto que sí, pero la única forma en que podrás discernir cuál es la estrategia adecuada para tu momento y situación particular, es cuando aprendes todo lo que debe ocurrir antes y después de ese dichoso momento en el que tus clientes potenciales finalmente te dicen que sí y compran el producto o servicio que estás ofreciendo.

Alcanzarás la «independencia comercial» cuando tu rendimiento de ventas no sea producto de la casualidad, sino de la ejecución de actividades perfectamente orquestadas y alineadas con tus objetivos empresariales.

Es en ese momento en el que tomarás control de tu rendimiento de ventas. Es en ese momento en el que alcanzarás la “independencia comercial”, es decir, que no dependerás de que nadie venga a ofrecerte fórmulas mágicas que han funcionado para otros negocios, y que nadie te puede garantizar que funcionen para el tuyo.

Es en ese momento en el que podrás crear una estrategia de ventas que sea realmente diferenciadora, específica para la visión y propuesta de negocio que tu quieres implantar en tu empresa, tu negocio y tu industria.

Porque tenemos que tener claro una cosa: ¿Cómo puedes diferenciarte comercialmente de tus competidores, cuando tu estrategia de ventas es la misma que están utilizando cientos de empresas diferentes y que, como en todas las cosas, algunas veces funcionan y otras no?

Además, y lo más bonito de todo: sabiendo lo que debe ocurrir antes, durante y después de cada transacción comercial, tendrás la oportunidad de perfilar cada acción para que realmente esté orientada de una forma bien específica hacia el logro de esos objetivos que te has propuesto de antemano.

Y ese conocimiento estará en tus manos, y no en manos de un tercero.

Además, es un conocimiento que te durará para toda la vida de tu negocio, independientemente del sector comercial o industrial en el que te estás desenvolviendo.

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CURSO GRATUITO: «¿Qué cosas puedes hacer para vender más en tu negocio?»

CURSO GRATUITO: «¿Qué cosas puedes hacer para vender más en tu negocio?»

Cada segundo que pasa, en algún lugar del mundo, alguien está montando un negocio o creando una empresa nueva. Y ha sido así siempre. Algunos casos ocurren por la propia inspiración de un emprendedor ilusionado, en otros casos ocurre por mera necesidad, según la situación económica de cada cual.

Algunos se lanzan al agua con mucha experiencia en sus espaldas, otros se lanzan francamente desde cero en todos los sentidos: sin formación ni experiencia previas.

En una situación como esta creo que los que nos podemos llamar «veteranos» en aquéllas áreas en las que nos hemos desenvuelto a lo largo de nuestras vidas profesionales tenemos un aporte muy valioso que ofrecer.

Y ese aporte tan valioso se llama «compartir nuestra experiencia profesional con los menos expertos y con los más jóvenes» (OJO que no quiero decir con esto que una cosa implica la otra, ni tienen que estar siempre ambas cualidades juntas en el mismo individuo). para de alguna manera ayudarles a transitar el camino del emprendimiento, de la empresa, de una forma más relajada, tranquila.

A fin de cuentas, se trata de que la experiencia de algunos le sirva a otros como aprendizaje y les evite algún que otro dolor de cabeza.

Como sabes, y si no lo sabes, re lo recuerdo ahora, mi área de especialización es la gestión de ventas y de negocios, dos áreas que pueden resultar particularmente complicadas cuando trabajas por cuenta propia, si no tienes conocimiento de las herramientas que hace falta conocer, ni se entiende el proceso comercial en su verdadera naturaleza.

Y para hacer las cosas un poquito más complicadas, como si les hiciera falta, generalmente no nos percatamos de que tenemos problemas de ventas sino cuando el agua ya nos llega al cuello, es decir, que se nos ha hecho un poquito tarde….. es triste reconocerlo pero suele ser así.

En ventas, también deberíamos cultivar la política de hacer «mantenimiento preventivo»: No esperes que el agua te llegue al cuello y los malos resultados de ventas te estén asfixiando.

 

Cuando el dinero abunda, ¿para qué preocuparse de los detallitos?

Solamente nos detenemos preocupados a examinar nuestras «estrategias de ventas» cuando los números nos muestran su cara más fea y nos dan la espalda.

Y en casos como estos, casi lo único que puedes hacer es tomar medidas de emergencia y tienes poco espacio para maniobrar.

 

Las plataformas nos han puesto muy fácil el compartir nuestra experiencia con todo aquél que esté interesado.

 

Y es justamente esta la razón por la que he decidido crear el curso “¿Qué cosas puedes hacer para vender más en tu negocio?”, que además de todo es GRATUITO!

Es un curso realmente sencillo, preparado en un lenguaje plano, sin ornamentos, y que podrás completar en un tiempo relativamente corto (claro está que será según el interés y el esfuerzo que le pongas). Con este curso gratuito quiero ayudar a todos a manejar estrategias de ventas simples, fáciles de implementar, que tienen costos generalmente muy manejables y que, por encima de cualquier cosa que yo te pueda decir, han probado su efectividad a través de los tiempos, en múltiples empresas de todos los tamaños alrededor del mundo.

Son de esos conceptos a los que podríamos ponerle el nombre de «a prueba de tontos».

El objetivo que quiero lograr con este curso «¿Qué cosas puedes hacer para vender más en tu negocio?» es, precisamente, ayudarte a vender más y a desarrollar el volumen de negocios de tu proyecto emprendedor o tu negocio, de una forma sencilla y entendible.

Las estrategias que te recomiendo en este curso están agrupadas según tres categorías distintas:

  1. Aumenta la visibilidad de tu negocio: gira alrededor de estrategias que tienen que ver muy directamente contigo como empresario y están dirigidas a fortalecer tu posicionamiento de marca en el segmento en el que te desenvuelves.
  2. Cuida de tus ventas y tus vendedores: como lo indica claramente aquí, aquí hablaremos de estrategias enfocadas en mejorar la gestión de ventas de tu proyecto y ayudarte a alcanzar un mejor rendimiento de tu equipo de vendedores, si has podido desarrollar uno, o de tu propia gestión comercial si la estás llevando directamente tú.
  3. Premia la fidelidad de tus mejores clientes: es la última y no menos importante clasificación. Si hay algo que es cierto es que el hecho de que a un negocio le vaya bien o mal, está directa y proporcionalmente relacionado con que sus clientes compren los productos y servicios de forma regular en el tiempo.

En cada unidad del curso encontrarás (a excepción de la unidad introductoria y la despedida del curso):

  • Un soporte audiovisual (breves vídeos con una duración de 10 minutos o un poquito más… no mucho).
  • Un documento escrito con el contenido de la unidad (para que puedas leerlo con calma y así reforzar el material que has visto en el vídeo).
  • Un cuestionario de valoración (simplemente a modo de revisión de contenido y nada más).

¿Cómo te recomiendo que hagas el curso?

Durante la etapa de valoración, he hecho el curso muchas veces y la mejor estrategia que te puedo recomendar es mirar primeramente el vídeo de cada unidad, luego completa la lectura del contenido escrito para reforzar la información que recién has recibido.

Cuando ya te sientas cómodo y consideres que tienes todos los conceptos tratados bien amarraditos, puedes entonces completar los cuestionarios de valoración, que no tienen el propósito de «aprobarte o reprobarte» en el curso, sino más bien de ayudarte a revisar y afianzar los conceptos tratados para que luego puedas manejarlos con más soltura.

Como puedes ver mi objetivo no es que hagas el curso y ya está, sino que puedas realmente aprovechar al máximo los conceptos y temas que aquí comparto contigo y puedas hacerlos tuyos para que luego, cuando te toque implementarlos, se te haga todo muy sencillo.

El curso lo puedes tomar directamente acá, en mi página web haciendo click en la siguiente imagen:

 

¿Qué Cosas Puedes Hacer Para Vender Más En Tu Negocio?

Mucho que ganar y muy poco que perder. En apenas hora y media tendrás en tus manos una visión completa de todas las áreas que puedes trabajar para generar más ventas.

Crédito fotografía STIL en Unsplash

Construye Tu Legado: Escribir un Libro, Sembrar un Árbol y Tener un Hijo.

Construye Tu Legado: Escribir un Libro, Sembrar un Árbol y Tener un Hijo.

En un mundo donde la vida se nos va generalmente de «nómina en nómina» o de «quincena en quincena», un mundo en el que la rutina diaria generalmente nos hace sentir agobiados o extraordinariamente ocupados con las múltiples tareas que tenemos que hacer.

En una sociedad en la que tenemos que desempeñar al mismo tiempo múltiples roles, siempre es bueno hacer una pausa y tratar de encontrar el sentido que tienen todas las cosas.

Dicen los entendidos que para que la vida tenga sentido, “hay que escribir un libro, sembrar un árbol y tener un hijo”. Y yo, quizás como muchas otras personas, pues lo he tenido en mis labios muchas veces.

Una y otra vez lo he utilizado para recordarme a mi mismo y a las personas con las que conversaba, que hay cosas más importantes en la vida que simplemente trabajar para ganarte un salario y pagar las facturas.

Hay cosas que realmente valen la pena, que le dan sentido a todo el esfuerzo que haces día a día.

¿Pero qué significa realmente este dicho tan popular?

Pues mientras me preparaba para escribir este artículo, indagué por Internet y encontré lo siguiente:

“Este dicho tan popular, se basa en la adaptación de un relato profético de Mujámmad, el mensajero del islam. Aunque  es muy conocido, pocos saben su significado y el objetivo de estas tres cosas mencionadas, que son: el hijo, el libro y el árbol.

Escribir un libro: el libro que se cita en el famoso dicho hace referencia al saber o al conocimiento que puede dejar alguna persona tras estudios o investigaciones. Sin embargo, dicho conocimiento debe ser beneficioso y provechoso para la gente.

Plantar un árbol: la persona que planta un árbol o pone la semilla del mismo para que crezca, será recompensada, cada vez que una persona coma el fruto del árbol, repose bajo su sombra o pueda beneficiarse de cualquier forma

Tener un hijo: cuando envejecemos, nuestros hijos van a cuidar de nosotros y cuando morimos ellos van a ser nuestro legado, nuestra descendencia.”

¡Fíjate qué cosa tan preciosa! Cuando dices el dicho sin haber profundizado en su significado, suena bonito pero ya está.

Cuando conoces de dónde viene y cuál es el sentido de cada frase, entonces adquiere un significado mucho más profundo.

Todos tenemos una historia que contar y las herramientas están disponibles por doquier.

 

Cuando converso con mis clientes y les comentó acerca de la necesidad de construir una presencia digital que les permita sacarle provecho a toda la experiencia profesional, laboral y empresarial que han acumulado durante todos sus años de carrera, muchos de ellos se encogen de hombros y me dicen: “¡Es que no tengo nada que contar!”, o en algunos casos, “¿De qué voy a hablar?”

Y no puedo hacer otra cosa que preguntarme: Después de tantos años de esfuerzo y sacrificio estudiando, trabajando, levantándote todos los días temprano para llegar a la oficina, para ir a la Universidad, para visitar clientes, para atender tus responsabilidades diarias, para asistir a cursos, después de tanto esfuerzo y dedicación, ¿no tienes nada que contar?

Pues claro que tenemos una historia que contar y se llama “conocimiento y experiencia”.

Y necesariamente lo tengo que decir en voz muy alta: “¡Claro que tienes una historia que contar, y es la historia que te ha generado todas las alegrías, satisfacciones, preocupaciones, noches sin dormir, dolores de barriga, crisis de nervios, y muchas otras cosas que has vivido durante todo este tiempo!”.

Y, a diferencia de hace unos pocos años atrás, hoy en día las herramientas existen y están accesibles para todo el mundo, es decir, para todo aquel que quiera romper el silencio y construir su legado, para que de él puedan alimentarse las personas que vienen detrás, tanto en su sector profesional, como en el ámbito laboral, familiar y personal.

Para que otros se puedan beneficiar de la historia que has vivido en tu vida profesional.

 

Fíjate hasta donde llega el dicho: el árbol para que de sombra y comida a todas las personas que se acerquen a él, el libro para compartir conocimiento y sabiduría, y los hijos para que cuiden de ti cuando estés viejo y para que sean los herederos de tu legado.

Quizás para ti, después de tantos años haciendo lo mismo, día tras otro, lo que más desees sea retirarte a disfrutar de una merecida pensión e infinitas horas de disfrute al lado de tus seres queridos, por supuesto que sí.

Pero, ¿por qué dejar que tu historia, quizás una historia preciosa, simplemente desaparezca el día que te jubilas o decides retirarte de la vida profesional? ¿por qué apagar esa luz que hay dentro de ti y que ha servido de faro para tantas otras personas tantas veces y en tan distintas circunstancias?

¿Por qué no permitir que tu experiencia de vida, tus vivencias, sean una escuela para los que vienen detrás de ti y están comenzando la vida?

¿Es que acaso no vale la pena tratar de evitarle a los futuros profesionales del mundo los muchísimos dolores de cabeza que se tienen cuando se comienza a trabajar sin tener experiencia alguna?

¿Es que acaso no vale la pena compartir con todos los maravillosos secretos que has podido descubrir en tu sector profesional luego de veinte, treinta, quizás hasta cuarenta años de trabajo?

¿Realmente no vale la pena?

Pues yo creo que sí.

Por eso quiero celebrar contigo hoy el lanzamiento de mi canal en Youtube.

 

Simplemente porque creo que el conocimiento y la experiencia que he acumulado durante todos estos años de vida profesional y laboral, pueden resolverle la vida a más de un emprendedor que no sabe o que no entiende cómo poner en marcha las ventas en su proyecto, o que ya lo ha hecho pero no está contento con los resultados que ha obtenido hasta ahora.

La misma razón por la que comencé a escribir mi blog hace seis años atrás: crear un espacio para conversar y compartir experiencias profesionales, laborales y, ¿por qué no? personales.

Porque aunque cueste creerlo, “lo que un hombre tira a la basura, puede ser un tesoro para otros”.

En todo momento, en algún lugar del mundo, hay alguien a quien mis consejos le serán de mucha ayuda, alguien que leyendo mis artículos o viendo los vídeos que comenzaré a publicar en mi canal, encontrará una respuesta franca y sensata a ese problema que le ha estado robando el sueño durante las últimas semanas.

Y eso, para mi, realmente vale la pena. Esa es la persona que se beneficiará de mi conocimiento y de mi experiencia profesional, esa es la persona que se refugiará del sol agobiante bajo la sombra de mis ramas, ese es el legado que mis hijos recibirán de mi, para que en su vida profesional y personal, puedan también seguir la voz de su padre.

Por todo ello, hoy quiero invitar a compartir conmigo en este nuevo espacio.

Nos vemos 😀

 

 

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