por Joel Pinto Romero | Jun 4, 2019 | Consejos para Emprendedores, Consejos para Vendedores, Consultoría Profesional, Formación, Formación de Vendedores, Gestión Comercial, Gestión de Negocios, Ventas
Quería comenzar este artículo con uno de esos títulos llamativos, algo como “Las cuatro preguntas que debes hacerte para transformar tu negocio comercialmente”, “Las 4 claves para tu transformación comercial”, o algo por el estilo.
Sin embargo, me puse a reflexionar un poco y creo que ese título se hubiese quedado corto. ¿Por qué?
¿Cuántas personas no se han preguntado en sus vidas cosas como, por ejemplo, “será que podré dejar de fumar”? O en la misma onda: “¿Será que puedo bajar de peso”?
Y creo que mientras la pregunta no reciba una respuesta sincera, honesta y verdadera de la parte interesada, no generará el cambio que tanto esperas, o necesitas. Y mientras esa respuesta no se convierta en una decisión, en un compromiso, tampoco.
Mientras estas cuatro preguntas no tengan una respuesta sincera por tu parte, la transformación comercial de tu negocio será más difícil de llevar a cabo.
Pero, ¿por qué he decidido escribir este artículo? ¿de dónde me viene la preocupación? ¿Qué significa la “transformación comercial” de un negocio?
Es un tema que vengo mirando desde hace ya bastante tiempo. Sé que algunos de mis amigos están atrapados aquí, sé que incluso personas cercanas a mi también están atrapadas allí, incluso veo a algunos de mis clientes luchar con esta situación que, en muchos casos, los supera.
Lo increíble es que la respuesta, a pesar de ser extraordinariamente sencilla, requiere de todos nosotros (me incluyo porque también, en algún momento, me he encontrado allí) un extraordinario esfuerzo que no es ni te tiempo, ni de dinero, sino de compromiso.
¿Qué significa “la transformación comercial” de tu negocio?
Pues esta es bastante sencilla: Un negocio que se transforma comercialmente es un negocio que deja de ser “pasivo” y se convierte en “proactivo”.
Es decir, un negocio cuyas ventas dejan de depender del ritmo que determina el mercado para convertirse en un área que es desarrollada de forma voluntaria, planificada, medible y controlable.
Depender del ritmo de ventas que determina el mercado genera alrededor de tu negocio una zona de confort muy difícil de romper.
Un negocio que se “transforma comercialmente” es un negocio que desarrolla un proceso comercial que regula su propia actividad comercial, es decir, establece una serie de parámetros que marcarán una rutina de trabajo comercial a través de la cual, la empresa, irá acercándose al mercado de una manera organizada para desarrollar nuevas oportunidades de negocio, y lo hará de una forma continua.
Este proceso comercial puede ser tan sencillo o complejo como el negocio lo requiera y tomará en cuenta áreas como:
- Creación de productos vendibles.
- Desarrollo de argumentarios de ventas.
- Formación y capacitación continua de vendedores.
- Búsqueda y prospección de mercado.
- Captación y seguimiento de nuevos clientes.
- Estrategias de comunicación con el mercado.
- Etc.
Y te hago la aclaratoria de que el proceso comercial puede ser tan sencillo o complejo como quieras porque, primeramente, el proceso como tal debe existir hasta en las empresas más pequeñitas, de forma que la prospección y captación de nuevos clientes no ocurra de forma aleatoria o “cuando el tiempo o le mercado lo permita” sino a través de una serie de acciones planificadas y controladas de manera tal que permita un crecimiento sostenido en el tiempo.
¿Cuáles son entonces estas 4 respuestas que debes conocer para la transformación comercial de tu negocio?
¿Has visto a alguna persona que, en condiciones normales, baje de peso cuando no quiere? ¿O alguien que haya desarrollado un cuerpo musculoso sin proponérselo?
Por ello la primera pregunta que debe quedar respondida con claridad es:
- ¿Quiero crecer comercialmente?
- ¿Quiero vender más?
- ¿Quiero tomarme las ventas de mi negocio en serio?
- ¿Quiero tener en mis manos el control del rendimiento de ventas de mi proyecto?
Aunque te parezca mentira, hay negocio cuyos propietarios realmente no quieren crecer. Y no es nada malo, hay negocios que han funcionado bien sin tener que tomarse las ventas más en serio de lo normal.
Han funcionado siempre en condiciones de mercado que les han sido favorables, o han hecho las cosas realmente bien y producen el suficiente dinero como para que todo el mundo esté contento.
En estos casos ocurre que el crecimiento es simplemente algo que los propios dueños no se plantean porque no les hace falta. Y eso no está mal. Como cualquier otra cosa, es una decisión de negocio.
Como ves, la primera y la segunda van junta: O quieres o necesitas. O no quieres, ni necesitas. O no quieres, pero necesitas.
Es la otra cara de la moneda: Algunos negocios necesitan crecer sí o sí. En algunos casos es tan simple como que si no crecen tienen que cerrar sus puertas y salir del mercado, o hacer una re-estructuración completa de su proyecto empresarial.
De cualquier manera estas dos preguntas: quiero transformar mi negocio comercialmente, o necesito transformar comercialmente mi negocio, deben tener una respuesta clara de tu parte, o de parte de las personas encargadas de tomar las decisiones.
¿Por qué? Porque si no existe el deseo o no existe la necesidad, habrá muy poca motivación para implementar los cambios que sean necesarios para promover la transformación comercial de tu empresa o de tu proyecto emprendedor.
¿Te ha ocurrido alguna vez que estás haciendo alguna actividad y que, a mitad de camino, simplemente no te provoca seguir haciéndolo? Pues esto es lo que pasa cuando estás haciendo algo que, ni lo necesitas, ni lo quieres hacer.
Y es lo normal cuando comienzas a hacer algo en tu empresa simplemente por que estás copiando lo que hacen otros, o estás haciendo lo que está de moda: Al carecer de una razón fuerte de base, a mitad de camino, pierdes el interés y la motivación.
Y es que la transformación comercial no ocurre de forma automática, ni de un día para otro, así como tampoco puede simplemente dejarse en manos de terceros sin que la empresa se involucre de alguna manera.
¿Has visto alguna vez una persona que haya podido bajar de peso comiendo lo que le da la gana, llevando una vida totalmente sedentaria sin hacer ningún tipo de ejercicio?
Supongamos entonces que tu respuesta a una de las dos preguntas es sí. O bien quieres crecer, transformarte comercialmente simplemente porque eres una persona proactiva y tirada para adelante, o necesitas hacerlo porque los números no te están acompañando como quisieras.
¿Qué debes preguntarte ahora?:
- ¿Puedo hacerlo?
- ¿Cuento con los recursos necesarios para hacerlo?
- ¿Cuento con el dinero suficiente para hacerlo?
- ¿Cuento con el tiempo o con las personas adecuadas para hacerlo?
- ¿Qué voy a necesitar para poder ponerlo todo en marcha y promover esta transformación comercial?
Estas preguntas te llevarán a una revisión muy necesaria de los recursos que tienes disponibles y de cuáles pueden ser tus expectativas reales con respecto a los resultados de este proceso de transformación comercial en tu negocio.
Aunque creo que lo ves con completa claridad, te pongo un ejemplo a manera de ilustración:
- Si, quiero y necesito bajar de peso. No tengo dinero para anotarme a un gimnasio o contratar un instructor personal. ¿Qué hago?
- Si, aunque mi negocio funciona bien, necesito vender más para poder financiar mi crecimiento, pero no tengo dinero actualmente para contratar un vendedor. ¿Qué puedo hacer?
- Sí, quiero transformar comercialmente mi negocio pero no tengo el tiempo como para dedicarme a ello, ¿qué hago?
- Quiero crecer y estoy consciente de que me hace falta capital para hacerlo. ¿Tengo acceso a posibilidades de financiamiento o ayudas del gobierno?
Haciéndote estas preguntas podrás valorar con exactitud la situación actual de tu proyecto y, a partir de ella (y de los recursos que tienes disponibles) planificar las acciones y decisiones que podrás poner en marcha.
Recuerda que, por mucho que tu quieras o necesites algo, si no tienes los recursos necesarios para hacerlo, deberás ajustar tus expectativas y actuar en consecuencia.
No se trata de abandonar la transformación comercial de tu proyecto por no tener los recursos necesarios, sino de adaptarla a tus propias capacidades actuales e ir creciendo de forma progresiva.
Al contrario de lo que muchas personas piensan, llevar muchos sombreros no te hace más productivo.
Existe un dicho que reza: “zapatero a tus zapatos” y es realmente así.
Ciertamente para muchos emprendedores y empresas pequeñas la única opción es la de concentrar la mayor cantidad de tareas en la menor cantidad de personas posible, simplemente porque no cuentan con los recursos económicos para hacerlo de una manera diferente.
Sin embargo, el que esto ocurra con frecuencia no quiere decir que sea la mejor forma de hacer las cosas, ni la más eficiente.
También es cierto que cada día el acceso al conocimiento es más sencillo y económico.
Pero, de la misma manera que un cirujano que opera una vez cada 10 minutos será mucho más eficiente y confiable que otro profesional que opere una vez cada mes, la gestión de las distintas áreas de tu negocio será siempre mucho más eficiente si está en manos de profesionales capacitados, cualquier que sea el área (incluyendo ventas).
Si tu no estás familiarizado con el tema comercial pero quieres o necesitas crecer comercialmente y cuentas con los recursos para hacerlo, puedes contratar los servicios de un consultor profesional para que gestione el tema para ti, bajo tu supervisión inmediata, en régimen de tiempo completo o por horas.
De igual manera, si estás familiarizado con el tema comercial pero quieres dedicarte a otra área del negocio en la cuál te sientes más competente y dejar la transformación comercial en manos profesionales, puedes hacerlo de la misma manera.
Y ya finalmente para resumir, la transformación comercial de tu negocio o proyecto emprendedor será posible, solamente si has dado respuesta a estas cuatro preguntas: quiero crecer, necesito crecer, cuento con los recursos necesarios y sé cómo hacerlo.
Tu respuesta sincera a cada una de estas preguntas te permitirá desarrollar un proceso de transformación comercial sólido y robusto en tu empresa o proyecto emprendedor, permitiéndote llevar a tu empresa desde donde está ahora, hasta donde te lo has propuesto de una forma mucho más eficiente y segura.
¿Qué requiere mucho sacrificio, esfuerzo y compromiso de tu parte? Pues sí, por supuesto que sí.
Pero los resultados serán siempre mucho más satisfactorios de los que vas a obtener si sencillamente dejas que sea el propio mercado, o peor aún: tu competencia, quien determine si tus ventas van bien, mejor o peor.
por Joel Pinto Romero | Abr 27, 2015 | Consejos para Emprendedores, Consejos para Vendedores, Formación de Vendedores, Gestión Comercial, Gestión de Negocios, Relaciones Comerciales, Ventas
Está claro que, cuando las cosas se ponen difíciles, a todos nos gustaría que viniera un super héroe y nos tendiera una mano. Incluso, si eres de los que no cree en super héroes, entonces en más de algún momento de aquellos complicados, seguramente has deseado tener en tu mano una varita mágica que te ayude a resolver los problemas y ya está. No más preocupaciones.
Es que a veces el estrés de enfrentarte a situaciones complicadas puede restarte una importante cantidad de energía, la cual podrías estar dedicando a cualquier otra cosa más productiva o en la que te sintieras más cómodo.
No necesariamente tienen que ser situaciones extremadamente complicadas, sino sencillamente tratarse de una de esas para las que, o bien no tienes las herramientas adecuadas, o no tienes la formación requerida, o no tienes la paciencia necesaria para llevarlas a cabo o gestionarlas de forma eficiente.
Y el área de ventas suele ser una de esas para las que, o bien no tienes la formación ni la experiencia requeridas, o te hace falta la paciencia y el tiempo necesarios, o sencillamente quieres quitarte de encima la preocupación y te gustaría que existiera una solución mágica para obtener resultados inmediatos, o tal vez te gustaría que existiera un personaje como súper vendedor que viniera en tu rescate y te llevase a un lugar seguro, en sus brazos poderosos.
Muchos requisitos, poco compromiso.
Y digo lo del súper vendedor con toda la intención del mundo porque, leyendo los avisos de selección de personal para el área comercial, me quedo impresionado de la cantidad de cosas que se exigen:
- Que sea un profesional autónomo e independiente que trabaje por comisiones, para que no tengas que pagarle un sueldo ni le cueste dinero a tu empresa.
- Que tenga una cartera de clientes activa, obviamente, para que empiece a vender al día siguiente de comenzar a trabajar contigo.
- Que tenga experiencia en tu industria, para que no tengas que darle formación alguna.
- Que tenga la capacidad de trabajar bajo presión, porque definitivamente de tí no se va a librar hasta que logre alcanzar el volumen de ventas que le vas a exigir.
- Que sea capaz de mantenerse siempre motivado, para que no se le venga el ánimo al piso ante la patética situación que presenta el mercado hoy en día, ni le preste mucha atención a las paupérrimas condiciones de trabajo que le ofreces.
- Que tenga vehículo propio y teléfono móvil, pues por la misma historia, para que no te cueste dinero.
Todo lo que se exige más arriba tiene sentido cuando tú le estás pagando a tus vendedores un buen sueldo, de esos que puedes ofrecer mirando a la persona directamente a los ojos. Pero en la mayoría de los casos, no es así, y tú lo sabes.
Tiene sentido que exijas mucho, cuando estás dispuesto también a que te exijan mucho a tí como empresario.
Lamentablemente no es la situación que vemos con frecuencia. Los requisitos que le pides al comercial suelen ser muchos comparados con el compromiso que tú, como empresa, estás dispuesto a hacer (o has hecho ya) para ofrecerles tu respaldo y proveer el entorno adecuado para que el trabajo de ventas no tenga que hacerlo un súper héroe, sino un profesional verdaderamente cualificado.
El vendedor, la punta de lanza de una estrategia integral.
Detrás de cada vendedor exitoso que conozcas, hay una empresa que ha hecho su tarea y la ha hecho completa. Ha cumplido con su compromiso de crear un entorno en el cual el vendedor pueda desarrollar su trabajo y hacerlo de la manera más eficiente posible, logrando para sí mismo (y para la empresa, obviamente) los mejores resultados.
Sin una empresa que lo respalde, el vendedor es tan solo un mercenario que cierra las ventas a cuchillo limpio.
Y es que para que cualquier vendedor pueda cerrar muchas ventas, debe contar (entre otras muchas cosas) con lo siguiente:
- Una excelente capacidad para transmitir a su cliente la propuesta de valor de la empresa y conectarla con las necesidades que dicho cliente pueda tener.
- Un producto competitivo, que no necesariamente tiene que ser el mejor del mercado, pero sí que tenga una propuesta lógica y que tenga sentido.
- Un equipo de servicio al cliente que brille en todos los aspectos y, nuevamente, no tiene que ser el mejor del mundo, sino uno que ponga al cliente en el lugar que realmente le corresponde.
- Una empresa que se tome la gestión comercial en serio y que entienda que en las ventas está la garantía de su crecimiento y desarrollo a futuro.
- Una estrategia de marketing integral que asegure que, en todo momento, el cliente está recibiendo un mensaje sólido, consistente con la imagen que la empresa quiere presentar al mercado.
Y supongo que ahora puedes verlo con mucha más claridad: para que tu empresa pueda proveer a sus vendedores de todas estas cosas, realmente tiene que sentarte a hacer sus deberes, y hacerlos bien.
De cualquier otra forma, sólo estarías buscando incorporar a tu departamento comercial a una persona que te resolviera uno (o muchos) de los problemas que tu empresa pueda tener y eso, a final de cuentas, es una propuesta que no tiene mucho sentido.
Ciertamente es muy importante que tus vendedores estén muy bien cualificados para el trabajo que tienen que hacer. Seguro que sí. Pero es igual de importante (y yo diría que aún más importante) que tú, como empresa, asumas la responsabilidad de crear el entorno adecuado para que tu equipo comercial pueda desempeñarse a su máximo rendimiento.
Es una situación en la que ganan todos: tus vendedores están felices y contentos generando sus mejores resultados, y tú, la empresa, estará disfrutando doblemente.
¿No te parece que así tiene más sentido?
Crédito fotografía: Eric Ward en Unsplash
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por Joel Pinto Romero | Abr 6, 2015 | Consejos para Emprendedores, Marketing, Marketing de Contenidos, Redes Sociales, Reputación Online
Seguramente una de las preguntas que te has hecho con más frecuencia desde que iniciaste la presencia de tu negocio en redes sociales es la de qué cosas podrías hacer, para que la gente que recibe el contenido que tu compartes se sintiera más comprometida y enganchada con tu marca o tu producto, te hiciera más comentarios, se suscribieran a tu canal de Youtube, te siguieran en tu cuenta de Twitter o le dieran al “Me gusta” en tu página de Facebook.
Hoy quiero contarte una experiencia en primera persona. Comienzo por recordarte que siempre te he recomendado en este blog que escuches de manera activa y atenta las cosas que tu cliente tiene que decirte, porque solamente escuchando de esta manera a tu cliente podrás enterarte de cuáles son sus opiniones reales acerca de tu producto, de su uso y de su experiencia con tu empresa, además de muchas otras cosas que te permitirán definir tu estrategia de marketing con mucha más claridad y efectividad.
También te he comentado en este blog que todos, en un momento u otro, actuamos como clientes de alguien, comprando sus productos o servicios, y teniendo una experiencia de compra con distintas empresas. Quizás incluso, yo sea comprador de lo que tú fabricas.
Y hoy justamente voy a hablarte como persona que compra productos, y voy a tratar de compartir contigo las razones por las cuales me he enganchado con una marca en particular.
El contenido que me enganchó no fue generado por la marca directamente.
En Diciembre del año pasado le compramos a nuestro hijo mayor una Play Station IV con un juego llamado “Destiny”, (coloco el nombre porque seguramente tú, o alguno de tus hijos lo conozca). Y en un principio no me llamó la atención, porque no soy mucho de eso de sentarme a jugar vídeo juegos en la tele, y más bien lo veía como algo solamente para hijos.
Pero luego de que mis hijos insistieran que jugara con ellos, me encontré con una experiencia tan sobrecogedora, que me inspiró a escribir esta entrada. Pues resulta que el juego en cuestión es como de aventuras: Eres un guardián del futuro que lucha contra un montón de enemigos para salvar el planeta Tierra de la ocupación de “La Oscuridad”, es decir, las fuerzas enemigas.
A través de unas cierta cantidad de misiones en varios planetas vas subiendo de nivel, vas aumentando la resistencia y fuerza de tu personaje, y vas ganando la capacidad de asumir retos cada vez mayores.
Pero como con todos estos juegos, la cosa se va poniendo cada vez más intensa, y a medida que iba subiendo de nivel, me sentí en la necesidad de buscar ayuda. ¿Y qué fue lo que encontré?: ¡Una grandísima comunidad de jugadores dispuestos a enseñarme cómo jugar el juego bien y ayudarme a avanzar hasta los niveles superiores!
El contenido que resuelve problemas y que aclara dudas, es el que engancha más.
Comencé entonces como comienza todo el mundo: Planteándole a Google mis dudas y esperando a ver qué respuestas me daba. Para cada pregunta que yo hacía, Google me dirigía a numerosas fuentes de contenido, algunos escritos (blogs) y otros en vídeo (YouTube).
Y me encontré entonces con tesoro de muchísimo valor: Los propios usuarios del juego publicaban contenido respondiendo a mis preguntas. ¿Cómo pasar del nivel 26 al 27? Numerosos vídeos respondiendo mi pregunta. ¿Cómo obtener las mejores armas? Nuevamente, otros usuarios me contaron la historia completa. ¿Cómo completar la misión más difícil? Lo mismo.
Tanto me interesó su contenido, que comencé a seguirlos inmediatamente.
El interés que generó en mí tanto contenido interesante, me hizo suscribirme a todos sus canales casi de forma inmediata. Te aclaro una cosa: Ninguno de ellos ha querido venderme nada, ni me ha pedido nada a cambio de sus conocimientos y consejos.
Hasta ahora los ha movido el puro interés de compartir, de ayudarme a disfrutar más del juego, de hacerme la vida más fácil. No ha sido la marca contando la historia de sus maravillosos productos ni de su grandiosa trayectoria en el mercado.
El contenido generado por otros usuarios ha enriquecido extraordinariamente mi experiencia con el producto.
Han sido usuarios como yo, clientes que también han adquirido el mismo juego, los que han enriquecido enormemente mi experiencia, compartiendo conmigo el contenido generado por ellos a partir de sus propias experiencias también. No ha sido la empresa la que ha tenido que contármelo, sino los propios usuarios.
Tienes que ir más allá de la charla del vendedor.
Como te comento más arriba, lo único que compramos fue la consola y el juego, el resto lo hemos recibido de usuarios de productos como yo, que han generado una fuente inagotable de consejos y sugerencias para los que hemos comenzado más tarde. Y con ellos nos hemos enganchado.
Tanto nos hemos enganchado, que hasta hemos organizado partidas en línea para jugar juntos. ¿No es este tipo de interacción el que te gustaría que tu audiencia con tu producto y marca?
Conversaciones enriquecedoras, llenas de consejos, sugerencias y recomendaciones para una mejor experiencia de cliente.
Pues entonces tienes que ir más allá del discurso de venta tradicional. Ya no se trata de lo que tu producto hace ni de todas sus maravillas, sino de la experiencia que los usuarios tengan con él, con tu empresa y la marca.
¿Que vendes zapatillas para correr? Pues ofrécele consejos a tus usuarios para que mejoren su rendimiento en la carrera. ¿Que vendes artículos escolares? Ofrécele a tus clientes consejos para que los niños hagan sus deberes escolares más eficientemente.
Sólo de esta forma estarás ofreciendo valor de verdad, de ese valor desinteresado y sin propósito, que es el que realmente ayuda. Y te apuesto que haciéndolo así, generarás alrededor de tu marca y producto, una comunidad de usuarios interesada y comprometida.
Y todo ello redundará en un mejor posicionamiento de tu producto y de tu empresa en la mente del consumidor, y con ello, clientes para el resto de la vida.
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