Facebook Image
Social Media y el por qué necesitamos escuchar con atención.

Social Media y el por qué necesitamos escuchar con atención.

Hace ya un poco más de un año publiqué un artículo en este blog que se tituló: “¿Quién sigue a quién en medios sociales?” y una de las conclusiones que compartimos en aquel momento, era que la mayor parte de las empresas, y de las personas, participando en medios sociales, estaban manteniendo una conversación 1.0, es decir, centradas en sus productos y no en sus clientes, o en hablar de temas que no eran de interés para sus clientes.

Hoy, un año después y para desilusión de muchos, pareciera que se sigue utilizando la misma consigna: Te sigo para que me escuches, pero realmente no tengo la intención de escuchar lo que tienes que decirme, o por lo menos, pareciera que los tiros van por ese lado.

 

Cuando queremos mantener una conversación unilateral.

 

Para muestra, va un ejemplo, en este caso de una situación que viví en Linkedin, una red que es reconocida por su formalidad y por su casi estricto carácter profesional y de negocios.

 

Respondiendo una solicitud de conexión

Este primer pantallazo te muestra la respuesta, creo que bastante amable y honesta, que le di a una persona que me mandó una solicitud de conexión.

Fue bastante sencillo: Me hizo una propuesta para que compartiéramos nuestros negocios, me metí en su página web, lo que vi no me llamó la atención, y eso fue lo que quise transmitirle en mi respuesta, y creo haberlo hecho con bastante educación.

De hecho, fíjate incluso que no cerré la puerta a una futura colaboración, sino que por el contrario, la dejé abierta diciéndole que no era lo que me interesaba “al momento actual”.

 

Si no tienes tiempo para escuchar, ¿por qué quieres que hable contigo?

 

Sin embargo, el individuo en cuestión no respondió mi mensaje, ni para agradecerme la respuesta o para decirme que yo era un bruto sin modales. Ningún tipo de respuesta en lo absoluto.

Para sorpresa mía, hace algunos días recibí un nuevo mensaje de la misma persona. De nuevo, para muestra un pantallazo:

 



¿En qué se demuestra que en este caso domina la mentalidad 1.0?

 

Voy a compartir contigo las cosas que en esta situación demuestran, con mucha claridad, que prevalece la mentalidad 1.0:

  • Escuchar con atención es fundamental: Mi respuesta a su primer mensaje, no la leyó, por lo tanto, no se enteró de que a mi su propuesta no me interesaba, y que por lo tanto, no era necesario que siguiéramos conversando de negocios. No está escuchando y sus mensajes simplemente van en una sola dirección.
  • No aprovechar la oportunidad de conectarse efectivamente con la otra persona: Monitorear las acciones (pocas o muchas) que realices en plataformas sociales es fundamental y te brinda una oportunidad de oro para relacionarte con las personas de manera efectiva. Si alguien te dice que no le interesa lo que ofreces puede representar una oportunidad para escuchar opiniones frescas acerca de tu producto. Y si luego de conversar con esa persona, aún no le interesa, ¿por qué volver a molestarle?
  • Mensajes casi “spámicos”: Fíjate que el mensaje no es solamente para mí, sino para muchos (¿spam?). Nuevamente, un disparo de escopeta de lo más 1.0: “Le disparo a muchos para que caigan unos cuantos.” El no aprovechar la oportunidad que ofrecen las plataformas sociales, en especial Linkedin por su carácter de negocios, para conectarte directamente con cada persona, uno a uno, no es la práctica más recomendable..
  • Envío de mensajes no personalizados: A mi me resulta muy desagradable ver esos encabezados con cosas como “amigo/a” que abiertamente indican que el mensaje no es “especial” para mí. De hecho, en las campañas de email marketing que preparo, siempre trato de personalizar cada mensaje, y cuando no me ha sido posible hacerlo, utilizo una saludo genérico (tal vez algo como “buen día” o por el estilo), pero el “amigo/a” ya está pasado de moda y, personalmente, cae mal.
  • No hacer el seguimiento adecuado: Y el error final es la falta de seguimiento. Recibí este correo invitándome a compartir mi propuesta de negocios y envié una respuesta que no fue correspondida. ¿Para qué le pides a tu cliente/prospecto que comparta sus comentarios contigo, si no los vas a leer siquiera?

Sigue muy vigente la pregunta, ¿realmente quien sigue a quién?¿eres tú quién está interesado en conectarte con tus clientes, tu audiencia?¿o son ellos los que están interesados en conectarse contigo?

Asegúrate siempre de escuchar con atención a los pocos o muchos que se conectan contigo en las redes sociales. Cada uno de ellos, de manera positiva o negativa, pueden resultar en un aporte muy significativo para tu negocio o empresa.

No pierdas la oportunidad que las redes sociales te ofrecen para humanizar tu marca y hacer crecer tu negocio de manera efectiva.

 

 

Artículos relacionados: ¿Quién sigue a quién en medios sociales? y ¿Estás realmente escuchando?, pero, ¿de verdad?

 

Social Media: ¿Es responsable el balón o el jugador que lo patea?

Social Media: ¿Es responsable el balón o el jugador que lo patea?

¿Es Responsable El Balón o El Jugador Que Lo Patea? - Joel Pinto RomeroEsta semana apareció publicado un artículo en un portal muy reconocido cuyo título era “5 Reasons Social Media is Killing Marketing” (5 Razones por las que el Social media está matando al Marketing) y se armó un revuelo bastante interesante.

Yo, particularmente, quisiera compartir contigo mi opinión en este tema, porque creo que es importante aclarar ciertas cosas antes de que sean mal interpretadas por jóvenes emprendedores y empresarios que puedan pensar que el marketing realmente ha muerto y que los medios sociales son culpables de dicha muerte.

 

Los medios sociales son una herramienta de marketing más.

 

Si existe alguien que dice que son “la bala mágica para generar ventas”, como lo dice el artículo, pues esa persona comete un error grave. Como cualquier herramienta, los medios sociales, por sí solos, no hacen nada.

Se convierten en herramientas efectivas o no, según el uso que se haga de ellas, no de otra manera. Por ello el título de este artículo: Un balón estacionado en un campo de fútbol, por sí solo, no es más que una herramienta. Se convierte en una herramienta efectiva, o no, según los pies y la destreza del futbolista que lo patee, nada más.

Si los medios sociales han creado “una generación de profesionales jóvenes que hablan en vez de escuchar”, pues la culpa es de dichos profesionales, no de las plataformas en sí.

 

Los medios sociales no han matado nada: Han abierto un canal más para interactuar con nuestra audiencia.

 

Mucho se dice que buscar la cantidad antes que la calidad, es un error. Y no tiene porqué ser así. No hay absolutos y, como decía Einstein, todo es relativo en este mundo.

Aún cuando yo soy ferviente creyente de la calidad sobre la cantidad, también reconozco que, si tu estrategia es simplemente ganar visibilidad, entonces la cantidad es importante.

Todo depende del color del cristal con que lo mires, y este cristal van a ser los objetivos que quieras lograr con tu presencia en los medios sociales. Para algunos será cantidad, para otros calidad. En algunos momentos querrás generar conversaciones, en otros querrás generar ventas.

Todo va a depender de los objetivos que tengas, pero en eso, las plataformas como Facebook y Twitter, no pueden hacer nada por tí. Si las utilizas de manera incorrecta, los objetivos no se van a lograr, y eso tienes que tenerlo claro y no es la culpa de nadie, sino tuya nada más.

 

Las redes sociales complementan tus estrategias de marketing.

 

Ten en cuenta que estás haciendo negocios con seres humanos, y por tratarse de gente como tú y como yo, al final del día, nos gusta tratar con seres humanos cuando es posible.

Y digo “cuando es posible” porque, de nuevo, no hay absolutos. Hay empresas con las que yo he hecho negocios sin tener la necesidad de ponerme en contacto con una persona física.

Sin embargo, en estos casos, la empresa ha puesto a mi disposición canales de comunicación para resolver mis dudas y preguntas, tales como el chateo en línea, Twitter y otros. De nuevo, cuando te sea posible, abre el contacto directo y personal, que siempre resulta más efectivo, incluso a través del teléfono.

Las redes sociales serán siempre un complemento, algunas veces muy efectivo, otras veces no tanto, para complementar tu estrategia de marketing general y ayudarte al logro de tus objetivos.

 

No tienes por qué escoger entre uno o el otro. Lo suyo es integrarlos.

 

Lo que sí está claro es que no debes poner todos tus huevos en una sola canasta. El futuro de las redes sociales, todas, es incierto en cuanto pueden ir y venir, como ha ocurrido en tantos otros casos.

Nadie te puede garantizar que Facebook seguirá como líder dentro de 10 años, por lo tanto, tu estrategia de marketing no debe volcarse en esta plataforma solamente, así como en ninguna otra.

Tu empresa debe tener un plan de marketing integral, no concentrado en ninguna plataforma específica, sino que mezcle de manera correcta todas las plataformas que sean necesarias para ponerte en contacto con tus clientes, potenciales y actuales.

Es por eso que la clave es la orquestación: Todas tus acciones de marketing, y todas las plataformas que hayas decidido utilizar para ellas, deben ser como una gran orquesta en la que el objetivo final sea una dulce melodía: el logro de tus objetivos.

 

El gran problema es la improvisación: No tener un plan.

 

Como en casi todas las cosas de la vida, en marketing y redes sociales, no tener un plan es casi sinónimo de desastre. Pero la culpa no es ni del marketing, ni de las redes sociales. La responsabilidad recae en ti, por no tener un plan ni claridad en tus objetivos.

Las redes sociales han sido una gran adición a la forma en que hacemos marketing. Una nueva herramienta. Una muy poderosa. Sin embargo, como el balón en un campo de fútbol, si cae en las manos de un futbolista con pocas destrezas, pues nunca ocurrirán cosas maravillosas.

Te recomiendo leer el artículo que inspira este post. Cuando lo hagas, piensa que los social media son como el balón. Lo que ocurra va a depender del que lo patee, no de la pelota en sí.

¿No te parece?¿Quién es el responsable?¿El balón o el jugador? Deja tu opinión en los comentarios, así enriquecerás esta conversación.

 

Crédito fotografía: Click and Boo en Unsplash

 

Artículo que me inspira: 5 Reasons Social Media is Ruining Marketing
Artículo relacionado: ¿Pusiste todos tus huevos en una sola canasta? y también El valor de las relaciones: ¿Qué puedes esperar de los medios sociales?

La flexibilidad de un plan de negocio: ¿Obstinación o perseverancia?

La flexibilidad de un plan de negocio: ¿Obstinación o perseverancia?

La flexibilidad de un plan de negocio: ¿Obstinación o perseverancia? - Joel Pinto RomeroComienzo este artículo con una pregunta: ¿Eres tú de los que piensa que un fracaso es lo peor que le puede ocurrir a tu negocio?

En muchos casos, no sé si el tuyo es uno de ellos, pareciera que el hecho de tener un plan de negocio implica el perseguir sin descanso tus objetivos.

Hace un par de artículos te comentaba que el perseguir tus objetivos era una cualidad básica y fundamental para el éxito de tu negocio, y es un criterio que mantengo aún.

Ahora, tenemos claro que existen dos actitudes que suelen disfrazarse debajo de este cualidad: la obstinación y la perseverancia.

 

No es lo mismo ser obstinado, que perseverante.

 

Según la Wordreference, obstinación es:

Mantenimiento excesivamente firme de una idea, intención u opinión, generalmente poco acertada, sin tener en cuenta otra posibilidad: “No puedo entender tu obstinación en oponerte a la boda de tu hija”. Terquedad, empecinamiento.

Y la definición de perseverancia, va por estos lados:

Firmeza y constancia en la ejecución de los propósitos y en las resoluciones del ánimo. Duración permanente o continua.

Y creo que por allí, ya puedes comenzar a darte cuenta a qué me refiero.

 

¿Cuántas veces has sido obstinado en lugar de perseverante?

 

Si te has encontrado en esos días en los que apenas te quedan fuerzas para seguir adelante, en los que no puedes generar ideas nuevas que te permitan alcanzar tus objetivos o, por lo menos, ver la luz al final del túnel, es probable que estés siendo obstinado y no perseverante.

No es lo mismo concentrar el 100% de tus energías y tiempo en el logro de tus objetivos, que seguir haciéndolo después que ha dejado de tener sentido.

 

¿Cuándo no tiene sentido seguir siendo perseverante?

 

Cuando comienzas a perseguir tus objetivos de manera obstinada, sin escuchar ni darle atención a los signos que te indican que ese objetivo no es para ti o para tu negocio., es entonces cuando ser perseverante no tiene sentido.

Fíjate que la definición de “obstinación” contiene la palabra “excesivamente”, por lo que hay un momento en el que ser muy perseverante, pasa a ser excesivo, y es entonces cuando se convierte en obstinación.

Ese momento ocurre cuando comienzas a dejar de escuchar los signos y síntomas que te indican que tu empresa o negocio no van por el camino adecuado, que algo está faltando, que algún error estás cometiendo que no te está permitiendo avanzar, cuando ves que las cosas no funcionan como debieran.

 

La importancia de la flexibilidad de un plan de negocio.

 

Es en ese momento, y tal vez incluso un poco antes, en el que un plan de negocio tiene – obligatoriamente – que ser flexible y permitirle a tu empresa un cambio de rumbo, una nueva dirección, el replanteamiento de ciertos objetivos estratégicos, e incluso el rediseño total de una estrategia.

Un plan de negocio nunca debe estar escrito en piedra, porque son muchos los factores que influyen en que la empresa llegue al logro de todos sus objetivos. Si todas las cosas estuvieran en tus manos y bajo tu control, si podríamos verlo de esta manera, pero obviamente la realidad está lejos de ser así.

 

¿Cómo saber cuando tienes que ser flexible?

 

Para que lo vamos más claro, te voy a poner un ejemplo: Suponte que sales de Alicante para Madrid por la autovía. La distancia es de 426,5 km y te demoras un tiempo estimado de 4 horas 25 minutos, lo que significa que cada hora debes haber avanzado algo así como 100 kms. ¿Vale?

Pues bien. Si al final de la primera hora, sólo llevas 60 kilómetros, algo no está marchando bien. Y aún cuando no es para alarmarse, tal vez debas ir pensando en alternativas. Si a la segunda hora, llevas tan sólo 130 kilómetros, en lugar de 210, es entonces el momento de evaluar la situación seriamente.

Tener la suficiente flexibilidad para hacer cambios en cualquier plan, te puede evitar serios dolores de cabeza y pérdidas de tiempo. Está muy bien el ser perseverante en el logro de todas las cosas que nos propongamos en la vida, por supuesto que sí.

Pero si llega ese momento en el que las cosas que te rodean, tu entorno, te indican que algo no está marchando bien, haz pausa por un momento y evalúa la situación con la suficiente objetividad como para poder tomar la decisión que vaya más de acuerdo con el logro de tus objetivos comerciales.

Si no lo haces, podrías estar dejando de ser perseverante para convertirte simplemente en un empresario obstinado. Y eso no es bueno.

 

 

 

Crédito fotografía: David Hofmann en Unsplash

 

Artículo relacionado: ¿Por qué necesitamos formación profesional continua?

 

Pin It on Pinterest

¿Te puedo ayudar?