Hace unos días, leía un artículo muy interesante con el que me identifiqué un montón. Se refería a “Los 10 peores hábitos que pueden estar impidiendo que logres el éxito” y aunque no me sentí reflejado en todos ellos, gracias a Dios, si pude darme cuenta que hay cosas que hago (o que he hecho) que, sin saberlo, están impidiendo que logre mis metas, o lo han hecho alguna vez en el pasado.
De hecho, la frase que más me gustó en el artículo fue esta:
“Puedes tener muchos hábitos buenos, pero los malos te harán siempre dar dos pasos hacia atrás, por cada pasito adelante.”
Y lleva toda la razón: Sin darnos cuenta, esos hábitos se convierten en un pesado lastre que, sin siquiera darnos cuenta o hacerlos de forma consciente, nos mantienen allí, estancaditos, caminando lentito, sin alcanzar nuestra máxima velocidad, nuestro máximo rendimiento, nuestra completa felicidad.
Como son también cosas que podrían estar ocurriéndote a ti y, quizás como yo, no te has dado cuenta aún, quiero compartirlas contigo. El vínculo al artículo te lo dejo al final, como siempre, para que disfrutes el artículo completo.
¿De qué hablaremos en este post?
Esperando el “momento adecuado”
Soy una persona a la que le gusta planificar las cosas. El que me conoce, lo sabe. Yo creo que ya por un tema de experiencia, y por tener personas que dependen de mi, no soy una persona de lanzarme a las cosas desaforadamente, sin meditármelo tan sólo un poco.
Ciertamente no soy así. Sin embargo, siempre he entendido que “nunca llegará el momento perfecto” para nada de lo que quiera hacer. Cuando me casé con mi actual esposa, hace ya más de veinte años, estaba seguro que no era el momento perfecto, pero aún así decidimos hacerlo y mira lo bien que ha salido todo: Hace tantos años que nos embarcamos en este viaje, y todavía seguimos juntos, gracias a Dios.
Planifica todo lo que puedas y cuando tu corazón te diga que “pareciera ser el momento perfecto, simplemente lánzate al agua”.
Lo mismo ocurre con nuestros proyectos personales y profesionales, y hasta en las decisiones que tomamos en nuestros negocios: Nunca existirá ese momento perfecto. Sólo habrán momentos en los que todo pareciera indicar que son el momento perfecto, o el más adecuado. Pero nunca, nunca conseguirás el momento perfecto para nada.
La necesidad de que las cosas sean perfectas.
Y de la mano del “esperar el momento correcto”, va este. Recuerdo que, cuando mi papá estaba ya enfermo en cama, un día me pidió que lo afeitara. Con todo el sentimiento que me daba aquella situación, tomé la crema de afeitar, la apliqué sobre la barbilla de mi papá con mucho cariño y luego, muy lentamente, me puse a afeitarlo.
Le pasaba la maquinilla y luego le pasaba la mano para confirmar que no hubiese quedado ningún pelito sin afeitar. Si no estaba conforme, le volvía a pasar la maquinilla y luego la mano para confirmar. Y así lo estaba haciendo con cada centímetro de su barba, cuando mi papá me dijo: “Joel, no se trata de una obra de arte. Simplemente es una afeitada y nada más.”
¿Cuántas veces en tu vida te has encontrado en la misma situación, invirtiendo horas sin fin en un proyecto en búsqueda de la perfección?
Pues a mi ya me ha pasado varias veces. Recuerda siempre que todas las cosas siempre se pueden mejorar, siempre se pueden perfeccionar. Si esta búsqueda de la perfección está haciendo que demores tus proyectos más de la cuenta, entonces puedes estar siendo, como yo, víctima de este hábito que se viste de oveja, cuando en realidad es un espantoso lobo y muy feroz.
Ten presente que, en muchos casos, “se trata sencillamente de una afeitada y no de una obra de arte”.
Ser muy cabeza dura como para soltar las cosas y dejarlas ir.
¿Sabías que me enamoré locamente de una mujer cuando tenía 18 años? Y aunque ella era casi 10 años mayor que yo y que todo indicaba con claridad que nuestra relación estaba destinada al fracaso tarde o temprano, pues yo nunca quise aceptarlo.
Y aún después que rompimos, me empeñé tozudamente en esperar ese “precioso momento en el que volveríamos a estar juntos” sin darme cuenta que, al hacerlo, me estaba negando a mí mismo la oportunidad de conocer otra persona con la que pudiera tener una relación normal.
Sólo soltando las cosas y dejándolas ir, tendrás las manos libres para tomar cosas nuevas.
Solamente cuando decidí dejar a un lado mi “cabezadurismo”, pasar la página y dar unos pasos hacia adelante, fue cuando mi vida comenzó a rodar de nuevo para finalmente, luego de un par de años, conocer a la maravillosa persona que hoy en día es mi pareja, gracias a Dios.
Y así ocurre con muchas cosas, tanto en nuestras vidas personales como en las profesionales: ¿Cuántas personas conoces que han debido renunciar al trabajo que tienen hace mucho tiempo, y sin embargo se mantienen allí, luchando por una pelea que ya tienen perdida? ¿Cuántos negocios has visto fracasar simplemente porque sus dueños no quisieron cambiar de rumbo a tiempo?
Estoy muy contento porque, de los 10 hábitos que mencionaban en el artículo que te dije más arriba, me identifiqué solamente con tres de ellos. Quizás en tu caso, sea diferente: podrán ser más, también podrán ser menos.
Aquí te dejo el vínculo al artículo para que lo leas y puedas hacer tu propia evaluación:
The 10 Worst Habits Holding You Back From Success
Crédito fotografía: Patrick Tomasso en Unsplash
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