Ser una persona influyente, independientemente del sector al que te dediques, conlleva consigo una gran responsabilidad, que crece a medida que crece el grado de influencia que dicha persona puede ejercer sobre otras.
La historia está llena de ejemplos de personas que han sido extraordinariamente influyentes y que han logrado crear verdaderas transformaciones a nivel social, científico, político, religioso y paremos de nombrar, porque nos quedamos cortos.
De allí la inmensa responsabilidad que puede tener una persona influyente, aunque de principio, ella no sepa qué tan lejos pueda llegar su influencia sobre los demás.
Estamos claros que una persona no se hace influyente de un día para otro, sino que es todo parte de un proceso en el cual la persona da a conocer sus opiniones y puntos de vista respecto a algo, y tales opiniones comienzan a ser aceptadas, a calar dentro de una audiencia, que día a día va creciendo y comienzan a tener a esta persona como un referente.
¿De qué hablaremos en este post?
No todas las influencias son positivas, y está demostrado.
La historia también está plagada de ejemplos de personas que han utilizado su influencia sobre otras de manera destructiva, vergonzosa, altamente cuestionable. Guerras que no han debido ocurrir, persecuciones innecesarias, suicidios colectivos y tantas otras historias que no vale la pena siquiera mencionar.
Y es aquí donde quiero poner el énfasis de mi artículo de esta semana: “No todas las influencias son positivas” y no es solamente responsable la persona influyente, sino la persona que se deja influir también.
Antes que nada, volviendo al tema de la influencia en Redes Sociales, es importante que apliques mucho de sentido común a la hora de consumir y compartir el contenido que generan aquellas personas que para ti son influyentes.
Hay autores que, por ejemplo, yo leo con regularidad absoluta y no me pierdo ninguna de sus entregas. Sin embargo, esto no implica que todo lo que yo leo, lo voy a compartir contigo, porque en algunos casos, no estoy de acuerdo con lo que proponen ni las ideas que plasman o, porque considero que el contenido en cuestión no aporta ningún valor interesante que valga lo suficiente como para ser compartido.
Es responsabilidad de cada uno distinguir la paja del grano.
Y es un tema en el que tienes que estar muy claro, si no quieres convertirte en uno de aquellos ratoncillos que seguían ciegamente al flautista rumbo al despeñadero. Uno de esos casos de fanatismo ciego que no distingue lo bueno de lo malo.
He escuchado a compañeros blogueros recomendar aplicaciones que te permiten compartir “absolutamente” y de manera automática, todo lo que se publica en sitios específicos, cosa que, en mi opinión personal, no debería ser.
Como cada vez que digo algo así, siempre te digo el porqué opino de esa manera, aquí continúo: ¿Qué pasaría si yo mañana publicara en este blog un artículo que atentara contra la moral y las buenas costumbres? Pues yo esperaría sinceramente que NO lo compartieras con nadie. Y no solamente eso, sino que me indicaras abiertamente tu desacuerdo y me dejaras conocer tu opinión, para poder aprender yo también de ella.
En este tema de la influencia estamos todos, porque todos, en distintos momentos y según el sector del cual estemos hablando, podemos pasar de ser influyentes a influidos y viceversa.
¿Qué debes hacer para dejarte influir solamente de una manera positiva?
Quiero compartir contigo la forma en que yo lo hago, para que tu escojas, de lo que yo te propongo, aquello que te sirve y deseches lo que no, y espero que te funcione bien, así como me funciona a mi:
- Primero que nada, asegúrate de leer completamente todos los artículos que recibes de las personas que consideras tus “referentes” o personas que te influencian. Léelos desde la primera hasta la última línea.
- De entrada, el contenido va a generar en ti un sentimiento que puede ser positivo o negativo. Según sea el caso, si es positivo, seguramente estás de acuerdo con la información planteada en el artículo y puedes guiarte por ella o incluso seguir las recomendaciones que te hace.
- Si el sentimiento es negativo, compara el contenido que estás leyendo (o viendo) con la opinión de otros expertos de la misma industria y trata entonces de sacar tus propias conclusiones. Lo más importante van a ser las conclusiones que tú mismo puedas sacar.
- Decide entonces, si el contenido vale o no para que compartirlo con otras personas.
Una vez hayas seguido estos sencillos pasos, podrás estar más tranquilo sabiendo que no te estás dejando influir a ciegas y que, por el contrario, el contenido que estás recibiendo está siendo realmente nutritivo para ti y para tu negocio, y por tanto, seguramente será igual para aquellas personas con quien tu lo compartas.
De esta manera, el verdadero valor de la web social se hará cada vez más poderoso generando una influencia positiva a través de los contenidos bien compartidos, y todas las personas, influyentes o no, nos haremos cada vez más conscientes de la importancia de compartir contenido de calidad, relevante y que aporte valor a la vida de los demás.
Porque, a fin de cuentas, si no lo hacemos por ello, ¿cuál es la razón que nos motiva a escribir un blog o una pieza de contenido para compartir?
Crédito fotografía: Markus Spiske en Unsplash
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¡¡Muy interesante, como siempre Joel!!
Siempre me llevas a la reflexión y concreción de muchas ideas.
Efectivamente cuando empecé en las Redes, me dejaba influenciar por todos, todo me parecía bien. Pero a medida que pasa el tiempo una se va dando cuenta de lo que verdaderamente tiene valor o no.
Y qué peligroso es compartir artículos sin leerlos y solamente porque el título haya resultado atractivo… Esto me pasó alguna vez al principio y al tiempo de compartirlo, por haberlo leído bien, me dí cuenta que no estaba de acuerdo con el contenido.
Pero bueno, de todo se aprende.
Lo que tengo claro, es que a tí te leo y me gusta mucho. ¡¡Muchas gracias Joel!!
¡Amaia, gracias por tu visita y por el sentimiento que compartes conmigo en tu respuesta!
Todos hemos ido aprendiendo poco a poco en este huracán que se llama redes sociales. Unos más lentos que otros, pero a fin de cuentas las aguas se estabilizarán y el verdadero sentido de lo social, del valor compartido permanecerá.
Gracias por tu amistad 😀
Completamente de acuerdo, Joel: distinguir la paja del grano. Ahí reside el secreto, la acción que nos ayudará a decidir qué camino tomar: construirnos un criterio propio o dejarnos llevar por las opiniones de otros.
¡Gracias, Marta!
De eso se trata: De distinguir la paja del grano y no dejarse influenciar sin más. Hay otras personas, que vienen después de nosotros que nos obligan a una acción más responsable.
Gracias por tu visita y comentario 😀
Yo creo que para ser influyente hay que pasar por dos escalones previos: ser responsable y ser interesante. Si eres un irresponsable como si eres un aburrido o tus contenidos no tienen interés difícilmente tendrás muchos seguidores. Y el punto definitivo somos cada uno, que al margen de las dos consideraciones previas, debemos tener nuestro propio criterio, no por influyente y responsable que sea alguien tenemos ni debemos decir amen a todo lo que diga, ya que seríamos meros monos de repetición. Es evidente que cuanto mas preparada esté una persona mayor será su nivel crítico aunque la crítica sea positiva, y eso es bueno a mi entender.
Por supuesto que si, Juan
Y mencionas un punto que yo creo que es clave: "Cuanto más preparada esté una persona en su campo, mayor será su nivel crítico".
Pienso que debemos concentrar muchos de nuestros esfuerzos en formarnos profundamente para poder compartir contenido de calidad que aporte valor y poder distinguir lo que sirve de lo que no.
Y formarse profundamente nos ayuda a ser mejores profesionales cada día en nuestras respectivas áreas.
Gracias por tu visita y comentario, Juan. Un abrazo grande 😀
Hola Joel, me ha gustado mucho tu post.
Yo destacaría que de nada sirve compartir sin un criterio y menos como un loco, ya que al final se repiten tanto los mismos contenidos, que el propio muro deja de ser interesante, hablo de Twitter en concreto. Hay muros idénticos… doy fe.
Al final, si uno va profundizando en un tema, expertos en la materia y que transmitan, no abundan, la dificultad radica en dar con nuevos agentes influenciadores, que aporten calidad pero también un toque diferente.
Y así seguiremos, con los de siempre e investigando a nuevos valores. 😉
Hola, Tania
¿Sabes que este post se originó en un artículo que indicaba que un gran porcentaje de personas retuiteaba sin siquiera hacer click en los vínculos?
Como bien lo dices tu, y es la idea que he tratado de compartir, no se trata de compartir por compartir, sino de aportar valor, de darle algo positivo al que te lee o te sigue en cualquiera de estas redes sociales.
Gracias por tu visita y por compartir conmigo tu opinión.
Un beso grande 😀
Es un placer leerte, Joel, y que claramente has tratado este tema sobre la influencia. Coincido plenamente contigo y me parecen excelentes las propuestas para compartir los contenidos, pues el criterio propio y la independencia de juicio se obtienen después de mucho leer revisar, reflexionar y concluir sobre lo leído. Y hoy en día, es esencial alcanzar una buena capacidad de discernimiento,no sólo para compartir contenidos, sino incluso para sobrevivir sin ser engañado en casi todos los aspectos de la vida. Gracias por tus reflexiones. Un abrazo.
¡Disculpa la demora en escribir, María Remedios! Por alguna razón ni este comentario, ni el de Joaquín, más abajo, habían aparecido en el blog.
Como tu bien lo dices, no es solamente en redes sociales que debemos desarrollar esa capacidad de discernimiento, es algo que tenemos que desarrollar en cada una de las áreas de nuestras vidas, si no queremos terminar siendo dominados por cualquier persona con buena labia y poder de convencimiento.
Gracias nuevamente, y disculpa la demora 😀
Como siempre Joel, sabes poner el tono justo a las palabras para darlas la precisón necesaria. En nuestra sociedad, hoy tan necesitada en muchos aspectos de guías que indiquen por donde caminar, es muy facil verse influido por diferentes corrientes y opiniones. Discernir que contenido te es util, no solo intersante y cual banal exige una disciplina que con los años adquieres pero que no puedes dejar solo al automatismo del subconciente, debes de ser muy consciente de lo que lees, de lo que consideras util para tí y sobre todo de lo que compartes ya que no sabes el alcance que puede tener ni tampoco a quien puedes estar influyendo. Al final mas de lo mismo, responsabilidad y sentido común. Un abrazo Joel Pinto. 🙂
¡Hola, Joaquín!
Disculpa la demora. No había aparecido este comentario en el blog. Cosas de estas máquinas llamadas "ordenadores" o de las esquinas ocultas de las plataformas. ¿Será que algún días las máquinas dominarán el mundo?
Das en el clavo con las dos palabras que has escogido: Responsabilidad y sentido común. Si comenzáramos por eso, mucho menos humo se vendería, no solamente en redes sociales, sino en la política, en la religión y en otras tantas cosas.
Gracias por tu visita y por comentar esta entrada.
Un abrazo grande 😀
Amén.
Hablaré por el influenciado y no por el influenciador.
Todo está en base a la fortaleza mental de esta persona que se presta a ser influenciada y a la capacidad para, como bien dices, separar la paja del grano.
¿Se influencia por igual a todas las personas?
Habría que analizar el perfil de cada una de ellas.
Yo me considero una persona que se deja llevar por algunas corrientes de influencia, es algo malo en mí que deberé mejorar. Pero por ahora, creo (y me reitero en el "creo") que estoy escogiendo grano.
Estupendo que estés escogiendo lo que para ti es el grano, Joaquín. Justamente creo también que de eso se trata, de que sea nuestro criterio personal el que, en todos los casos, prive sobre lo que nos influencia y lo que no.
El cómo te influencia alguien, es definitivamente un tema personal y una decisión de cada quien, en la mayoría de los casos.
Un abrazo grande y éxitos, como siempre, en todas tus cosas.