Ni tampoco es lo mismo emprender una aventura que aventurarse en un emprendimiento.
Aunque pareciera ser un juego de palabras que no tiene mayor importancia, no es así.
Seguramente tu también, como buen emprendedor que eres y como dueño de tu propio negocio, habrás asistido a diversos cursos, seminarios y charlas para emprendedores. ¿Te has fijado que se hace mucho énfasis en que debes sentir pasión por lo que haces, que debes tener mucha ilusión, trabajar muy duro, mantener un espíritu innovador, que no te detengas ante nada?
¿Te has fijado cómo se hace énfasis en el hecho de que, para emprender, no hace falta siquiera tener capital, o incluso en algunos casos, se le resta importancia al hecho de tener un plan? A veces pareciera que para emprender solo hace falta tener ganas.
Y quiero detenerme en estos dos puntos, porque creo que vale la pena que conversemos un rato acerca de ellos: el dinero y el plan.
¿De qué hablaremos en este post?
Emprender sin dinero, implica que vas a pasar trabajo sin necesidad.
En muchos casos se dice que los jóvenes no necesitan financiamiento para emprender nuevos negocios, por el hecho de no tener hijos, no tener obligaciones financieras, o simplemente vivir aún con sus padres.
Se entiende que un joven sin hijos, tenga una menor carga financiera. Hasta ese punto, vamos bien, pero ¿quién dijo que un joven que vive aún con sus padres no tiene financiamiento?,¿qué pasa con el dinero que gastan los padres en pagar los recibos de luz, de teléfono, alquiler, comida, etc…?¿No es esa una forma de financiar los gastos de una empresa que comienza operando desde casa?
En estos casos, es valioso que pongamos los puntos sobre las íes, antes de que vayamos a estar alentando a los chicos recién salidos de la universidad a lanzarse al mundo de los negocios con mucha ilusión y sin un centavo en el bolsillo.
Lo más seguro es que su idea, que pudo haber sido extraordinariamente buena, no vea la luz, por el simple hecho de haber seguido un mal consejo. Y eso le ha pasado ya a más de uno.
No tener un plan, es no tener un rumbo, es no tener una guía.
Nadie, en su sano juicio, decide un día irse de aventura sin por lo menos preparar una mochila con una botella de agua y algo para picar, o incluso tener un mapa o una idea medianamente clara de lo que le espera.
Eso es tener un plan. No sé si a ti te ha sorprendido igual que a mi, pero en muchas de las charlas que he asistido no se menciona en lo absoluto la necesidad de hacer un plan, aunque sea un bosquejo sencillo de lo que tu negocio va a ser, del cómo va a funcionar, de las cosas que vas a necesitar, lo que llaman «El plan en la servilleta».
Está claro que es sumamente importante mantener una actitud positiva y proactiva, tener ilusión, amar lo que haces y la idea que tienes para tu negocio. En eso estamos cien por ciento de acuerdo, pero también es necesario tener un plan de negocios, sencillo, breve, en el cual analices por lo menos los elementos claves, ¿recuerdas?: fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas.
Te aseguro que haciendo este breve ejercicio, te sentirás mucho más tranquilo y podrás gestionar tu negocio de manera más efectiva.
¿Qué puedes hacer entonces para ser realmente un emprendedor y no un simple aventurero?
- Primero que nada, establece con claridad a dónde quieres llegar y cuánto tiempo quieres demorarte en ello. El “hacia dónde” es importante para asegurarte de que todas tus acciones te llevan en esa dirección. El “cuanto tiempo” es igualmente importante, porque te permite cambiar de rumbo si es necesario o te estás demorando más de la cuenta.
- Asegúrate de contar con dinero suficiente para cubrir tus gastos, por lo menos, por los dos primeros años. Si esto es imposible, trata de que sea por lo menos los primeros 12 meses. Si no lo haces, tu emprendimiento dependerá de las ventas que hagas y cualquier fluctuación del negocio te pondrá en grave peligro. OJO: ¡Si vives aún con tus padres, la financiación la tienes semi-aprobada! 😀
- Haz un plan concreto de cómo vas a conseguir tus clientes, tu fuente de dinero. Una idea ejemplar no se convierte en un tremendo negocio hasta que no logra que los clientes potenciales la compren, sea la idea que sea.
- Define con claridad que vas a hacer y las decisiones que vas a tomar a medida que tu negocio crece. Muchas veces ocurre que el crecimiento de tu negocio llena tus bolsillos, pero no genera crecimiento real. Asegúrate de que es al revés: Crece primero y luego aumenta el dinero que entra en tus bolsillos progresivamente.
Ser emprendedor es una aventura maravillosa, siempre y cuando se lleve a cabo con un mínimo de sentido común. No conviertas tu emprendimiento en una pesadilla, ni dejes que tu idea maravillosa muera, por no habértela tomado un poquito más en serio.
Crédito fotografía: Element5 Digital en Unsplash
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Estoy totalmente de acuerdo Joel. Hoy en dìa, convertirse en un emprendedor parece una idea realmente atractiva, sin embargo son pocos los que realmente son conscientes del trabajo que conlleva y del empeño que se necesita para llegar a serlo de verdad. Yo añadirìa, si me lo permites, la importancia de analizar antes que nada cuàles son los motivos exactos por los que se quiere iniciar un emprendimiento. Es importante que el motivo sea vàlido para mantener la motivaciòn. Ser un emprendedor no es un capricho, pero puede llegar a ser una aventura fantàstica. Un abrazo y enhorabuena por el blog.
Hola, Cláudio
Gracias por compartir tu opinión. 110% de acuerdo contigo: Tener clara la motivación ayuda a disfrutar más el viaje. Como dices, emprender es una aventura fantástica siempre que se vea objetivamente.
Gracias de nuevo 🙂
Joel, considero que el punto 2 en muchos casos no se da… Es precisamente un bajo umbral de tolerancia al riesgo y la búsqueda de la seguridad lo que diferencía al emprendedor del empleado. Claro que sería lo ideal pero, por lo menos en la abrumadora mayoría de los casos que conozco, a lo sumo se llegan a tener provisionados los gastos de 6 meses a un año.
Si, Mauricio, muy pocas veces por no decir ninguna. Y ese es un problema muy serio porque sitúa al negocio que comienza en una dependencia directa de las ventas que genere para poder sustentarse.
Si a esto le sumamos que muchos emprendedores fallan a la hora de estimar los costos reales de la operación de sus negocios, entonces se puede ver con claridad la presión que ejerce sobre un negocio la falta de un capital inicial.
Gracias por tu visita, Mauricio. Siempre agradecido 😀
Buenos dias Joel
Muy buen articulo y un analisis muy interesante, tu articulo más el mio hacen el 100%, el titulo creo que resume perfectamente la realidad en la que vivimos.
Saludos
David Fabrés
Estoy seguro que sí, David. Hay una gran necesidad de emprender, de cambiarse el chip, de ver las cosas de otra manera, pero siempre manteniendo los pies en el suelo y haciendo las cosas bien.
Gracias por tu visita 🙂